Integrantes del movimiento Colorado Añetete, liderado por el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, evidencian una serie de contradicciones sobre diversos temas. El diputado preso Ulises Quintana fue desmentido por el vicepresidente de la República, Hugo Velázquez, y por el senador y presidente del Congreso, Silvio Ovelar, sobre sus recientes declaraciones.
El recluso acusó al clan Zacarías Irún de manejar la Fiscalía en el este del país.
“Yo no creo que él (Quintana) sea un perseguido político, tampoco creo que los Zacarías manejen la justicia”, afirmó Velázquez. A su vez, Ovelar dijo: “Yo no creo tampoco eso. La Fiscalía tiene su hoja de ruta. Nosotros podemos estar de acuerdo o no con la institución, pero hay que respetar su autonomía”.
Quintana, quien es investigado por el Ministerio Público por vínculos con el supuesto capo Reinaldo Javier “Cucho” Cabaña, había acusado directamente al senador Javier Zacarías Irún de estar detrás de su imputación. Según manifestaciones del diputado, el objetivo era quitarlo de su banca en la Cámara Baja para evitar el pedido y posterior votación a favor de la intervención de la Municipalidad de Ciudad del Este, que estaba a cargo de la esposa del legislador, Sandra McLeod.
RÉDITOS POLÍTICOS
Álvaro Arias, abogado del diputado colorado con permiso Ulises Quintana, había expresado que en la causa de su cliente se perdió la objetividad y que es utilizada para obtener rédito político. En comunicación con la radio 780 AM, el letrado dijo que “el único patrimonio que tiene son algunos lotes en la ciudad de Hernandarias, se ha utilizado a la Fiscalía para obtener réditos políticos”. Agregó también que las propiedades fueron declaradas ante la Contraloría.