El Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) viene siendo blanco de cuestionamientos en estos días. La cartera estatal adjudicó cerca de G. 15.000 millones a cuatro empresas para la construcción de 209 aulas prefabricadas y no saben si se realizarán los mantenimientos a estos ensamblados que, según expertos, tienen una estimación de vida útil de unos 10 años. En caso de que no se realicen los cuidados, incluso pueden durar menos, según constructores.
“Nosotros no elaboramos los proyectos y hay muchas dudas que también me consultan los fiscales de las obras (que son del MEC ) en algunas cuestiones que no están muy claras. La dirección de infraestructura nunca implementó este tipo de aulas, no tenemos experiencia”, indicó Raquel Ortellado, encargada de la Dirección de Infraestructura del MEC y quien deja en evidencia la falta de conocimiento sobre la millonaria inversión.
De acuerdo con referentes del sector de obras, para que este tipo de aulas tengan la vida útil esperada deben recibir mantenimientos constantes, al menos de manera anual. Sin embargo, en el MEC ni siquiera entienden el sistema de construcción, lo cual fue confirmado por la propia directora de infraestructura.
Lo que pagará el MEC por cada unidad de aulas prefabricadas ronda los G. 72 millones, mientras que un aula convencional (ladrillo y teja), que puede durar hasta 50 años y ofrece mayor seguridad, cuesta casi lo mismo.
Otro hecho no menor es que el MEC no tiene contrato ni están enterados de las condiciones de la adjudicación. Es decir, que deja en manos de otros, en este caso de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), que tampoco publica el contrato, el manejo de la millonaria inversión, cuando la cartera educativa debería marcar las pautas por ser el órgano rector. Los fondos provienen de la Unión Europea.
GOLPEA A LA INDUSTRIA LOCAL
El representante de la Cámara Paraguaya de la Construcción (Capaco), José Luis Heisecke, y el titular de la Cámara Paraguaya de la Industria Cerámica, Ricardo Maluf, pidieron al titular MEC, Eduardo Petta, ser transparente en las licitaciones.
“Lo que nosotros pedimos son licitaciones abiertas y transparentes. En este caso la industria nacional en sí es la que va a verse muy perjudicada porque es un sistema que empleará a menos gente”, dijo Heisecke. Agregó que desde el año pasado piden una audiencia con Petta, pero hasta ahora no les recibe.
Los ceramistas son los perjudicados directos, ya que su producción queda de lado con las aulas prefabricadas. Ricardo Maluf comentó que varias empresas actualmente operan a media máquina por falta de mercado. Las industrias cerámicas emplean a unos 120 mil trabajadores de manera directa.