OPINIÓN

Por Óscar Tuma, exdiputado

Quiero empezar señalando que lo realizado el sábado pasado por los convencionales del Partido Colorado es loable desde todo punto de vista; porque nunca en la historia del partido a iniciativa propia de convencionales lograron lo que han logrado. Pero no puede el partido político más popular del país comprar un boleto de regreso al sectarismo, por el contrario, está obligado a abrir los ojos al futuro por el bien del país, los tiempos son otros y nada es igual ni será igual a las décadas pasadas.

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Lo perpetrado por los convencionales no es un retorno a las raíces partidarias, por el contrario, es un retorno a la intolerancia de la década de los años 90, porque de la mano de Caballero lo que importaba era la intelectualidad, la honorabilidad y no la antigüedad partidaria. Excluir a los jóvenes es un error, ellos llegaron para quedarse en este mundo globalizado, que día a día está siendo dominado por las redes sociales, y ya no aceptan pegar calcomanías o colgar pasacalles nada más, quieren ser protagonistas del futuro del país.

No podemos sostener la teoría que el problema partidario pase por la militancia, más bien tienen que ver con factores más profundos, como ser la falta de honestidad o de vergüenza de muchos personajes que representan a los colorados, los cuales generan el rechazo del elector; pero esto no solo ocurre dentro del partido colorado, también acontece en los otros sectores políticos, produciendo como resultado el rechazo y desgaste de toda la clase política.

Tampoco podemos negar la importancia de la militancia partidaria, lógico que no, pero está más que demostrado que no es lo primordial hoy en día para generar transformaciones en el país y mucho menos para seducir al elector; y tampoco lo fue dentro del Partido Colorado, ya que en sus inicios no existía el requisito de la “antigüedad partidaria” para formar parte de la asociación de hombres libres, por el contrario, el partido se nutría de hombres honorables e intelectuales con quienes construyeron el país.

De muestra vale un botón como suelo decir, llevemos un caso a la práctica imaginaria, y preguntémonos quién espanta más al votante, ¿Eduardo Petta o Nicanor Duarte Frutos?, el primero quien fuera candidato a gobernador por Añetete y hoy uno de los ministros más mimados del gabinete del presidente Mario Abdo, el mismo que fue un alto funcionario en la era Lugo, para luego apoyar a Efraín Alegre en el 2013 y postularse como senador por el Encuentro Nacional, abandonando ese sector en el 2016 y pasar a filas del Partido Colorado de la mano de Añetete o Nicanor Duarte Frutos, ex presidente del Partido Colorado y de la República en cuyos hombros pesa enormes sospechas de malos manejos y de corrupción. Usted responda.

Los buenos políticos, que los hay, no deben temer a los outsider, no pueden pretender ganar elecciones por W.O., porque eso sería terrible para la democracia. En todo caso hay que buscar la manera de cambiar de actitud, buscar nuevas fórmulas como dejar de proteger al “chancho del chiquero de uno” o desprenderse de los corruptos que terminan generando la ecpatía de la ciudadanía y no la empatía.

Recurrir a outsiders es un recurso que utilizan todos los partidos y movimientos políticos, y lo hacen para captar y atraer a determinados electores que se ven representados por estos. En nuestro país tenemos varios casos, siendo el más sonado por derrocar al Partido Colorado el de Fernando Lugo, pero no solo acá ocurre esto, y tampoco es nuevo, por el contrario, es una tendencia que empezó hace décadas, siendo el caso más emblemático, seguramente, el de Ronald Reagan.

En fin, volviendo al tema, lo que siempre hizo grande al Partido Colorado fue su legitimación popular, y esto es lo que lo diferencia de todos los demás partidos y movimientos políticos que eligen a sus candidatos entre 4 paredes. El Partido Colorado siempre estuvo 3 pasos delante, y hoy en lugar de discutir por ejemplo temas como el “desbloqueo” en la convención lo que hicieron fue recurrir a una fórmula con olor a llanura.

Si el Partido Colorado quiere seguir gobernando no debe alejarse de la realidad, debe desprenderse de esas personas que durante décadas se aprovecharon de la militancia para llenarse los bolsillos, pero, sobre todo, debe abrazar con fuerzas sus principios “una asociación de hombres libres que busca promover el bienestar del pueblo paraguayo sobre la base de la igualdad, la justicia y la soberanía popular manifestada en la forma republicana, democrática, participativa y representativa del gobierno”.

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