Se terminó el tema del juicio... por ahora, dicen algunos... ¿Estará más tranquilo Marito? Ahora va a poder poner orden en su Gabinete ¿o no? No sabemos si la tranquili­dad le hará volver a lo mismo o si aprendió la lección.

Se habla de muchos cambios, pero todo es muy lento. Juancho saldría en breve... Carlita también. Renolfo estaría muy cerca de partir, y así...

Pero una cosa es lo que pide la gente, como el caso de los nombrados, a los que se suma Samudio, la organiza­dora de eventos hot; Arnoldo el Llorón y Dani el “Estafato” y otra cosa muy distinta es ver qué pasa por la cabeza de Marito.

En el entorno hay otros carruajes de gran responsabili­dad en el desastroso primer año de gobierno. Está Julito el Rey del Diezmo, Dani el Explosivo y el impre­sentable de Mauri Patea Puertas. Con ese entorno, ni Mandrake hace nada bien.

¿Será que los senadores de Añetete tendrán las manos libres para asesorar como corresponde al Presidente o el entorno de impresentables y amigotes seguirá pesando más?

La salida del presi de IPS y los dos consejeros fue aplaudida por la mayoría, pero nuevamente se falló al no tener los reemplazos. Ahora la especulación y el chismerío tienen en zozobra a la previsional y la lista de candidatos es más larga que la lista de parientes de Buzarquis con cargos públicos.

Al final, después de años de ninguneo, los Añetete tuvieron que reconocer el liderazgo de Mangui Alliana para ayudar a solucionar la crisis. ¿No querés ver si el presidente de la Junta era Marito? ¡Mamá querida!

Alecito Peralta se ríe de todos. Se trata del único acusado por todos los sectores de ser responsable de la pésima comunicación estatal. En vez de ser rajado a patadas, sigue más fuerte que nunca. En estos días, su compañero Marito sacó una reglamentación para el super-Mitic, en la que por poco no le transfiere Itaipú y Yacyretá. ¡Que siga nomás la joda a ver dónde termina!

Enriquito, el histeriquito de las madrugadas cardinalicias, sigue extraviado en sus elucubraciones disparateras. Su monotema anticartista le tiene podrido a sus compañe­ros de trabajo, quienes intentan sobrevivir en medio de la crisis interna que de por sí ya les tiene golpeados.