“Expresso” es la nueva pro­puesta perio­dística que se difunde a través de variadas plataformas del Grupo Nación, que tiene como objetivo entablar una charla íntima sobre temas polémi­cos de la actualidad. Augusto Dos Santos es el conductor de esta nueva apuesta audiovisual del canal GEN, que en esta oca­sión comparte un café expresso con el político liberal e histo­riógrafo Eduardo Nakayama.

–¿Cómo se combina la pota­bilidad y la trazabilidad de un político, con las artes, que no siempre son tan lim­pias, de pelear en la política?

–Yo pienso que la política en general tiene sus propias reglas, si uno ingresa a la política tiene que saber que está entrando en un ambiente en el cual los códigos son diferentes. Lógi­camente la persona que entra puede venir con sus propios códigos, estos pueden ser posi­tivos o negativos. Pueden estar más o menos en sintonía con lo que es la política en general. Quizás el éxito de ese político que sea potable o no va a ser en la medida en que pueda colocarse más en sintonía con el ambiente político. Por eso, es que noso­tros tenemos políticos que consideramos indeseables; sin embargo, están 20 o 30 años en la política. Es ahí donde pienso que en Paraguay, particular­mente, tenemos que seguir el ejemplo de otros países.

Yo considero que en el periodo de gobierno anterior hemos tenido un avance con la Ley de Transparencia, por­que mucho de los hechos de corrupción que hoy día salen a flote se deben a que la ciu­dadanía se volvió contralora, valga la redundancia, mejor que los contralores que debe­rían hacerlo; de esa manera estamos haciendo un contra­loría ciudadana.

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–¿Qué te inspira todo lo que pasó con el desbloqueo de lis­tas, los alcances que puede tener?

–Yo soy muy escéptico con relación a lo que pueda llegar a ocurrir u obtener el desblo­queo solo por el desbloqueo. Es decir, yo pienso que noso­tros necesitamos una reforma electoral; una golondrina no hacer primavera, o sea que, el tema del desbloqueo sí puede ser un herramienta muy útil dentro de un sistema. Por ejemplo, el control del finan­ciamiento político, que los ciu­dadanos puedan involucrarse, al menos indirectamente con el voto. Sabemos que en las inter­nas de los dos partidos tradi­cionales se conforman más del 90% de los cuadros de políticos que tenemos en Paraguay en los cargos electivos: senado­res, diputados, gobernadores, intendentes, concejales depar­tamentales y municipales.

Tenemos un gran déficit, en el sentido de la elegibilidad. Si bien se da dentro de un cierto marco de desbloqueo, porque hoy tene­mos ese sistema en las internas políticas, uno ve la cara del polí­tico y si le quiere votar a ese, le vota, y si no le quiere votar a ese movimiento interno le vota a otro movimiento, pero tenemos una participación muy baja del 30%, 35% y 40% en algunos casos. Y ese porcentaje de elec­tores generalmente está direc­tamente relacionado con una estructura política, prebenda­ria, clientelista, que entonces hace que la “voluntad popu­lar” no sea la voluntad real del pueblo.

PARTICIPCIÓN DE LA MUJER

–A propósito de la participación paritaria ¿qué pensás al respecto?

–Yo personalmente creo que la mujer debe tener una repre­sentación paritaria, al menos en la conformación de las lis­tas. Tenemos que aclararle a la gente que el desbloqueo vs paridad es contradictorio. Por­que si vos tenés el desbloqueo total, vos podés elegir o más mujeres o más hombres. Hay algunos países como Noruega que tienen porcentaje máximo por ejemplo, que dice que nin­guno de los sexos pueden ser más del 60% en las listas. Ahí no se discrimina si son mujeres o hombres.

–No es muy fácil explicar esto que acabas de mencio­nar, sobre las contradic­ciones que se pueden dar. Es como que la impronta es alinearse en una u otra posición, no es fácil debatir esto...

–Yo pienso que nosotros tene­mos que superar esa polari­zación que ha caracterizado siempre la política para­guaya entre rojo y azul, Cerro y Olimpia, lopismo y antilo­pismo, francismo y antifran­cismo; o sea, tenemos que dar un paso adelante, nosotros estamos aprendiendo a vivir en democracia.

En este año 2019 estamos cumpliendo 30 años de demo­cracia, que ha tenido sus alti­bajos, pero nadie duda hoy de que las condiciones de vida de la ciudadanía son mejo­res que hace 30 años. Hemos logrado bajar notablemente la pobreza, hemos logrado mejorar en muchos aspectos y en muchos indicadores. Hoy tenemos libertad de prensa, libertad de expresión, liber­tad de reunión, libertad de comercio, cada uno puede dedicarse a lo que quiere. No hemos tenido exilios masivos desde el punto de vista polí­tico, sí en lo económico, que es algo que hay que trabajar.

LA FAMILIA

–Contame un poco de tu familia ¿Cómo era el nom­bre de tu abuelo paterno? ¿Cuando llegó a Paraguay? ¿Cómo empezaron?

–Mi abuelo paterno se llamaba Fukuichi Nakayama, él fue uno de los fundadores de la colonia La Colmena. La colonización japonesa en el Paraguay se ini­ció a través de un contacto que hizo el Dr. Eusebio Ayala con un embajador japonés en Chile en el año 1919, justamente este año se cumplen 100 años de las relaciones bilaterales y esta­mos preparando un libro con otros colegas en relación a eso.

A partir de ahí las relaciones fueron intensificándose hasta que en plena Guerra del Chaco el Dr. Eusebio Ayala da su bene­plácito para que puedan ingre­sar unos inmigrantes japo­neses, cuya gestión se hizo a través de “Burataku”, una orga­nización de inmigración en el Brasil. “Bura” viene de Brasil y se crea acá otra organización equivalente que se llama “Para­taku” en Paraguay.

Así llega el primer contingente, cuando justo en el cambio de gobierno, a través del golpe que propicia el Cnel. Rafael Franco, el 17 de febrero de 1936, y en el mes de abril llegan los prime­ros colonos. En el caso de mis abuelos son provenientes de la ciudad de Nagasaki. Entre las demás familias estaban los Nakayama, que son de ascen­dencia católica.

–¿Qué te deja particular­mente para tus aspiracio­nes en la política esa histo­ria familiar, esa tradición japonesa tan ligada a la disci­plina y a otros valores? ¿Qué te aporta?

–Yo pienso que es muy impor­tante que nosotros valore­mos la cultura no solamente de nuestros ancestros, en este caso, por línea paterna, sino también por el lado de la línea materna. Y soy hijo póstumo, Augusto. Mi mamá quedó viuda estando embarazada de mí, yo no llegué a conocer a mi papá. Por ese motivo yo tuve una educación eminentemente occidental, prácticamente mi contacto con el mundo japonés se redujo bastante, de hecho mi manejo del japonés no es el de una lengua materna, mi len­gua materna es el castellano y el guaraní que también escu­chaba que mi abuela materna hablaba, que son de la ciudad de Caballero.

EL HISTORIADOR

–En tu vida, hay otra faceta que también es muy impor­tante, que consume tiempo, que es la de ser historiador ¿Cómo fue que te metiste a eso?

–El tema de la historia yo lo traigo realmente desde pequeño, siempre me gustó. Empezó mi amor a la historia a través de la geografía. Me gustaba mucho los mapas, la historia de los países, como se formaron etc. etc., y allí fui aterrizando, luego de haber hecho una carrera de grado, como abogado. Luego decidí hacer un masterado en Histo­ria, como yo siempre le digo a la gente, yo gano mi dinero en el sector asegurador y gasto mi dinero en la historia y en la política. Tanto la historia como la política para quien quiere hacer bien las cosas por lo menos, no te reditúa dinero. En realidad te hace gastar dinero.

–Trabajaste mucho en la historia de la Triple Alianza, en la zona del sur, donde se libraron las bata­llas; siempre hay una mate­ria pendiente respecto a cómo hacemos para conocer esa historia de las regiones que están casi abandona­das, en términos de seña­lética e indicaciones de sitios históricos ¿por qué pasa eso?

–Vos sabés mejor que nadie Augusto que la zona del Ñeem­bucú históricamente es la más aislada del Paraguay, junta­mente con la zona de Concep­ción que comparten esa triste historia de olvido.Y pienso que fue una de las reivindica­ciones que hemos conseguido en esta época de la transición a la democracia, a través de la conexión de infraestructura, rutas que no habían, y ojalá se concreten los otros proyectos. A medida que nosotros interco­nectamos las regiones, vamos a tener más gente que pueda visi­tar esos lugares.

Entonces, a medida que noso­tros vayamos concretando esas obras yo creo que vamos a ir teniendo mayor flujo, un mayor interés. Nosotros hemos contribuido en algo con mi hermano Mateo en el museo de Humaitá, con una recrea­ción de la Iglesia, de la forta­leza y cada vez más gente me dice, estuve por Humaitá y vi el trabajo de ustedes, algo que 20 años atrás no existía. Yo creo que se va a crear esa diná­mica y de a poquito vamos a ir teniendo mejores condiciones.

–Particularmente en tu partido hay una especie de expectativa de nuevas figu­ras, y se te menciona con cierta frecuencia. ¿Cómo estás administrando esto?

–En ese sentido acompaño siempre las actividades del partido, justamente la semana pasada con el tema de la confe­rencia de prensa que hicimos sobre la Reforma Electoral, nosotros pensamos que el Par­tido Liberal debería pronun­ciarse por la responsabilidad histórica que nos corresponde, para justamente advertir lo que estábamos hablando al inicio, que el desbloqueo por el des­bloqueo solo no hace nada, si no viene acompañado de otras reformas, como voto electró­nico, obligatorio, primarias, paridad etc. etc.

–¿Pensaste cómo romper con el clientelismo? Porque eso tiene directa relación con la posibilidad de que lle­guen nuevas figuras.

–Yo pienso que ya hemos comenzado a romper, o sea que esta es una estructura que no se puede destruir con una bomba. Nosotros estamos haciendo el trabajo del agua; el agua de a poquito va a ir corroyendo, va a ir destruyendo y finalmente se va a imponer a la piedra por más dura que sea. Eso nos demuestra la naturaleza y eso va a ocurrir, y yo digo que va a ocurrir porque es lo que veo que pasa, no solamente dentro del Partido Liberal, sino también dentro del Partido Colorado. Bueno, tenemos que ser realis­tas. Si eso no ocurre dentro del Partido Colorado, difícilmente podamos romper ese esquema, esa estructura.

Yo veo que en las últimas deci­siones del Congreso ha tenido un alto componente de pre­sión ciudadana, incluyendo el tema del desbloqueo, que ha salido de una manera, por­que ellos supieron medir la temperatura política del pue­blo, que estaba hastiado y aun­que sabían que quizás el pro­yecto no era el mejor, tenían que hacerlo, porque no hacerlo implicaría un descontento social muy importante.

- Ahora, ¿te parece que falta mucho tiempo para que no se necesite la presión ciuda­dana para que se haga lo que corresponde en el Congreso?

–No, vamos a tener que seguir, nosotros estamos en una democracia incipiente. Yo incluso digo que estamos en transición a la democrática y la gente me dice, pero Eduardo no te parece que en 30 años pode­mos hablar de democracia, y yo respondo que no. No existe una división muy clara de los poderes aquí en la República. Sabemos que el poder político tiene una influencia bastante importante, en el estamento judicial, principalmente el Par­lamento a través de los orga­nismos extrapoder que son el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y el Consejo de la Magistratura.

Entonces, tenemos que ir avan­zando porque la democracia se construye todos los días. Y lo peor de todo va a ser que estas manifestaciones, protestas y todo lo que nosotros estamos haciendo, impulsando para avanzar hacia más democra­cia, nos lleven hacia un retro­ceso, eso va a ser inadmisible.

SOBRE LA FIGURA DE PAYO

–¿Te estás refiriendo al movimiento de Payo Cubas?

–Me refiero precisamente al discurso abierto y público, en que él hace la reivindicación de la figura del dictador. La dicta­dura en particular, no existe la buena o la mala, la dictadura es mala. Y la democracia por más falencias que tenga, como la nuestra, es preferible mil veces a un sistema dictatorial, autocrático y que mucho daño ha hecho a nuestro país. Noso­tros tenemos que avanzar hacia más democracia.

–¿Por qué te parece que una persona en 8 meses de gestión como senador logra mayor relevancia que el resto de la clase política, incluyéndote, que tiene una fórmula más convencional de gestión?

–Bueno, yo pienso que Para­guayo Cubas actúa con mucha inteligencia en el sentido de que logra captar la sinto­nía exacta del hastío de gran parte del pueblo. Ahí está su acierto principal. Entonces él traduce ese hastío de la gente en acciones concretas, que como hablábamos hace rato, tienen su simbolismo directo; es decir, tirarle agua a “Calé” Galaverna tiene un signifi­cado muy grande; ir a defecar en un juzgado tiene su signifi­cado muy grande.

Nosotros tenemos que darle lectura y yo personalmente siempre he manifestado mi apoyo a cualquiera que luche contra la corrupción, con los medios que tenga a su alcance, como el caso de Paraguayo Cubas. Voy a poner el freno y voy a retirarme cuando hablan de dictadura. De ninguna manera yo voy a admitir eso porque yo soy un demócrata y yo voy a luchar por la demo­cracia y por la libertad siempre.

ASPIRACIONES POLÍTICAS

- Casi finalmente Eduardo, ¿vas a pelear en las internas del Partido Liberal? ¿Sos de los que creen que ser inten­dente es una carga política?

–Para las municipales no, no tengo ninguna aspiración para las municipales del año próximo. Yo creo que se tienen que dar varios cambios estruc­turales que no van a pasar por la intendencia, sino por el Con­greso, para otorgarle a la muni­cipalidad, en este caso de la capital, que es la más impor­tante por lo que representa la capitalía para que pueda salir de este atolladero. Hay que darle herramientas a la municipalidad para que pueda salir, porque sola ya no puede salir, por más buena intención que exista. El que entra se va a encontrar con una montaña de lodo, para no decir de otra cosa, y le va a ser muy difícil salir a flote.

Entonces, yo creo que para el 2021 para las internas del Par­tido Liberal voy a tener una participación. No sé cómo, no sé bajo qué figura, pero sí me gustaría hacer una gran con­versación con los distintos sec­tores para que tratemos de tra­zar una estrategia para el 2023. La única vez que el Partido Liberal pudo llegar al poder fue cuando se puso de acuerdo internamente. Lo hizo en el año 1904 cuando los cívi­cos y radicales se pusie­ron de acuerdo, porque los liberales también tenemos nuestra his­toria de lucha. Sin unidad no hay mucha esperanza.­

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