El juez Rubén Ayala Brun, a pedido del fis­cal Ysaac Ferreira, ordenó ayer la detención del desaforado diputado de Colo­rado Añetete, Ulises Quin­tana, quien pese a la medida judicial, no se presentaba aún al momento del cierre de esta edición. Tras conocerse la dis­posición, los uniformados se presentaron en su departa­mento en Asunción, pero no lo encontraron.

Responsables del edificio indi­caron que el parlamentario se retiró alrededor de las 6 de la mañana, con destino des­conocido para ellos. Similar operativo se llevó a cabo en su domicilio ubicado en Ciu­dad del Este, donde tampoco fue hallado. Su abogado, Der­lis Martínez, quien había ade­lantado que su cliente se pre­sentaría al cierre de la tarde de ayer, sostuvo que es normal que una persona en su situación se tome el tiempo para dialogar con su abogado y organizar las cosas que tiene que dejar.

Ulises Quintana y Ysaac Ferreira.

“En realidad, nos tomó de sorpresa esta resolución de la Fiscalía que es absolutamente innecesaria. La orden de deten­ción preventiva se dicta cuando existe sospecha de peligro de fuga. Ayer (por el miércoles), él mismo solicitó su desafuero para someterse a la investiga­ción al proceso”, indicó a Radio Monumental 1080 AM.

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Según manifestó, el legislador desaforado le estaba esperando a él para presentarse ante las autoridades respectivas y que la orden de detención solici­tada por el fiscal Ferreira no era necesaria.

Quintana fue imputado por el Ministerio Público por varios presuntos hechos, como trá­fico de influencias, asociación criminal, enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y trá­fico de drogas en carácter de cómplice.

De acuerdo la carpeta fis­cal, los investigadores cuen­tan con suficientes pruebas que ligan al parlamentario colorado al presunto narco­traficante Reinaldo Cabaña, alias Cucho. Una de ellas es la grabación de una conversa­ción mantenida con Cabaña, en donde este le pide mediar para conseguir pasar una suma de 190.000 dólares rete­nidos en una barrera policial en el departamento de Caa­guazú. Otro de los elementos que sostienen las sospechas es que Quintana tenía en su poder una lujosa camioneta de pro­piedad del supuesto cabecilla del grupo de narcotraficantes.

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