El ministro de Relaciones Exteriores, Luis Alberto Castiglioni, nuevamente reflotó ayer la fama de “dormilón” que le fue impuesta por su entorno tras dejar “plantado” por 20 minutos al embajador de Taiwán ante nuestro país, Diego Lin Chou, y su comitiva, quienes llegaron puntualmente para la realización de un acto en la Universidad Politécnica Taiwán-Paraguay.
Castiglioni debía presentarse para las 9:00 en el Comité Olímpico Paraguayo, sede donde funciona la Universidad Politécnica Taiwán- Paraguay. En el lugar se realizó el acto de presentación del cursillo de inducción y de los nuevos laboratorios a ser utilizados por 100 jóvenes sobresalientes en el campo de la ingeniería electromecánica, ingeniería informática, ingeniería civil e ingeniería industrial.
El papelón de Castiglioni fue captado por las cámaras de un periodista, quien tildo el hecho como una “vergüenza”. Pasaban los minutos y el canciller no llegaba. Con el objetivo de agotar la larga espera, los presentes usaron sus celulares como método de distracción. Algunos se mostraron impacientes por el desplante, mientras que Lin Chou hizo honor a su cargo mostrando mucha serenidad en la espera del ministro. Para los asiáticos, cumplidores estrictos de los horarios, el atraso de 20 minutos es toda una eternidad.
El mote de “kerana” no es un invento de la ciudadanía ni se trata de un “meme” de la nueva era de la tecnología, sino que le fue impuesto por el ex jefe de Estado y actual director paraguayo de Yacyretá, Nicanor Duarte Frutos, quien durante su gobierno (2003-2008) públicamente había calificado de esa forma a Castiglioni por sus reiteradas llegadas tardías a los eventos oficiales. Un día se “cansó” y lo escrachó públicamente.
UNA COSTUMBRE
No es la primera vez que Castiglioni hace gala de la conocida frase “hora paraguaya”, teniendo en cuenta que en varias ocasiones “plantó” a los periodistas que diariamente cubren sus actividades. Los trabajadores de prensa resaltan constantemente que no es el único “defecto” que posee el funcionario de Estado, sino que también se destaca su “poca paciencia” ante las críticas.
En ocasiones anteriores, el canciller fue consultado respecto a temas polémicos y su reacción desnudó una total falta de diplomacia al cerrar abruptamente el diálogo con los medios de comunicación.