La decisión drástica del Gobierno para­guayo, encabezado por el presidente de la Repú­blica, Mario Abdo Benítez, de romper definitivamente las relaciones diplomáticas con la República Bolivariana de Venezuela, no tuvo el acom­pañamiento esperado. El pasado 10 de enero, Paraguay anunció el quiebre definitivo de las relaciones diplomáti­cas con el país caribeño con la asunción de Nicolás Maduro para un nuevo y polémico período (2019-2025).

El Gobierno paraguayo se basó en la decisión del Grupo de Lima de no reco­nocer a Maduro al frente del gobierno para tomar esta decisión, alegando que su reelección se dio en unos comicios fraudulentos. El comunicado del Grupo de Lima fue acompañado por los 14 países de Amé­rica Latina integrantes del bloque el pasado 4 de enero, pero solo Paraguay tomó esta drástica postura.

Países del continente condenaron la reelección de Nicolás Maduro.

Asimismo, ninguno de los países que hacen parte del grupo o del mismo Mercado Común del Sur (Mercosur) salió al paso para dar su apoyo o acompañamiento al gobierno de Mario Abdo.

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Así, el país se quedó solo en esta decisión dejando entrever el poco peso que tiene actualmente con este tipo de decisiones o presio­nes contra el régimen dic­tatorial que implementa Maduro en su país.

Un día después del anun­cio del Gobierno para­guayo, el ministro de Relaciones Exteriores, Luis Alberto Castiglioni, manifestó que el contacto con los países integran­tes del Grupo de Lima era constante y se aguardaba que también se adhieran a esta misma postura. Sin embargo, hasta el momento ninguno de los gobiernos se pronunció al respecto, ni en acompañar y mucho menos tomar la misma postura.

ACOMPAÑAMIENTO INTERNO

Mientras tanto, algunos referentes de la diploma­cia paraguaya felicitaron la decisión del Gobierno, como el ex canciller Eladio Loizaga, quien señaló que “es la primera decisión de su naturaleza que se toma en el tiempo contempo­ráneo de la diplomacia paraguaya”. Igualmente, indicó que Paraguay siem­pre mantuvo una postura firme hacia la crisis polí­tica y humanitaria en Venezuela.

Mientras tanto, el sena­dor Javier Zacarías Irún sostuvo que sería mejor mantener las relaciones con la Asamblea Nacional de Venezuela. Asimismo, sostuvo que es necesario dividir las cosas y no per­judicar al pueblo venezo­lano. “Es un pueblo que está sufriendo, un pueblo al que debemos, por sobre todas las cosas, apoyar y ayudar y no coincidimos con la decisión del cierre de una embajada de Para­guay en Venezuela ni vice­versa”, puntualizó el par­lamentario.

EL ÚNICO APOYO QUE RECIBIÓ PARAGUAY

El único apoyo que recibió el Gobierno paraguayo por esta decisión fue del sena­dor de los Estados Unidos Marco Rubio. El legislador del Partido Republicano dio su apoyo en una reu­nión con el viceministro paraguayo Hugo Saguier Caballero y el embajador Manuel María Cáceres en la embajada paraguaya en Washington.

En este sentido, el vicecan­ciller paraguayo manifestó el interés de acompañar la decisión de la Asamblea Nacional de Venezuela en los términos expresados en la Declaración del Grupo de Lima emitida el 4 de enero de este año.

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