Hamás, el Movi­miento de Resis­tencia Islámica de Palestina, publicó ayer en su página web oficial www.hamas.ps una nota de prensa mediante la cual condena con los términos más enérgicos la decisión del presidente de la Repú­blica del Paraguay, Mario Abdo Benítez, que mediante el Decreto Nº 2307 del 9 de agosto pasado pasó a desig­nar al movimiento como un grupo terrorista interna­cional.

Hamás, en su comunicado, sostiene que tales resolu­ciones no sirven a la segu­ridad y la estabilidad en la región e incluso per­judican las buenas rela­ciones entre los dos pue­blos. Asimismo, sostiene que dicho decreto presi­dencial contraviene las leyes internacionales que han garantizado el dere­cho de los pueblos a resistir la ocupación y la agresión por todos los medios dis­ponibles, incluida la lucha armada.

Esta organización políti­co-militar exige al Para­guay que revoque de inme­diato el referido decreto y tome decisiones y acciones necesarias para apoyar la lucha del pueblo palestino por su libertad e indepen­dencia. Afirman, asimismo, que Hamás nunca comete actos agresivos contra nin­guna persona en todo el mundo, ya que su lucha por su libertad está en disputa con Israel. Reitera que el pueblo palestino muestra respeto y aprecio hacia el Paraguay y su gente, con­cluye el comunicado.

El presidente Mario Abdo Benítez, a través del Decreto Nº 2073 del 9 de agosto pasado, reconoce la desig­nación como organizacio­nes terroristas globales a Al Qaeda e Isis y como organizaciones terroristas internacionales a las mili­cias armadas de Hamás y de Hezbollah. El presidente Abdo estipuló que el decreto deberá ser refrendado por el ministro del Interior Juan Ernesto Villamayor y el ministro de Defensa, Ber­nardino Soto Estigarribia.

Hasta el cierre de la edición no se tuvo una respuesta ni retorno del canciller Anto­nio Rivas Palacios, a quien le hicimos llegar las consul­tas de qué hará a través de su vocero Óscar Ayala Bogarín. En la Cancillería, al parecer, entienden que la responsa­bilidad de dicho decreto es del ministro Juan Ernesto Villamayor y de Soto Esti­garribia.