La ministra de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS), Carla Bacigalupo, fue denunciada ante el Ministerio Público por los delitos de estafa, lesión de confianza, asociación criminal y usurpación de funciones públicas por una supuesta maniobra realizada para la adquisición de simuladores de máquinas para el Servicio Nacional de Formación Profesional (SNPP). Además de la ministra, también fueron denunciados los funcionarios Darío Muñoz (yerno de Bacigalupo), Julio Pessolani y Cristhian Daniel Barba, por los mismos delitos.
La denunciante es Ynés Ríos, funcionaria del SNPP, quien fue destituida de su cargo de directora de Aulas Móviles luego de solicitar la anulación de la millonaria compra de los equipos mencionados por valor de G. 1.290 millones. Según Ríos, la transacción realizada fue un gasto innecesario para el Estado, ya que la cantidad de cursos en la institución para este año (2019) fueron reducidos.
Sin embargo, autoridades del ente, en vez de tomar las medidas sugeridas por la funcionaria, decidieron apartarla de la dirección después de más de veinte años de servicio. Fue derivada a otra sede situada en la ciudad de Capiatá y como si eso no bastara, su hijo, Gino Francesco Ruggero, quien estaba contratado en el departamento de auditoría, fue desvinculado del SNPP. Como la institución es dependiente del MTESS, todas estas medidas habrían sido adoptadas por Bacigalupo.
“Nos basamos en la obligación que tiene el ciudadano y el funcionario público en denunciar hechos punibles que ocurren dentro de los lugares donde ellos prestan servicio. Los delitos son lesión de confianza, estafa, usurpación de cargos y otros hechos que el fiscal deberá estudiar a fondo. La denuncia es por la compra irregular de simuladores, que la directora a través de documentos había solicitado que se dé un paro a eso. Sin embargo, la ministra, con toda prepotencia, siguió con la licitación de forma irregular”, manifestó Lilian Corvalán, representante legal de la denunciante.
La abogada señaló que el caso debe ser estudiado por la Fiscalía y evaluar si amerita o no sumar algún hecho punible. A la vez, resaltó la importancia de poner un punto final a los hechos de corrupción que por lo general ocurren dentro de las instituciones públicas. “Pedimos a la Fiscalía que el caso se revea, que se pare con esta situación y que el pueblo paraguayo despierte de una vez por todas y que determine que la corrupción sigue aquí en el Estado y que lo que quiere hacer esta ciudadana (Ynés Ríos) ojalá muchos ciudadanos tomen como ejemplo y denuncien este tipo de hechos y no apañen, eso es lo que queremos”, aseguró.
La denuncia deberá ser evaluada en el Ministerio Público, que finalmente determinará si la admitirá o no. En caso de que la misma sea admitida, el caso será sorteado para determinar quién será el fiscal que llevará adelante la investigación. Esto podría conocerse en un plazo de aproximadamente quince días.
ANTECEDENTES DEL CASO
El 17 de julio del 2018, el SNPP publicó un llamado a licitación por valor de G. 1.290 millones para la adquisición de simuladores de máquinas pesadas para la institución. Poco después de la apertura de sobres, la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) resolvió anular la adjudicación que fue otorgada a la firma GSM y sugirió reevaluar las propuestas a raíz de una protesta presentada por uno de los oferentes, Automotive, que tenía la mejor oferta.
Sin embargo, según la denuncia, la ministra Carla Bacigalupo habría ignorado la resolución de Contrataciones Públicas y concretó la adquisición de las maquinarias de la firma adjudicada inicialmente (GSM).
La señora Ynés Ríos fue quien solicitó inicialmente a través de un memorándum la compra de estos equipos. Fue el 28 de mayo del 2018, pero por los mismos medios pidió anular el pedido porque ya no sería necesario debido al cierre de varios cursos dictados en la institución, pero los directivos continuaron con el proceso de adquisición.
Cuando los simuladores debían ser entregados a la institución, según denuncia Ríos, llamativamente los directivos del SNPP buscaban la manera de responsabilizarla de esas compras; los mismos llegaron incompletos. Fue en ese momento que en uso de sus atribuciones, la ahora denunciante pidió cancelar definitivamente el proceso de licitación. Esta decisión le costó el cargo.