Una comisión especial evalúa el resultado del remate de autos, camionetas, ambulancias y motos de la Policía Nacional, realizada el pasado 22 de setiembre en la sede del Departamento de Talleres y Transportes, ubicado en Ruta 1, Km 21,5. No se informó aún el monto de la recaudación y el destino que la institución dará al dinero resultante de la subasta.
“Debo preguntar a la comisión. Ya que se conformó una para todo lo relacionado al remate”, respondió la comisaria Elisa Ledesma, vocera de la Policía Nacional ante la consulta de La Nación, sobre el monto de la recaudación y el destino que tendrá la suma recolectada en la ocasión.
Lujosos vehículos de la Policía Nacional fueron rematados a precios irrisorios el fin de semana último. Los transportes eran utilizados por los agentes oficiales para sus recorridos rutinarios de patrulla.
Un total de 463 ítems, que incluyen autos, camionetas, ambulancias y motos, fueron ofertados en la misma página web del rematador público Osvaldo Gabriel Luces. Corresponden a costosos vehículos de la Policía Nacional que fueron ofertados en el marco de una subasta que se concretó el sábado último.
Entre los vehículos subastados se encontraban, por ejemplo, camionetas Ford Ranger, Izuzu y Nissan Frontier a tan solo G. 3.000.000 cada una. También se ofrecían lotes de cinco motocicletas de diferentes marcas y modelos a un costo de G. 500.000 y G. 600.000.
Si bien el mecanismo de subasta consiste en la venta al mejor postor, según denuncias arrimadas a la redacción los vehículos habrían sido “carneados” para ser presentados como chatarras, a fin de devaluarlos y venderlos por sumas insignificantes.
Existe una vieja costumbre en las instituciones públicas de aprovechar las jornadas de remate de rodados para despojar previamente el parque automotor de costosas piezas para revenderlos como repuestos a terceros o a los nuevos compradores. De esta manera, valiosos faros, llantas, compresores de aire acondicionados, picos inyectores, masas de ruedas de tren delantero, radiadores, etc., son “carneados” días previos a la subasta.
Otro dato no menos suspicaz es que en el listado de vehículos ofertados en redes sociales, para esta última subasta de la Policía, no se detallan números del motor y chasis de cada unidad, lo que se presta para cualquier maniobra al momento de concretar la transacción. Muchos vehículos ni siquiera tienen chapa.