La Entidad Binacio­nal Yacyretá (EBY), a cargo del ex presi­dente de la República Nica­nor Duarte Frutos, adquirió 200 motos vía contratación directa, contrariando todas las normativas que indican que ese tipo de operación debe llevarse a cabo tras un llamado a licitación. Los biciclos fueron destinados a la Comandancia de la Poli­cía Nacional para su uso por parte del Servicio de Opera­ciones Tácticas Motoriza­das (Grupo Lince) y fueron entregados en la víspera.

El argumento utilizado para concretar las compras fue el “pedido de urgencia” de parte del Ministerio del Interior, luego de un primer contrato de compra de 100 unidades que fueron licita­das y adjudicadas a princi­pios de año.

Nicanor Duarte Frutos.

La inversión realizada por la binacional asciende a 1.600.000 dólares y forma parte de un convenio entre la EBY y el Ministerio del Interior, firmado el 20 de noviembre del año pasado.

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Según el Comité Ejecutivo de la binacional, la decisión fue tomada (aprobación del pedido de la cartera de Inte­rior) en virtud de una reso­lución interna de la EBY que señala: “Cuando, por razo­nes de urgencia evidente o por razones de emergencia, no haya tiempo para espe­rar el resultado de la licita­ción pública o del concurso de precios, sin grave perjui­cio para la Entidad”.

Más adelante, el Comité Ejecutivo indica: “Reuni­dos los antecedentes de adquisición de las moto­cicletas a través de la lici­tación nacional, que fuera el primer grupo de 100 (cien) motocicletas y que luego fuera ampliado a un segundo grupo de 100 (cien) motocicletas, y que posteriormente el Ministe­rio del Interior requiere de 100 (cien) motocicletas adi­cionales, todas ellas con­forme a las especificaciones elaboradas por la Policía Nacional”.

El llamativo contrato rea­lizado por la administra­ción de Duarte Frutos deja en evidencia que desde un primer momento se tenía información de que la Policía necesitaría, por lo menos, de las 300 unida­des de motos, pero aún así se prefirió hacer la com­pra en tres etapas. Las dos últimas fueron dejadas para pedidos de “urgen­cia” de parte de las auto­ridades encargadas de la seguridad para evitar los controles respectivos.

La realización de un pro­ceso de concurso y licita­ción implica someterse a una burocracia interna de mayor control para el desembolso de dinero de la binacional, pero por lo general, al haber compe­tencia, los precios suelen ser más ventajosos para el comprador.

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