El hoy titular de APTA, Arístides Morales, fue director de la Policía Muni­cipal de Tránsito en la era del intendente Arnaldo Samaniego. También fue concejal. El mismo tiene cuatro paradas de taxis, algunas de ellas pertene­cen a su parentela.

Existen numerosas denun­cias en su contra de secto­res de la comisión direc­tiva, quienes sostienen que existe “nepotismo” en la asociación y que Mora­les se “autoproclamó” pre­sidente. También señalan que obligan a los miembros del gremio a cargar com­bustible en un solo lugar y que las paradas constitu­yen un jugoso negociado, ya que generan ingresos en bruto, evaden impues­tos a la comuna y se pueden heredar en caso de fallecer el taxista.

Mientras que su hijo Mar­cos Morales Aquino, otro de los principales arenga­dores de la protesta, afín al clan Samaniego, actual­mente es candidato a pre­sidente juvenil de la Sec­cional 30 de capital. Felipe León, miembro de la comi­sión directiva de APTA, comentó a La Nación que los trabajadores temen a sus amenazas.

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“Ni una silla se mueve en APTA sin su autorización”, exclamó y agregó que “convirtió en una empresa familiar la asociación”. Si bien Mora­les posee varias denuncias en su contra, hasta hoy no se resolvieron, reiteró parte del gremio.

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