El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, anunció a través de su cuenta de Twitter que Brasil ya no “será refugio de marginales disfrazados de presos políticos”. Esto podría interpretarse como un punto favorable hacia el pedido de revocatoria de refugiados de Juan Arrom y Anuncio Martí, solicitado días pasados por el Gobierno paraguayo y que estaría más próximo de lo esperado.
El comunicado del mandatario se refiere además al caso del italiano Césare Battisti, uno de los delincuentes más buscados de Italia que fue condenado a cadena perpetua, pero que por años fue protegido por los gobiernos de Francia y Brasil. Battisti estaba prófugo desde diciembre pasado luego de que autoridades brasileñas anunciaron su extradición a su país de origen, pero hace días lo detuvieron en Bolivia.
En su tuit, Bolsonaro asume el compromiso de extraditar a Battisti de inmediato para que de esta manera pueda finalmente afrontar a la Justicia italiana.
“En reunión con los ministros de Justicia, Relaciones Exteriores y GSI (Gabinete de Seguridad Internacional), así como en contacto con autoridades italianas, decidimos ayudarlos. Brasil ya no será refugio de marginales o bandidos disfrazados de presos políticos”, reza parte de lo escrito en la cuenta de Bolsonaro.
La situación no está ajena a la realidad actual de Paraguay, ya que también clama por dos supuestos secuestradores (Arrom y Martí) que se encuentran asilados en Brasil en carácter de refugiados políticos. Ambos fueron procesados y acusados por el secuestro de María Edith Bordón. Sin embargo, en agosto del 2003, poco antes de iniciarse el juicio oral y público en el que se resolvería si fueron o no responsables del crimen del que lo acusan, lograron escapar.
Posteriormente, estas personas entablaron una demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos contra el Estado paraguayo, alegando que supuestamente fueron víctimas de privación ilegítima de libertad y tortura por parte de autoridades nacionales. La Corte IDH debe resolver el próximo 7 de febrero el caso.
Sin embargo, todavía queda pendiente el pedido de este gobierno a las autoridades brasileñas, ya que una vez revocado el asilo político, podrán ser extraditados al país para que finalmente afronten a la Justicia nacional.