El pleno de la Cámara de Senadores retiró ano­che la investidura al senador liberal Dionisio Ama­rilla, quien intentó por todos los medios postergar la deci­sión, que ya estaba cantada desde un principio, y ejerció su defensa por más de 5 horas. El pleno, convertido en tribu­nal, debatió el caso de uso inde­bido de influencias por más de 7 horas en una jornada en la que claramente los senadores Ser­gio Godoy y Enrique Riera, de Honor Colorado, sobresalieron con respecto a sus demás cole­gas por sus posturas firmes.

A las 21:30, los senadores lle­varon a votación la pérdida de investidura de Amarilla, con el resultado de 31 senadores a favor de la aprobación, 9 votos por el rechazo, 2 abstenciones e igual número de ausentes. Llamó la atención el voto de Silvio Ovelar, quien optó por el rechazo. En las afueras del Congreso, la gente celebró el resultado de la sesión.

Antes de la votación, Amarilla hizo uso de palabra para decla­rarse inocente de los cargos y calificó de plan maléfico la acu­sación presentada en su contra, tras la publicación periodística en la que se demuestra clara­mente el tráfico de influencias para favorecer a una empresa que ofreció equipos de seguri­dad al Instituto de Previsión Social (IPS) por montos varias veces millonarios por encima de los costos reales.

Tras su intervención, el polé­mico legislador y su equipo jurídico se retiraron del recinto parlamentario y no esperaron la votación. Amarilla contó con la complicidad de Colorado Añetete, liderado por Mario Abdo Benítez, que se vio refle­jada en la postura de Enrique Bacchetta y el guiño del propio presidente del Senado, Silvio Ovelar. De hecho, Abdo en todo momento evitó pronunciarse sobre el caso, aunque a última hora de ayer decidió liberar los votos. De todas maneras, la mayoría de Añetete votó por la pérdida de investidura.

Cabe señalar que los llanistas, sector al cual pertenece Ama­rilla dentro del Partido Libe­ral Radical Auténtico (PLRA), solicitaron solamente una san­ción por 60 días, con el objetivo de evitar su expulsión del Con­greso. En una nota dirigida al titular del Congreso, senador Silvio Ovelar, los senadores Hermelinda Alvarenga y Fer­nando Silva Facetti argumen­taron que la acusación de uso indebido de influencia no fue comprobada, por lo que su caso merecía una investigación más exhaustiva.

También durante la sesión extra que fue convocada para analizar su retiro de inmuni­dad, el mismo Amarilla soli­citó la postergación por ocho días del estudio de su pérdida de investidura, petición que tuvo el respaldo de los parla­mentarios Blas Llano, liberal, y el colorado Enrique Bacche­tta. Sin embargo, tuvo un duro revés de parte de sus colegas. En el ejercicio de su defensa, el parlamentario liberal sostuvo que necesitaba más tiempo para presentar su defensa y ase­guró que el video y los audios publicados en un matutino, en los que intervino claramente y hasta advirtió que “los pactos se cumplen”, fueron editados y que no tienen valor, pero tam­poco tuvo el acompañamiento de sus pares.

El senador Enrique Riera indicó que durante su des­cargo el senador Amarilla no se defendió de los cargos que se le atribuyen, sino que optó por acusar al periodista “Juanki” Lezcano y a la pro­ductora María Luz de Masi. “Se comprobó que era una persona que estaba en un lugar donde no tenía que estar”, manifestó.

El efrainista Eusebio Ramón Ayala ingresará por el destituido Dionisio Amarilla, llanista.

Para el senador Sergio Godoy, la pérdida de investidura de un legislador debe darse cuando los legisladores tienen la certeza de una causal, por lo que no es necesario esperar una definición judicial. “Aquí basta la certeza nuestra de una causal para la pér­dida de investidura, sin depender del criterio judicial”, afirmó durante la sesión del Senado.

También aclaró que el procedi­miento empleado por los parlamentarios es constitucional porque se respeta lo establecido en el artículo 201 (numeral 2) de la Constitución Nacional y los derechos procesales previstos para el caso.

También explicó que se otorgó al senador Amarilla la oportunidad de realizar su defensa y afirmó que durante su descargo, el mismo admitió las afirmaciones que se le atribuyen en la publicación perio­dística, las cuales motivaron el inicio del proceso de pérdida de investidura.