El abogado Eduardo González cuestionó el “blanqueo” realizado por la Fiscalía General del Estado a Carolina Llanes, investigada por mal desempeño de funciones como interventora de la Municipalidad de Ciudad del Este (CDE). Agregó que esto denota que la Justicia, en este gobierno, “es selectiva” y “sometida” a “acuerdos políticos”.
González fue uno de los representantes de McLeod y verificador de la intervención realizada por Llanes a la gestión de la ex intendenta Sandra McLeod. “Esto demuestra la justicia selectiva y cómo está actuando el Ministerio Público. Se nota que hay un gran acuerdo político en todo este sentido”, cuestionó el letrado, al tiempo de afirmar que este “blanqueo” tiene un objetivo y es lograr que Llanes figure como una de las integrantes de la terna para el cargo de ministro de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), ante la vacancia por jubilación de José Raúl Torres Kirmser.
Afirmó que existe “un total sometimiento por parte de la Justicia” porque los propios fiscales “están operando” en beneficio del “acuerdo político”. “Existe un total sometimiento por parte de la Justicia, tanto del Ministerio Público y como de la Corte Suprema de Justicia, en los acuerdos políticos y es evidente que Carolina Llanes es candidata a ministra de la Corte por parte del propio presidente de la República”, reiteró el abogado.
Hoy, los miembros del Consejo de la Magistratura realizarán la ponderación a los 31 postulantes que fueron examinados en las audiencias públicas.
La actual titular de la Secretaría Nacional de Administración de Bienes Incautados y Comisados (Senabico) figura como la cuarta de los primeros mejores candidatos.
Por último, el letrado lamentó que se dé esta situación y aseguró que las denuncias penales eran fundamentadas y tenían evidencias. Llanes fue denunciada cuatro veces: por producción de documentos no auténticos, presentada por concejales municipales; por usurpación de funciones, hecha por funcionarios municipales que fueron desvinculados del cargo; por coacción grave de la propia ex intendenta y por el perjuicio patrimonial de más de G. 5.200 millones por exacción y lesión de confianza.