El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, al reincorporar por decreto al vicealmirante Carlos Velázquez como comandante de la Armada abrió las puertas para el retorno de la injerencia política dentro de las Fuerzas Armadas, como en tiempos de la dictadura estronista, cuando había una directa intromisión de los personeros del régimen en el sector castrense.
Velázquez es hermano del vicepresidente de la República, Hugo Velázquez, y había abandonado la milicia por más de un año a pedido propio. Sin embargo, fue nombrado como comandante de la Armada por el jefe de Estado de manera irregular, al parecer en violación al estatuto militar.
Sobre esta situación, el general retirado Carlos Liseras lanzó una voz de alerta por el efecto que puede tener la decisión presidencial en la moral del cuadro activo. “La moral es muy importante. Si se hace una reincorporación que no está acorde con las normas legales vigentes, el personal dentro de las Fuerzas Armadas se desmoraliza porque no se está cumpliendo con lo que dice la ley. Ante esa figura, el militar en actividad cómo va a cumplir la ley si los superiores no lo están haciendo”, advirtió.
Liseras calificó también el hecho de “grave” al no darse cumplimiento a la ley del estatuto militar, la cual establece las etapas que se tienen que respetar necesariamente. “En el caso de que no se hayan aplicado las normas legales vigentes, estamos frente a una situación grave ante la falta de institucionalidad y más aún cuando esa falta de institucionalidad toca a una institución militar, en la que la carrera o el plan de carrera es fundamental para que se mantenga la moral del personal en actividad”, destacó.
En ese sentido, instó a las autoridades responsables, en este caso al comandante en jefe y al ministro de Defensa Nacional, para que aclaren “profundamente cómo fue el sistema de la vuelta al servicio de un personal ya retirado y si se aplicaron o no las normas”.
El general (SR) Alfredo Luis Machuca también habló sobre el tema y lamentó las irregularidades cometidas por el jefe de Estado. “Hay que decir que es irregular porque él (Velázquez) un año y un mes estuvo en la inactividad a su pedido. Por tanto, la única figura que contempla nuestra Ley 1.115/97 del estatuto militar es la reincorporación, y esa reincorporación se inicia con una nota del afectado, y esa nota del afectado no existe”, expresó en declaraciones realizadas al programa “A Punto”, de la radio 970 AM.
Alegó que la nota de pedido “no existe de ex profeso para que no pase por la Junta de Calificaciones de Servicio porque iban a darle la figura de la reincorporación, y eso implica que sí puede ser reincorporado, pero debe pasar a la cola de la remesa siguiente y eso es lo que no querían”, aseguró.
IRREGULARIDAD DEL DECRETO
El general Liseras, ex presidente de la Justicia Militar, explicó que en el decreto presidencial no se menciona la reincorporación. “Formalmente, cuando se va a incorporar a un personal, en este caso se aplica la palabra reincorpórase a las Fuerzas Armadas. Eso está establecido en el artículo 61 del estatuto del personal militar y se aplicó la derogación de un decreto por el cual el vicealmirante Carlos Velázquez había pasado a retiro. O sea, se deroga ese decreto y, al derogarlo, inmediatamente queda vigente el decreto por el cual él (Velázquez) se incorporó a las Fuerzas Armadas”, manifestó.
El militar retirado señaló que el mencionado vicealmirante retornó a las Fuerzas Armadas de una manera “atípica”. “Es una manera atípica de volver a traerlo a las filas a un personal que pasó al cuadro de la reserva. Lo que pasa es que si se va a utilizar la figura de la incorporación, que está en la ley, tiene que pasar a la cola de la remesa anterior. Entonces, si pasa a la cola de la remesa anterior, no va a poder llegar”, mencionó.
En otro momento se refirió a las facultades que tiene el presidente de la República. “Se está hablando de que la decisión del comandante en jefe fue constitucional para aplicar la vuelta al servicio. La Constitución, en su artículo 38, establece taxativamente que: ‘El presidente de la República, en su carácter de comandante en jefe, tiene la atribución de remover o nombrar en un cargo a los comandantes de las fuerzas públicas’. Eso significa que el Presidente puede nombrar o remover del cargo al comandante de las fuerzas militares y al comandante de la Policía Nacional. Ahí tiene facultad discrecional, pero los comandantes de los grados inferiores, que son de las fuerzas públicas, necesariamente tienen que regirse por el estatuto del personal militar y en este caso no se aplicó la ley mencionada”, reiteró.
TEMOR ANTE NEFASTO PRECEDENTE
Fuentes militares se comunicaron con la redacción para manifestar su abierto temor ante el precedente que sienta esta promoción del vicealmirante Velázquez. Explicaron que para las siguientes elecciones, un alto oficial que aspira a un premio de rango principal se declarará perseguido, renunciará a la carrera, hará proselitismo abierto y descarado y luego será sencillamente reintegrado ya como alto mando, relegando a todos los militares institucionalistas que supieron mantener su neutralidad en actividades políticas.
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¿Vuelven generales con pañuelo colorado?
Militares descontentos con esta designación temen que se vuelva a la época de los oficiales con pañuelo colorado. Se quejan porque los opositores “aliados” al gobierno de Mario Abdo Benítez no abrieron la boca para cuestionar este atropello.
Indican que podría ser tarde cuando se advierta que detrás de este episodio relacionado con el vicealmirante Carlos Velázquez, hoy comandante de la Armada por parentezco de un hermano político que hoy es vicepresidente de la República, podría esconderse el resurgimiento del militarismo como tendencia política en el Paraguay.