La desigualdad en Chile se viene arrastrando desde hace años, por eso, según los pobladores, la responsabilidad es compartida entre la clase política y empresarial.
- POR AUGUSTO DOS SANTOS
- PERIODISTA
- Enviado especial
- SANTIAGO - CHILE
Los vecinos del barrio La Providencia opinaron acerca de la situación actual que atraviesan en Chile. Primeramente, sobresale como denominador común el hartazgo hacia la clase política sin importar el sector al que responda. Aseguran que los problemas se arrastran desde hace 30 años debido a las actuaciones políticas y empresariales.
En un recorrido por la ciudad de Santiago de Chile, Sebastián Otaiza, conductor de Uber, opinó acerca de la situación en la que se encuentra el país y dijo que están agotados, cansados de la incertidumbre actual, de lo que va a poder pasar, de la reacción de la clase política, del gobierno y de la fuerte reacción que han tenido los carabineros, que ha perjudicado a mucha gente.
También mencionó las actuaciones de los grupos de delincuentes que están saqueando, quemando los locales y perjudicando a la gente más necesitada, “no a los que tienen mucho, sino a los que tienen poco; se ha convertido en tres semanas de mucho odio e incertidumbre, que agota”, sostuvo.
INJUSTICIA SOCIAL
La situación que enfrentan es muy distinta a la que transmitían al mundo, por la buena imagen proyectada. “Hemos tenido una política económica que ha permitido que Chile crezca en términos macroeconómicos; pero en lo micro, que es el día a día, ha generado una desigualdad gigante”, comentó Sebastián.
Recordó que la salud y la educación son áreas deficientes y que llegado el momento que pasa la cuenta a otras situaciones de abuso. “No tiene solo que ver con el dinero, sino con la injusticia social. El hecho de que los comunes y corrientes paguemos ante la justicia cuando nos equivocamos o cometemos un delito, pero no así la clase política o empresarial; esa injusticia también ha hecho daño, creado odio y rencor del por qué los otros no pagan como yo tendría que pagar”.
DEMANDAS Y FUTURO
Mientras que para David, un ciudadano chileno, reconoció que la situación se complicó debido a las demandas sociales y económicas que son ciertas, pero “creemos en Chile que no es exactamente de bandas propias del pueblo chileno, sino que están orquestadas por algún tipo de confabulaciones, aunque parezca una teoría un poco dramática, pero una confabulación del izquierdismo latinoamericano contra el éxito del modelo chileno”, explicó.
El destino de los chilenos es incierto, y hay varios caminos que podrían seguirse, como “intensificar esta seudoprotesta social que está por la izquierda latinoamericana y convertir este país en un campo de batalla, donde buscan una víctima”, comentó David al Canal GEN.
Tampoco descartó la otra posibilidad, la de encontrar un equilibrio como lo está queriendo hacer el presidente de turno, Sebastián Piñera. A su criterio, cumpliendo con algunas de las demandas que parecen ser ciertas, como: mejorar el sistema de jubilaciones, salud y educación. Por eso considera que pasarle la cuenta al gobierno de turno “es un error”.
LA ALEGRÍA PROMETIDA
Al norte, la ciudad se muestra con cuestionamientos hacia la clase política y económica, como el caso de Christian, un obrero metalúrgico quien señaló su adhesión a las movilizaciones por las demandas de educación y salud. Destacó que todo colapsó. “Son 30 años de abuso, el elástico se estiró, se estiró y no aguantó más”, acotó. Cree que los empresarios están metidos en el conjunto de políticas, y que estos problemas pasaron en todos los gobiernos.
Por último, dijo que siempre se mostró lo más bonito de Chile, la cara visible. Pero que los ciudadanos votaron por el proyecto que decía: “Chile, la alegría ya viene”, “pero todavía la estamos esperando”, finalizó.