El matrimonio Forestieri–Melgarejo ingresó el año pasado a la Cámara Alta. El marido figura como asesor del senador Salyn Buzarquis y la esposa como asistente.

La lista de allegados al senador liberal Enri­que Salyn Buzarquis Cáceres, que ingresaron a la función pública, parece no tener fin. La Nación publicó semanas atrás docena de familiares, que sumado a seguidores, operadores políticos de Enrique Salyn y Enrique Antonio Buzarquis ascienden a 30 la nómina de cercanos ubicados en privile­giadas posiciones dentro del aparato estatal y que se alzan con jugosos salarios costea­dos por los contribuyentes.

Ahora surgen dos nuevos nombres, pero que en esta ocasión acompañan codo a codo al parlamentario Enri­que Salyn; su primo polí­tico, el abogado Óscar Guido Forestieri, y su esposa, tam­bién abogada, Lorena María Melgarejo Ruiz Díaz.

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Óscar Guido Forestieri es primo de la esposa del con­gresista, Fiorella Forestieri Alvarenga, quien también “consiguió” un envidiable puesto como asesora en el Tribunal Superior de Justi­cia Electoral (TSJE).

Óscar Guido Forestieri y su esposa, Lorena María Melga­rejo, ingresaron a la Cámara de Senadores en calidad de contratados en agosto del 2018. En el caso de Fores­tieri, según datos públicos de la Cámara Alta, se desem­peña como asesor del senador Enrique Salyn. Esto se debe a que, además de su nexo fami­liar, Forestieri operó junto con su esposa en reiteradas ocasiones en la campaña proselitista de los hermanos Buzarquis.

El sueldo del primo asesor es de G. 4.500.000. Su esposa aparece como asistente con un sueldo inicial de G. 2.500.000, que en cuestión de meses subió a G. 4.200.000, según el portal de Transpa­rencia del Senado.

Óscar Guido Forestieri, ade­más de facturar en la Cámara de Senadores, tiene un rubro docente del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), donde registra a la fecha un salario de G. 3.211.356. El mismo se desempeña como profesor del turno noche en el Colegio Nacional José Pedro Guggiari de Asunción, según consta en los legajos.

Pero la antigüedad de Fores­tieri en la cartera educativa data de unos 10 años atrás, en el 2009, época en la que Enrique Salyn comenzaba su carrera como parlamenta­rio y el Partido Liberal ocu­paba el Ejecutivo Nacional en compañía de otros movi­mientos políticos, luego de más de 60 años de gobiernos colorados.

Óscar Guido Forestieri ingresó en el 2009 al despa­cho general de la Asesoría Jurídica, donde años más tarde escaló hasta la posi­ción de director externo de la dependencia en cuestión. Este provecho, según los datos públicos que exhiben planillas recién desde el 2013, durante el gobierno de Fede­rico Franco le beneficiaba en el mes de enero del mismo año con una remuneración de G. 14,5 millones.

No obstante, tras el inicio del periodo presidencial de Hora­cio Cartes, en agosto del 2013, la nueva administración del MEC resolvió acabar con los privilegios en esta cartera y Forestieri fue desplazado del cargo. Tras esta decisión, el primo de Buzarquis decidió accionar judicialmente en contra del Estado paraguayo para ser repuesto en la enti­dad educadora.

Este proceso judicial, tras idas y vueltas, que a veces dio razón a la Procuraduría General y en otras a la defensa de Forestieri, llegó a su fin en el 2019. El mismo Óscar Guido Forestieri publicó hace un mes atrás en sus redes sociales el fallo judi­cial que ordena su reposición. Durante todo este tiempo, de todas maneras, Forestieri siguió realizando su labor de docente en el Ministerio de Educación, siempre según las documentaciones.

Óscar Guido Forestieri y su esposa se suman a los 14 familiares detectados de inmediato del Clan Buzar­quis, quienes, incluyendo a los hermanos gemelos, se alzan mensualmente con más de G. 200.000.000 solo en sueldos. Cifra que sumando el aguinaldo de cada uno escala a unos G. 2.600.000.000 anuales.

Al mismo tiempo, los 14 operadores políticos de los Buzarquis que también se instalaron en el Estado fac­turan mensualmente a las arcas fiscales un total de G. 118 millones, monto que si se observa desde una perspec­tiva anual trepa hasta los G. 1.542 millones, incluyendo aguinaldo. Sumando todo, entre familiares y segui­dores el clan cuesta más de G. 4.000 millones de forma anual al Estado.

No revelan quién pidió nombramiento de esposa en el TSJE

Fiorella Forestieri, esposa del senador Enrique Salyn Buzarquis.

Así como varias personas con lazos afectivos, familiares y políticos del Clan Buzarquis, la ex modelo Fiorella Fores­tieri, esposa del senador libe­ral Enrique Salyn, fue benefi­ciada con un apetitoso cargo en el Estado, específicamente en una “asesoría” para el Tri­bunal Superior de Justicia Electoral (TSJE).

Funcionaria de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) hasta el 2015 y Miss Univer­sitaria en el 2008, Forestieri ingresó a la Justicia Electoral en febrero de este año.

Mientras el senador Salyn Buzarquis realiza rutinarios cuestionamientos sobre trá­fico de influencias, su esposa se ubica en un privilegiado cargo sin concurso de oposi­ción y méritos en la función pública.

En la planilla de funciona­rios del TSJE la mujer figura como estudiante universita­ria. En entrevistas, la ex reina de belleza decía que estudió derecho, pero su nombre no figura en la nómina publicada en el portal del Poder Judicial.

El cargo al que fue designada se denomina “Coordinadora General de las Políticas de Género”, puesto por el que es remunerada mensualmente con las sumas de G. 10.700.000 de sueldo, bonificaciones de G. 3.210.000 por “responsabili­dad en el cargo”, G. 300.000 con “subsidio para la salud” y con algunos viáticos sus ingresos se aproximan a los G. 15 millones.

Autoridades del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) confirmaron a nues­tro diario que desde el Par­tido Liberal Radical Autén­tico (PLRA) salió la solicitud de contratación de la esposa del senador Enrique Salyn.

Esta versión oficial emanada desde el órgano electoral con­trastó con el relato expuesto por el parlamentario, quien rechazó totalmente haber intermediado para que su esposa sea designada en un privilegiado puesto en la Jus­ticia Electoral.

También resultó llamativo que desconocía el pedido que partió del seno de la nuclea­ción partidaria, donde él se desempeña como miembro del Directorio. Declaró ade­más que no estaba al tanto si la mujer ingresó al cargo a través de un concurso público o por elección de “confianza”.

Ni en el órgano electoral ni en el PLRA quisieron dar el nom­bre de quién solicitó el nom­bramiento de la privilegiada esposa.

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