Animando a los fieles a realizar cambios radicales, criticando la impunidad, la corrupción y la justicia sometida a los poderes políticos, el obispo de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, desarrolló su homilía en el día de la Inmaculada Concepción de María en la ciudad serrana. El religioso se refirió a la grave crisis moral que afecta tanto al sector público como al privado y a la política. La celebración central de la festividad de la Virgen de Caacupé se realizó ante miles de fieles, quienes llegaron de distintos puntos del país, además de autoridades nacionales como el presidente, Mario Abdo Benítez, y su esposa; el vicepresidente, ministros y representantes de instituciones. La festividad se hizo bajo el lema “Abrazado a Cristo Jesús” y la reflexión de la misa central de la mañana giró en torno a “María, la que nos dio a todos el fruto bendito de su vientre”.

Monseñor Valenzuela apuntó a la situación de injusticia social y económica que padece gran parte de la población y lamentó la actuación de autoridades y dirigentes políticos, quienes no tienen programas bien pensados, pero sobre todo criticó el comportamiento de los mismos, ya que no es adecuado a la investidura y crea malestar y descontento en la gente.

¡BASTA YA!

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“Esto nos lleva a decir: ¡Basta ya a la desvergonzada corrupción e impunidad a las que se ha llegado! Miremos a la Casa de Astrea, de la Justicia. Ya no podemos permanecer impasibles ante tanta corrupción. Se ha perdido la confianza en la justicia porque se ha perdido el respeto. La ley no es igual para todos. Es sabido que los políticos tienen sometidos a los jueces y fiscales mediante organismos manejados por ellos mismos. Estamos al borde de la justicia por mano propia”, advirtió.

Monseñor Valenzuela fue varias veces interrumpido por los aplausos durante su homilía, en la que también recordó el malestar de la gente que está cansada del tráfico de influencias, las protecciones mutuas, los privilegios, salarios altos. “¡El país está cansado!”, expresó. “El pueblo está cansado de esta clase de autoridades. Cansado de las injusticias por la falta de oportunidad a un empleo digno, de la violencia y la inseguridad reinantes en las calles, (…) de los insaciables de dinero y de poder, los que abusan del poder (…), los que negocian sectorialmente los bienes del país, de los que hipotecan el futuro de los niños y los jóvenes (…), cansado de la corrupción generalizada que parece no tener límites. A todo esto decimos ¡¡basta ya!!”, aseguró.

LÍDERES DESHONESTOS

En ese sentido, dijo que la doble vida de un cristiano es una injusticia porque engaña, indicando que hay diferencia entre el pecado y el corrupto, ya que este último tiene una doble vida. “Se puede ser pecador porque lo somos todos, pero no corrupto”. Agregó que las organizaciones mueren de arriba hacia abajo. “Cuando el líder no es íntegro, no es honesto, se comienza a pudrir toda la estructura hacia abajo (…). Nos preguntamos para qué sirve tener la tecnología más avanzada, o el poder absoluto, si los líderes y las personas que están en los puestos clave no tienen integridad, no son honestos, pues no sirven absolutamente para liderar”, dijo al tiempo de indicar que los valores fundamentales deben ser la honestidad e integridad.

JÓVENES

Un capítulo especial de la homilía fue el relacionado a los jóvenes. Tras indicar que este grupo logró importantes cosas en el marco del Trienio de la Juventud, Valenzuela dijo que representan un enorme potencial para el presente y el futuro de la Iglesia y del pueblo. “Son generosos, sensibles a las causas nobles y no temen el sacrificio ni la entrega de su propia vida. Sin embargo, los jóvenes le temen a una vida sin sentido, a las falsas ilusiones de felicidad y a los paraísos engañosos de la droga, el placer, el alcohol y a todas formas de violencia”, indicó.

Recordó que se puso a disposición de las comunidades juveniles el itinerario formativo, en el que podrán encontrar en él los diferentes temas que afectan e interesan a los jóvenes de nuestra iglesia en la sociedad actual. “El itinerario es motivo de alegría esperanzadora para la vida del joven y sus comunidades, y a la vez un impulso misionero que los lleve al encuentro de nuevos jóvenes”, indicó.

La imagen de la Virgencita Azul fue llevada hasta el altar para iniciar la celebración.


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