La fiscala Irene Álvarez, quien investiga el asesinato de la joven Lidia Meza Burgos (18) dentro de la Agrupación Especializada, en el que el autor sería el jefe del Comando Vermelho, Marcelo “Piloto” Pinheiro, se constituyó nuevamente ayer en la escena del crimen para la recopilación de evidencias. Incautó aparatos celulares de los agentes policiales que estaban en el lugar el día del homicidio.
La fiscala evitó emitir declaraciones, debido a la complejidad del caso. El dato que se maneja es que solicitó más evidencias, como por ejemplo el circuito cerrado del 911 y otras informaciones que deberán ser proporcionadas en las próximas horas. Estos serán evaluados y sometidos al análisis respectivo, al igual que todos los elementos ya recolectados, para luego tomar una decisión con respecto a la imputación de Pinheiro.
Lidia Burgos llegó a la Agrupación Especializada a las 12:30. Se registró e ingresó directamente a la celda del brasileño; minutos después recibió un golpe contundente en la cabeza. Cantero sostuvo que esa fue la primera acción llevada a cabo por el agresor, con la intención de evitar que la víctima alerte a los uniformados con sus gritos. Ya desvanecida, Burgos recibió 16 puñaladas con un cuchillo de metal, las que acabaron con su vida.