ENTREVISTA. BRUNO MASI

EDICIÓN PERIODÍSTICA. MARYCRUZ NAJLE

FOTOS. ANÍBAL GAUTO

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Doctor Jiménez Rolón, si tuviéramos que resumir su trayectoria ¿cómo lo haríamos?

–Nací en enero de 1957. Soy abogado civilista. Me recibí de abogado en la Universidad Nacional de Asunción en 1980. Trabajé ininterrumpidamente en la profesión de abogado desde ese momento, como profesional, porque ya desde antes trabajé en el mismo estudio, como asistente de mi padre. Como miembro de la actual Corte Suprema de Justicia, soy integrante de la Sala Civil y Comercial y responsable de las circunscripciones de Concepción y Alto Paraguay. Aclaro que para mi ingreso a la CSJ obtuve los votos de todos los sectores del Senado, de todos.

Su padre fue muy reconocido dentro de la carrera judicial, el doctor Jiménez y Núñez, miembro de la Corte en los años 50’ cuando eran solo tres los miembros.

-Sí. Así es. Ahora son nueve los miembros de la Corte y se dividen en tres salas: la Sala Constitucional, la Sala Civil y Comercial, es la que yo integro, y la Sala Penal, que también se encarga de los casos en lo contencioso administrativo...

¿Casado y con hijos?

–Sí. Casado y tengo dos hijos abogados que están trabajando conmigo en el estudio. Ellos ahora tomaron la posta y se encargan de seguir con ello, ya que yo estoy en otro tema...

Volviendo al tema de su padre, de su prestigio y trayectoria como profesional que seguramente lo ha inspirado a usted...

–Sí. Realmente fue una inspiración para mí. Haciendo un poco de historia, mi padre realizó una larga carrera en la magistratura. Él fue esencialmente magistrado; comenzó desde muy joven, siendo fiscal en lo civil. Después fue juez de primera instancia; ascendió al Tribunal de Apelación y siendo todavía muy joven, apenas con 35 años, llegó a la Corte Suprema de Justicia. Se jubiló a los 42 años y empezó a trabajar en la profesión. Posteriormente, cuando yo estaba por terminar la carrera empecé a trabajar con él...

UN PADRE, UN EJEMPLO

–¿Era muy meticuloso, muy apasionado?

–Sí. Era muy apasionado, pero con una característica que es la que yo aprendí. Porque hay veces que el profesional abogado, el de esencia abogado, busca hacer prevalecer siempre la posición que defiende, lo que es absolutamente legítimo. En cambio él trataba de encontrar siempre el justo medio; que sea justo lo que planteaba, porque tenía un alma de magistrado. Y el magistrado siempre tiene que buscar la justicia. De manera que yo me “crié”, profesionalmente hablando, con ese espíritu...

–Hubo un caso en el que su padre tuvo mucho que ver, el famoso caso Barthe...

Ese era un caso muy emblemático de aquella época. Se trataba de una demanda promovida por el Estado paraguayo para obtener la reivindicación, la recuperación de unas 290 mil hectáreas en el Alto Paraná. Era una cuestión de un valor económico inmenso. Y resultaba que ese pleito tenía una antigüedad entonces de unos 30 años. Entonces, esos intereses foráneos que había adquirido esas tierras luego de la Guerra de la Triple Alianza, explotaban esa inmensidad de tierra y vivían de esa explotación, sacando una inmensa fortuna. Lo que la empresa Barthe quería es que no se resolviera el tema en la justicia, porque podían ellos seguir explotando esa riqueza...

Y entonces su padre se tomó en serio el tema...

–Él me contaba que en la prensa argentina, de entonces, ya se burlaban de la justicia paraguaya por eso, porque el pleito duraba décadas... Entonces, mi padre pidió un permiso especial para trabajar exclusivamente en ese tema y fue ahí cuando se produjo una anécdota que suelen contar los memoriosos. Porque los interesados se han valido de un compañero de colegio de mi padre para que vaya a hacerle una oferta económica inmensa, pero no para que se dicte sentencia a favor de los intereses extranjeros, sino simplemente para que “deje de trabajar” en el caso... A cambio, le iban a pagar una fortuna...

¿Y qué hizo su padre?

–Voy a repetir textualmente lo que me dijo él: “Lo eché a patadas”...La casa de mi padre era la que fue la sede de la Facultad de Arquitectura, en España y Perú. Y entre la avenida España y la casa en sí había como 50 metros o más...Y toda esa distancia, me dijo entonces “lo fui empujando y dándole patadas a quien vino a ofrecerme el trato”.

CAMBIOS PROFUNDOS

–El Poder Judicial está entre los más criticados en la actualidad. ¿Qué piensa de eso?

–Creo que es una realidad de la que todos somos conscientes. Y precisamente, una de las motivaciones que tuve para presentarme al concurso para acceder a la Corte. Porque yo nunca me presenté a ningún concurso con anterioridad a aquella terna que integré en la que fue electa la doctora Miriam Peña. Fue la segunda vez que me presenté. Porque uno es consciente de los problemas que tiene la Justicia. Y en mi caso sobre todo, que fui toda la vida abogado litigante, se ha venido advirtiendo de que cada vez es más difícil trabajar en la profesión. Y entonces, teniendo yo hijos y además pensando en el país, lo hice.

Pensando en el futuro de los hijos

–Sí, pero en el país sobre todo, porque la administración de la justicia es algo demasiado sensible para cualquier país. Entonces, uno no puede permanecer impasible y decir: bueno, que siga nomás y yo no ofrezco nada...Yo creo que me preparé toda la vida para este cargo porque no hice otra cosa en mi vida que dedicarme a la actividad jurídica y judicial, pero desde el punto de vista del abogado litigante; de modo que esa era una preocupación que yo tenía y fue la que realmente me llevó a presentarme en estos concursos. Y bueno, en la segunda vez que me presenté, fui electo.

¿Y cuáles o cuántos son los primeros pasos que se deben dar, según su óptica, en la búsqueda de una justicia mejor?

–Muchos. Y algunos muy profundos. Hay que tener en cuenta que se están viviendo las consecuencias de una estructuración de la administración de justicia que lleva años, que produjo un acostumbramiento desde el punto de vista mental, si así puede llamarse, en los magistrados. Se han acostumbrado a trabajar con un sistema. Y yo creo que ese sistema es el que se debe cambiar...

Usted le reemplazó al ministro Bajac. ¿La gente que estaba en ese despacho trabajando en las distintas áreas siguen allí?

–Lo primero que uno necesita al llegar a un cargo es tener las manos libres para trabajar tranquilo. Lo primero que hice fue desafectar a todos, desde auxiliares, relatores, guardias, chofer, todos.. Pero, lógicamente, uno no puede ser injusto y meter a todos en la misma bolsa. Por eso, hice una investigación y ...de la gran cantidad de gente que había, algunos fueron confirmados en los cargos...Hoy creo que estamos formando un muy buen equipo que responde a lo que pretendo para poder realizar la labor... He tenido reuniones, por ejemplo, con los relatores... A ellos les he dicho que tienen que ser conscientes de que todos, incluso yo, estamos a prueba y que no va a haber un período de prueba como lo establece el Código Laboral, sino que va a ser permanente...

SESIONES PÚBLICAS

Uno de los temas más importantes es que se haya determinado que las sesiones plenarias de la Corte serán transmitidas en directo. ¿Qué piensa de ello?

–No es que yo quiera decir que soy el ideólogo del tema porque no es así, pero sí puedo afirmar que yo expresamente me referí a ello en la audiencia pública del concurso, siempre dije que había que superar el secretismo de la Corte y hacer públicas las sesiones.Y he visto con mucha satisfacción que el Poder Ejecutivo, en coincidencia con esas ideas, planteó un proyecto de ley para que eso se institucionalice, lo que aplaudo de pie. Pero antes de que se aprobara en Diputados y Senadores, ya se había planteado eso en el pleno de la Corte. Y en ese sentido, yo quiero destacar que tenemos absoluta sintonía con el doctor Manuel Ramírez Candia, con el que hemos planteado que se apruebe. Estamos en una etapa de adecuación de los sistemas técnicos para poder ya salir al aire...

Y para seguir con el proceso de cambio del Poder Judicial ¿Qué pasos siguen?

–Es que el solo hecho de que se vea una modificación de las actitudes en la máxima instancia judicial ya surte un efecto diferente en las instancias jurisdiccionales. Y no estoy diciendo que de allí viene toda la solución. En caso de que no se adecuen al cambio de paradigmas de la que la justicia, tendrán que ser sometidos a los procesos correspondientes...Porque las necesidades de transparencia son impostergables... La transparencia es importante. La declaración de bienes es indispensable. El doctor Ramírez Candia y yo presentamos nuestra declaración jurada de bienes. La presentamos también ante la prensa, sin problemas...No tenemos nada que esconder...Tampoco voy a tener ningún problema cuando salga del cargo de volver a presentarla.

Y qué mensaje le daría usted a la gente que reclama un cambio en la honestidad y eficiencia del Poder Judicial?

–Yo les diría que ese cambio está en marcha hoy por hoy y que no se va a detener... Puedo afirmar que soy optimista y que espero que esa justicia, que pretendemos, sea una realidad en el menor tiempo posible.

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