“La política paraguaya es un poco difícil para los extranjeros comprender porque dentro del propio Partido Colorado hay un fuerte internismo, que es más fiera que la pelea que pueda tener con los partidos de la oposición”.
El consultor político brasileño Caio Manhanelli brindó un análisis sobre las relaciones bilaterales entre Paraguay y Brasil desde la perspectiva de los mandatarios Mario Abdo Benítez y Jair Bolsonaro. Al respecto, manifestó que a su parecer no existe un acercamiento real entre los jefes de Estado.
En entrevista con La Nación también dio a conocer su visión con respecto a la renegociación del Anexo C del Tratado de la Itaipú Binacional. En ese sentido, señaló que el gobierno de Abdo debería conformar una mesa técnica que estudie esa renegociación. Pero además, indicó que no cree conveniente que esta renegociación se adelante para el 2022.
–¿Cómo ve el relacionamiento Paraguay-Brasil, sobre todo desde el punto de vista de ambos mandatarios?
–Para mí, no hay relacionamiento, no existe un relacionamiento de hecho; lo que existe son acercamientos algo intencionados y me entristece ver que la misma forma que Jair Bolsonaro mira al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, como un ídolo, como un dios; así Mario Abdo y una gran parte de los colorados están mirando, de una forma muy inocente, a Bolsonaro.
–¿Por qué crees que el Gobierno paraguayo mira con tanta admiración a Bolsonaro?
–Hay un sector del coloradismo que piensa que Bolsonaro es una gran persona para Paraguay, o es un modelo de líder, porque refleja este pensamiento dictatorial retrógrado que, hasta cierto punto, por suerte de Paraguay, Mario Abdo refleja, pero no lo pronuncia. Mario Abdo tiene esa ligadura con la dictadura de Stroessner, probablemente esto tuvo un punto positivo a su favor en las elecciones, pero aun así su campaña tuvo la responsabilidad ética de no valerse de este sentimiento y se hizo una buena campaña, a la medida de lo que se pudo, que respetó los dictámenes éticos de comunicación en lo que respecta a la defensa y práctica de la democracia.
–¿Cómo ve estos primeros siete meses de gobierno de Mario Abdo Benítez?
–Jair Bolsonaro y Mario Abdo hacen la misma cosa, en tiempos distintos. El ambiente político en Paraguay tiene un retraso más lento que el brasileño. Nosotros nos basamos en la idea de los 100 días de gobierno para poner la casa arreglada, después de eso debe comenzar a mostrar los resultados. Lo que pasa en Paraguay es que esos 100 días son dilatados, entonces se espera para comenzar a ver si Mario Abdo empieza a mostrar lo que vino a hacer como presidente. Porque hasta ahora me parece que su discurso sigue siendo uno de campaña.
–¿Cuáles son las principales falencias del Gobierno paraguayo?
–Los gobiernos de Paraguay y Brasil no están formando parte de arreglos, no están buscando ni existe una propuesta de gobierno y esta es la crítica que se puede hacer a ambos mandatarios. No hay propuestas, no ganaron las elecciones basados en propuestas y, hasta ahora, no están enseñando cuáles son sus propuestas de lo que quieren hacer con sus respectivos países. En ese error están iguales los dos presidentes. Quiero decir que si Abdo se compara con Bolsonaro, es compararse con la mediocridad que no vale en cuanto a nivel de gobernación.
Ahora en Brasil lo que está pasando es un quilombo tan grande porque Bolsonaro no sabe ser presidente, no sabe bajarse e ir al Congreso, dialogar con los legisladores para construir una agenda común entre Congreso y Presidencia, y está comunicando sus acciones vía Twitter como si fuera algo útil, ignorando a la prensa. Lo que pasa en Brasil es una crisis política tan intensa. Creo que si Mario Abdo piensa en Bolsonaro como un ejemplo, como un partner potencial, se le está yendo la mano, va a perder mucho con esto. Entonces, no sería muy conveniente que sea Bolsonaro el presidente ni el momento de la renegociación del Tratado de Itaipú.
–¿Qué le falta al Gobierno de Abdo para arrancar vuelo y dar muestra de lo que quiere hacer en su mandato?
–Hasta ahora, Abdo no está mostrando a qué vino como presidente del Paraguay, no se está presentando un plan de gobierno. Y si tiene, no se está dando a conocer. Tiene una campaña electoral para presentar el plan de gobierno, pero se pasó todo ese tiempo criticando a su antecesor y que encima es de su partido. Empezó el gobierno en agosto y hasta finales del año pasado seguía con un discurso de campaña, reclamando, diciendo que no tiene plata el Estado, falseando números; después volvió atrás en sus declaraciones, en relación a los ministros del gabinete del gobierno anterior, y todo esto sin olvidar, por favor, que es de su mismo partido.
–¿Qué le parece la forma de hacer política en Paraguay?
–La política paraguaya es un poco difícil para los extranjeros comprender porque dentro del propio Partido Colorado hay un fuerte internismo, que es más fiera que la pelea que pueda tener con los partidos de la oposición entre colorados y liberales. Lo que pasa hoy es que se espera que esos 100 días de gobierno que tiene cualquier otro país, pero en Paraguay son los 100 días más dilatados, no hablamos de tres meses, sino de seis meses, que de alguna manera comienzan a generar la presión, a pedir ya en forma pública al Gobierno que muestre de una vez a qué vino, cuál es el proyecto país que tiene. Algunas cosas se enseñaron y, aparentemente, son positivas, pero hasta qué nivel existe de hecho instituciones fuertes en Paraguay para cobrar. O vamos a tener siempre intervenciones en municipios. Quiere decir que la propuesta de gobernación del gobierno central es intervenir en los municipios porque el municipio tenía que tener su plan de desarrollo, sus cuentas transparentes. ¿Por qué estamos interviniendo municipios, en vez de crear aparatos fiscalizatorios y que ayuden a los municipios a prestar en cuentas?
–Respecto a la renegociación del Tratado de Itaipú, ¿qué expectativas tiene usted?
–Como señalé antes, no existe una relación entre Mario Abdo y Jair Bolsonaro, es una ilusión, y es un peligro que Mario Abdo quiera adelantar la renegociación del Tratado de Itaipú para el 2022 con el fin de que Bolsonaro esté aún en el poder para cerrar esta negociación. Bolsonaro no es una persona que va a respetar el Paraguay, no es una persona que conoce la historia de Paraguay. Bolsonaro lo que va hacer y decir “esto es de Brasil, esto es nuestro y listo”, él no es una persona con pensamiento de profundidad, es una persona de pensamiento mediano, ligero en relación a política internacional.
–¿Cree usted que Paraguay debería esperar al próximo gobierno para renegociar el tratado?
–En el tema de la renegociación del Tratado de Itaipú no aparece en un horizonte positivo, siendo el negociador Mario Abdo con Jair Bolsonaro. Para la negociación, que debería ser en el 2023 y que se quiere adelantar para el 2022, incluso el miedo era que Brasil quiera adelantar la negociación para el 2022, pero parece que hay una intención del propio Abdo de adelantar la renegociación, lo que me parece un gran equívoco. Entonces, o está muy mal asesorado o no conoce muy bien a su contraparte, al presidente brasileño, no sabe quién es. No veo de hecho que tenga una relación establecida para comenzar una negociación, pero tampoco creo que en el listado que tiene Brasil, Bolsonaro le va a dar atención a Mario Abdo.
–En cuanto a la condición de Paraguay, ¿cree usted que está preparándose para esa negociación sobre el Tratado de la binacional?
–Otra cosa que me parece un gran equívoco, dejar toda la negociación en la espalda del presidente Mario Abdo, es claro que él es el responsable y la cabeza que va a promover la renegociación. Pero un grupo de técnicos ya debería estar trabajando y adelantándose para tratar con el grupo de técnicos brasileños sobre el tema. Lo que no se está haciendo, y solo se está imaginando el panorama y especulando lo bueno o malo que podría ser esta nueva renegociación del Tratado.
–¿Cómo percibes los intereses del Brasil respecto a esta renegociación?
–Siempre los intereses del Brasil serán recibir más y pagar menos. La impresión del ciudadano brasileño promedio es que Itaipú es del Brasil. Entonces, lo que es la opinión pública brasileña, que es bastante mediocre, va a decir que Paraguay tiene que pagar al Brasil y no de contrario. Itaipú es mitad y mitad, y sobre esto no se informa muy bien que Paraguay no está utilizando toda esa potencia y va para el Brasil que consume más energía.
¿Brasil paga por esa energía que consume de más? Y esa es mi duda, entonces ni los medios informan bien como se está distribuyendo esto. Otra cosa que me parece que Paraguay debería pelear es tener las condiciones para que pueda negociar la venta de la energía directamente a otros países vecinos, en especial a Bolivia, que creo que hasta hoy Paraguay no puede hacer; sin embargo, Brasil sí vende energía a Uruguay.
PERFIL
Científico social, antropólogo, consultor político, especialista en asesoramiento de prensa y especialista en investigación de opinión pública, política y electoral.
Egresado de la Escuela de Sociología y Política de São Paulo, con especialización en antropología en la Universidad Federal de São Carlos.
Es presidente de la Polls Group en Paraguay, director de Manhanelli Associados y Abcop (Associação Brasileira de Consultores Políticos) en Brasil.
Ha coordinado más de 150 encuestas electorales para candidatos y partidos, y ha participado en más de 70 campañas electorales. Recientemente, lideró una campaña presidencial en Angola; también ha impartido seminarios y charlas sobre mercadeo político en Argentina, Brasil, Ecuador, Colombia, México, España, Portugal y otros.