El pasado lunes 17 de junio, en la penitenciaría nacional de San Pedro se produjo un enfrentamiento entre miembros del Primer Comando Capital (PCC) y del Clan Rotela, que dejó un saldo de diez fallecidos: de los cuales cinco reclusos fueron decapitados, tres calcinados y dos a causa de estocadas, además de 15 heridos.
El gran responsable de este triste episodio fue sin dudas el ministro de Justicia, Julio Javier Ríos. Sin embargo, el actual presidente de la República, Mario Abdo Benítez, en lugar de admitir la irresponsabilidad del secretario de Estado, le brindó su total respaldo. A raíz de la crisis penitenciaria desatada en el transcurso de la semana con lo sucedido en San Pedro, los amotinamientos en el penal de Tacumbú y el asesinato de otro recluso en el penal de Itapúa, se presentó un proyecto de ley de emergencia en la Cámara de Diputados para ampliar y mejorar las penitenciarías del país, y de esa manera buscar blanquear al ministro Ríos.
A pesar de las críticas al ministro de Justicia, el mandatario brindó su apoyo al señalar que el problema es de larga data. Al tiempo de anunciar que se acelerará la construcción de cinco penitenciarías, además se mostró a favor de militarizar los penales del país para mejorar la seguridad de los prisioneros. Mario Abdo aseguró que J.J. Ríos “va a seguir” en el cargo y mencionó que el tema penitenciario es un problema histórico. Es una herencia que recibió su gobierno por la falta de inversiones en el sistema penitenciario.