El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil informó ayer a La Nación que no hará comentarios respecto al pedido de revocatoria del estatus de refugiados de Juan Arrom y Anuncio Martí hecho por el Gobierno paraguayo. El pedido oficial de cancelación fue hecho el 10 de enero pasado ante el canciller brasileño Ernesto Araújo. El representante paraguayo, el vicecanciller Hugo Saguier Caballero, fue el portador de la nota.
Nuestro diario hizo contacto con la oficina de comunicación de la Cancillería que se encuentra en Brasilia, pero sus responsables respondieron que prefieren no hacer ningún comentario sobre esta cuestión. El miércoles, el canciller nacional, Luis Alberto Castiglioni, declaró a los medios de prensa que todavía no tiene respuestas de parte de Brasil y adelantó que se comunicará con su par Araújo a más tardar dentro de las 48 horas para definir el caso en lo que queda de esta semana.
En esa ocasión, el secretario de Estado se mostró optimista ante la posibilidad de que Brasil pueda dar una respuesta favorable a Paraguay, atendiendo que recientemente el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, declaró que su país “ya no será refugio de marginales y bandidos, disfrazados de presos políticos”.
Tanto Arrom como Martí son los principales sospechosos del secuestro de María Edith Bordón, ocurrido el 16 de noviembre del 2001 y obtuvieron asilo por parte de la Comisión Nacional de Refugiados del Brasil (Conare), cuando en diciembre del 2003 escaparon hacia el vecino país para evitar así afrontar el juicio oral y público que pesaba en contra de ambos.
DEMANDA CONTRA PARAGUAY
El siete de febrero próximo se llevará a cabo el juicio ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en cuya ocasión, Paraguay deberá demostrar que las acusaciones de supuestas torturas y privación de libertad que denunciaron Juan Arrom y Anuncio Martí, no son ciertas.
Ambos sostienen que autoridades nacionales los secuestraron luego de la liberación de María Edith Bordón y los sometieron a golpes, intentos de ahogamientos y todo tipo de castigos físicos, con el único fin de que se declaren culpables del lo acontecido el 16 de noviembre del 2001.
Estas personas exigen que el Estado les pague US$ 63 millones, en concepto de resarcimiento por el daño que supuestamente les habrían causado. Sin embargo, representantes nacionales se mantienen firmes en que el país no pagará absolutamente nada, ya que sostienen que estas personas son responsables del secuestro de Bordón, motivo por el cual deben ser extraditados a Asunción para responder ante la Justicia.
SEPA MÁS
Antecedentes del secuestro
El secuestro de María Edith Bordón ocurrió el 16 de noviembre del 2001, cuando la interceptaron en el Parque Ñu Guasu. En el barrio Palomar, de Asunción, la mantuvieron en cautiverio durante 64 días. Fue liberada el 19 de enero del 2002 tras el pago de US$ 1 millón.
Los entonces dirigentes del movimiento político Partido Patria Libre, Juan Arrom y Anuncio Martí, fueron declarados por la Fiscalía como principales sospechosos. Según las declaraciones de Bordón, Arrom sería el jefe de la banda. Posterior a la liberación, Arrom y Martí aparecerían como secuestrados por autoridades nacionales (desde ministros hasta policías) en una “mexicaneada”.