- POR JAZMÍN GAYOZO
- PERIODISTA
Denis Lichi (44), con larga trayectoria en la producción agropecuaria en los rubros de lechería, avicultura y frutihortícola, es actual responsable de la gestión del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Recibió al diario La Nación en su oficina para hablar de las prioridades que tiene la institución, entre las que resalta la apuesta directa al desarrollo y atención de los pequeños productores. Lichi ingresó hace 9 meses y se apresta a llevar a cabo sus proyectos tras una planificación exhaustiva.
El ministro, de profesión contador, comentó que encontró un ministerio que se ha enfocado en programas para la lucha contra la pobreza, pero no en la producción. Por eso, el objetivo principal de su administración será transformar el MAG en una institución de producción.
Afirmó que esto se podrá dar porque nuestro país es bendecido con la tierra que tiene y que se debe aprovechar los frutos que la misma puede darnos, pero que la problemática está en dotar a las familias, encargadas de estos rubros, de capacitación y tecnología.
Además, se refirió a la falta de comercialización de los productos, tanto en mercados internos como externos, a la transformación de los rubros en artículos que puedan ser exportados a otros países y a la falta de presupuesto, que tratará de mejorar con el Ministerio de Hacienda.
En este sentido, explicó que también apuntarán a mejorar la calidad de las instituciones educativas de la agricultura para que los jóvenes, hijos de productores, formen sus propias empresas.
Otro punto destacado es el cambio de la infraestructura edilicia del MAG. Adelantó que uno de los proyectos que podrían comenzar el próximo año es el de construir un complejo agropecuario en San Lorenzo para aglutinar a todas las instituciones del MAG en un solo lugar.
LA REALIDAD DEL MAG
–¿Cuál es la realidad actual del Ministerio de Agricultura y Ganadería?
–Lo que hoy nosotros vemos es que tenemos un gran desafío en trabajar específicamente en los rubros de producción. Nosotros no hemos encontrado dentro del ministerio programas que apunten específicamente a los rubros de producción. Sí están los programas que en cierta forma eran los incipientes, los que estaban empezando, o eran más una lucha contra la pobreza.
Queremos convertir la institución en el ministerio de la producción y, ¿cómo lo haríamos? Apoyando el rubro de frutihortícola fuertemente, por eso hemos lanzado siete rubros priorizados, que son: caña de azúcar, mandioca, banana, tomate, locote, cebolla y papa; y posiblemente vamos a estar incluyendo la yerba mate, estamos todavía analizando.
Nosotros tenemos dos grandes sectores en la parte agrícola: uno bien posicionado con rubros de exportación como la soja, trigo y arroz, en el que tenemos una tecnología de primer mundo, pero en contrapartida tenemos los productos frutihortícolas que realmente necesitan implementar nuevas tecnologías. Entonces, nuestro desafío está en eso, dotarlos de tecnología, de créditos que le permitan a ellos trabajar, expandirse y mejorar la productividad como la comercialización.
–¿Se puede hablar de algún avance en su gestión en estos últimos nueve meses?
–Nosotros empezamos enfocados fuertemente en lo que es la parte de pequeños productores, una de las prioridades del Gobierno. Acompañamos desde el primer día con mesas de reuniones semanales para comprender un poquito la preocupación del campo. Lo primero que pudimos hacer, porque ya estábamos en época de cosecha, fue trabajar en lo que fue la comercialización. Apoyamos bastante esa área, además de la organización y una planificación para este año.
NUEVO EDIFICIO
–¿Cuál es el plan en el tema de infraestructura?
–Es el de tratar de modernizar lo que es la institución; estamos en 5 edificios alquilados donde el costo es aproximadamente 1.300.000 dólares al año, aparte de eso no es cómodo, no es práctico.
Hemos llegado a un acuerdo con seis instituciones del Estado: el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), que también está en un edificio alquilado; el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), el Instituto Paraguayo de Tecnología Agraria (IPTA), el Crédito Agrícola de Habilitación (CAH) y el Instituto Forestal Nacional (Infona), para poder construir un complejo agropecuario en San Lorenzo. Estamos en ese proceso, trabajando.
La obra no solamente va a ser una cuestión edilicia, sino también, a la vez, vamos a trabajar en la reestructuración del MAG y de las demás instituciones que fueron desprendiéndose. Lo que buscamos es articular el trabajo que es pilar fundamental de una buena producción y de una buena labor.
–¿Cuáles son las áreas en las que su administración se va a enfocar fuertemente?
–Tenemos cuatro puntos en los que nos queremos enfocar fuertemente: uno, la parte de construcción y modernización y de todo lo que es la institución; el segundo es la priorización de rubros en materia frutihortícola; tercero es la comercialización de los productos porque nosotros, como Ministerio de Agricultura, tenemos muchas deficiencias en materia de comercialización. Además, queremos participar en el apoyo a los productores buscando los mercados internacionales, apoyando a los productores en materia de los impuestos, o de las rutas, o de los canales que uno tenga que tomar como para tratar que sea más ventajosa la comercialización interna y externa de nuestros productos.
LA APUESTA
–Usted señala que el país está mejor posicionado en la comercialización de los productos de soja, arroz y maíz. ¿Existe de todas formas un proyecto para potenciar esos rubros?
–El maíz es un rubro que hoy no está siendo completamente aprovechado, nosotros queremos incentivar que la producción de maíz en nuestro país sea utilizada para la conversión en carne.
También vemos como una gran oportunidad lo que es el arroz. Estamos trabajando fuertemente y, si Dios permite, el próximo año vamos a estar habilitando un embalse de 70.000 hectáreas para la siembra de arroz, algo muy innovador que tenemos en nuestro país.
En cuanto a la soja, tenemos hoy el 30 a 35% de ella que está siendo transformada en nuestro país, y que solamente se transforma en aceite. Se trata de una primera etapa recién que nosotros hacemos, mientras que el resto está siendo exportado en bruto a otros países donde ellos la trasforman, la industrializan y nos venden ya productos terminados; es una gran oportunidad para que nosotros trasformemos esa materia prima. Para eso, venimos conversando con la ministra de Industria y Comercio para la transformación o la industrialización de nuestros productos.
LA CAPACITACIÓN
–¿Las escuelas agrícolas también podrán entrar en las prioridades en su gestión?
–Las escuelas agrícolas hoy tienen aproximadamente 6.000 alumnos, estamos destinando aproximadamente 4.000 millones para refaccionar y tratar de dotar de mayor infraestructura a las escuelas agrícolas. También hemos conversado con el ministro de Educación, Eduardo Petta, y tenemos el firme objetivo de actualizar la malla curricular que tiene y aumentar la cantidad de alumnos.
Desde este año se ha firmado un acuerdo con el CAH, en el que se estipula que el último año tienen que presentar un plan de inversión en su finca, mirar lo que hacen sus padres y plantear un plan de inversión. Apoyados por el Crédito Agrícola, les vamos a estar dando un crédito a largo plazo para que vayan no a ser empleados de una empresa, sino a tratar de desarrollar su propia empresa en la finca de sus padres. Son innovaciones que queremos implementar.
Hay una disociación entre todos los actores que se encargan de trabajar en la parte productiva. Hoy lo que estamos buscando es articular las prioridades y que la Universidad Nacional apunte a los rubros que hoy son interesantes. Nuestro país es uno bendecido, tenemos buen suelo, tenemos buen clima, agua, buena luminosidad y una humedad ideal que nos permiten a nosotros producir rubros que por excelencia podríamos ser los proveedores de Sudamérica.
–¿Cuántas familias se dedican a la producción frutihortícola?
–Entre 15.000 a 20.000 familias a reventar se dedican a la parte de renta frutihortícola, quienes están trabajando fuertemente en eso. No son tantos, y lo que tenemos que hacer es expandir eso y elevar la productividad.
–¿Cómo se encuentra el sector ganadero en el Paraguay?
–Este año ha aumentado el hato ganadero en un 4%. Eso, por un lado, es algo positivo; nos permitiría tener animales para ofertar, pero actualmente estamos atravesando también una crisis. En lo que es la parte ganadera regionalmente, Argentina ha entrado muy fuerte, los mercados se comprimieron bastante, ellos ofertan animales a menor precio y el valor de su dinero les permite eso, entonces dejamos de ser competitivos. Nosotros no podemos crecer mucho en ganadería, creo que hemos llegado a los niveles que podemos; podríamos crecer un poco más, pero ya no es tanto.
–¿A cuánto asciende el presupuesto del MAG?
–Hoy tenemos un presupuesto de 77 millones de dólares, de los cuales el 70% aproximadamente va en lo que son los gastos rígidos, realmente es una de las falencias que tenemos. En este tema del presupuesto, para el sector productivo estamos peleando, lo hemos conversado con el ministro de Hacienda. De apoco nuevamente queremos posicionar al MAG como un ministerio de la producción y que fomente fuertemente la productividad, y que eso nos permita a nosotros elevar nuestro PIB del sector agropecuario, que tiene el 23%. Mientras, estamos utilizando 20 millones de dólares que son para fomentar la productividad, la comercialización y trabajar en la educación, que es muy poca.
COYUNTURA POLÍTICA
–¿Cuál es su opinión ante la situación política actual de nuestro país?
–Yo lo único que puedo decir es que el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, durante su campaña había manifestado que él iba a luchar en contra la corrupción, que iba a trabajar por el fortalecimiento de las instituciones, por la independencia de las instituciones y creo que eso es lo que hoy se está demostrando.
El Congreso es un poder del Estado muy independiente, donde ellos están hoy tratando de fortalecer, de ganar nuevamente la credibilidad. Hoy hay un gran desafío del sector político y de las instituciones del Estado que es ganar nuevamente la credibilidad. Estamos en un momento en el que la ciudadanía ya no cree en las instituciones del Estado.
La transparencia es algo que la ciudadanía exige para saber qué se hace con sus recursos. El Poder Ejecutivo, los gobiernos anteriores, todos posiblemente, vamos a tener nuestros aciertos y nuestros errores. Pero cada vez estamos más expuestos a ser juzgados y eso nos obliga a nosotros a mejorar y a tratar de ser más justos.