Tras ser salvado de un juicio político, el pre­sidente de la Repú­blica, Mario Abdo Benítez, pidió ayer disculpas a una gran cantidad de hurreros que coparon el Palacio de Gobierno y sus alrededores a tempranas horas y no a la ciudadanía en general en su mensaje principal tras haber guardado silencio durante varios días ante la crisis des­atada por el acta bilateral de la Itaipú Binacional.

Entre cantos, halagos, dis­cursos y petardos, el manda­tario olvidó también ofrecer una explicación sustentable al pueblo paraguayo sobre el trasfondo del conflicto que provocó no solo el rechazo de la ciudadanía, sino masivas renuncias de los integrantes de su gabinete.

“Quiero agradecerles de corazón por su presencia a los jóvenes, mujeres, con­vencionales, intendentes y presidentes de secciona­les que han venido a dar su respaldo no al Presidente, sino a la democracia”, indicó el mandatario en medio de cánticos como “Marito sí, otro no”.

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Abdo Benítez comentó tam­bién que “desde aquí hago un llamado a todos los líde­res políticos, un llamado al diálogo y a la reflexión. Pido disculpas si me equivoqué, el pueblo paraguayo nece­sita del diálogo como herra­mienta de la conciliación para sanar nuestros corazones, para poder trabajar juntos por este gran sueño y de construir juntos un Paraguay donde se respeten las instituciones, la ley. La tarea no es fácil para los funcionarios públicos, nos hemos equivocado y vamos a seguir equivocándonos”.

La primera dama, Silvana López Moreira, tampoco escapó de los “halagos” rea­lizados por los hurreros en compañía de los ministros y secretarios de Estado, quie­nes también gritaron eufóri­cos: “Silvana, Silvana”.

AGRADECIÓ POR SU SALVATAJE

Por otra parte, en su mensaje presidencial solo se dedicó a agradecer a los diputados del movimiento Colorado Añe­tete y a sus aliados circuns­tanciales, quienes realizaron lobby para desactivar el enjui­ciamiento. Advirtió sobre otras posibles destituciones bajo su famosa frase “caiga quien caiga”, a la par de pedir al pueblo renovar la confianza hacia su administración.

“Quiero agradecer a quienes criticaron al Presidente y también a quienes nunca per­dieron la fe en el presidente de la República. También a mi familia, que pasó conmigo momentos de mucha incerti­dumbre, angustias y momen­tos difíciles. Sin la conten­ción de mi señora esposa, el apoyo de mis hijos, hubiese sido mucho más difícil supe­rar este momento”, dijo.

Abdo Benítez volvió a rati­ficar que en su gestión no se tolerarán hechos de corrup­ción. “Errores que cometa­mos, vamos a ser drásticos, porque ese es el mensaje que quiere y se merece el pueblo. Si hay otros (funcionarios del Gobierno) que han sido negligentes en su trabajo, que deben actuar con idoneidad y con capacidad, también serán destituidos”, sentenció.

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Apoyo “moral” a Abdo de dos imputados

Ambos estuvieron entre los adherentes que en masa fueron a solidarizarse con Mario Abdo Benítez, quien estuvo al borde de ser sacado del sillón presidencial. Cuevas y Quintana no son los referentes más indicados para aparecer al lado del Presi­dente, pues ambos soportan imputaciones por hechos puni­bles. El primero fue imputado por enriquecimiento ilícito y declaración falsa y el otro por tráfico de drogas en carácter de cómplice y vinculado con el supuesto narco Reinaldo “Cucho” Cabaña.

Cuevas y Quintana fueron los primeros de los diputados en dirigirse al Palacio de Gobierno. Los colorados estuvieron desde tempranas horas compartiendo con el jefe de Estado, hasta se los vio abrazados y sonrientes. Afuera, al igual que otros ministros, movilizaron funcionarios para dar su apoyo al Gobierno en la explanada litoral del Palacio. Otro cues­tionado que estuvo ayer muy de cerca es el diputado Freddy D’Ecclessis.

Cabe recordar que Quintana estuvo preso en Viñas Cué durante 10 meses y recuperó su libertad hace casi un mes. El colorado de Ciudad del Este es acusado también por tráfico de influencias, asociación criminal, enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.

Por su parte, Cuevas fue imputado el miércoles por enriqueci­miento ilícito y el Ministerio Público pedirá su desafuero en la Cámara de Diputados.

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