La primera vez que el nombre de la firma Ciffart, propiedad del empresario paraguayo Antonio J. Vierci, fue invocado en pleno juicio en la Corte Federal de los Estados Unidos, en Brooklyn, sobre el caso FIFAgate fue cuando Alejandro Burzaco, directivo de la empresa Torneos y Competencias, integrante del grupo Datisa, firma acusada de ser la encargada de repartir los sobornos a los dirigentes de fútbol, lo mencionó en su declaración. El segundo en invocar a Vierci fue Santiago Peña, el ex empleado de Hugo y Mariano Jinkis (dueños de Full Play, otra firma integrante de Datisa), considerado testigo clave para la Fiscalía norteamericana.

Además de Burzaco y Peña, los mismos fiscales que llevan adelante la investigación, Samuel Nitze y Kristin Mace, nombraron en el juicio al empresario paraguayo. Nitze fue el que exhibió la foto de Vierci en la sala del juicio a través de un proyector al momento de interrogar al ex asistente de Juan Ángel Napout, Nelson Sanabria. Mientras que Mace lo hizo durante su exposición sobre los alegatos finales de la acusación contra Napout (Paraguay), José Marín (Brasil) y Manuel Burga (Perú).

La semana pasada nuevamente saltó el tema cuando la jueza Pamela Chen leyó la sentencia al ex presidente de la Conmebol. Chen se ratificó en la acusación de la Fiscalía acerca de la participación de Ciffart en el pago de sobornos.

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La empresa del Grupo Vierci, Ciffart, que al revés se lee Traffic, la misma que anteriormente había tenido los derechos de televisación de los partidos organizados por la Conmebol, es la que desde el 2007 posee vínculos con la firma Full Play. Ciffart tiene los derechos de televisación de los partidos de la selección nacional vía contratos con la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF). La empresa de Vierci, a la vez, cedió esos derechos a Full Play para que transmita los partidos de la Albirroja en países fuera de Paraguay, según consta en un contrato firmado en el 2011.

En su momento, tanto Burzaco como Peña coincidieron en su declaración en la Corte de Brooklyn que Ciffart siempre tuvo la preferencia a la hora de beneficiarse con los contratos de televisación en Paraguay. Las declaraciones de ambos fueron claves para la conclusión a la que arribó la jueza Chen.

El punto central de la investigación de la justicia norteamericana y por el cual están tras los pasos de Vierci es que se haya reconocido en el juicio que la empresa Full Play pagó sobornos por los derechos de los partidos de Paraguay. Pasa que los derechos de los partidos de la Albirroja eran de Ciffart y no de Full Play, sin embargo, esta última es la que siempre operó y reconoció que pagó sobornos.

Peña, por ejemplo, llegó a declarar que cuando Alejandro Domínguez asumió la presidencia de la APF decidió aumentar el monto del contrato de televisación a Ciffart y eso generó el enojo de los Jinkis. Con esa declaración se evidenció aún más el vínculo, ya que en todo caso quien debería molestarse por el aumento del monto del contrato era Vierci y no precisamente los Jinkis. Luego se arrimó la copia del contrato entre Ciffart y Full Play, con lo cual se fue cerrando la historia para la investigación. Más allá de las últimas decisiones en torno al caso FIFAgate, la investigación continúa y no se descarta que el empresario paraguayo Antonio J. Vierci sea requerido por la justicia de los EEUU.

LA ACUSACIÓN DE LA FISCALÍA

La Fiscalía de EEUU insistió en que Full Play pagó US$ 2,5 millones en coimas por los derechos de las Eliminatorias de Paraguay del 2014 y 2018 otorgados a Ciffart, empresa del Grupo Vierci. Este punto fue incluido en el escrito de la Fiscalía.

Durante el desarrollo de la audiencia de la semana pasada, la jueza Chen se ratificó en que el pago existió, relatando las explicaciones sobre cómo Full Play buscaba acumular los derechos de transmisión de diferentes selecciones en Eliminatorias. También resaltó el pago que figuraba en la planilla de Santiago Peña, ex gerente administrativo de Full Play y encargado de registrar los supuestos pagos realizados por Mariano Jinkis, dueño de la empresa.

Para el gobierno norteamericano queda claro que Ciffart era un intermediario de Full Play para la compra de derechos debido a que dicha firma pagó unos US$ 10 millones a la empresa de Vierci por la venta de los derechos a nivel internacional.

ORÍGENES DE LA EMPRESA

Antes de la irrupción de Ciffart a nivel local para la adquisición de los derechos de televisación de los partidos de la selección nacional, la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) operaba con la empresa brasileña Traffic Sport, cuyo propietario era José Hawilla, el mismo que cuando saltó el escándalo del FIFAgate cantó el modus operandi e involucró a varios dirigentes y empresarios en el esquema de corrupción.

Coincidentemente, Ciffart significa Traffic leyendo al revés. Nunca pudieron explicar la razón del nombre, pero llamativamente, cuando se dieron una serie de denuncias sobre la legalidad de contratos de televisaciones a nivel regional, Traffic deja de operar con la APF y aparece en escena Ciffart, de la mano del empresario Antonio J. Vierci, en el 2007 y se queda con los derechos de los partidos de la selección nacional (Copa América, Eliminatorias 2014 y 2018).

Luego, la empresa Traffic se une a otras dos firmas argentinas: Full Play, propiedad de Hugo y Mariano Jinkis (padre e hijo), y Torneos y Competencias (TyC, cuyo CEO fue Alejandro Burzaco) para conformar Datisa, empresa clave en la investigación de la justicia norteamericana que ya fue señalada como la principal responsable de repartir sobornos a altos dirigentes del fútbol regional.

CIFFART Y DATISA

Antes de que estallara el escándalo de FIFAgate (2015), la firma Ciffart se encargó incluso de ofertar los derechos de transmisión de los partidos de la Copa América 2015 para las radios locales. Uno de los principales gestores de las negociaciones era Alejandro Peralta Vierci, ex director de medios del Grupo Vierci y actual ministro de Comunicaciones del gobierno de Mario Abdo Benítez.

En varios correos que fueron remitidos en nombre de Ciffart para negociar los derechos a otros directivos de medios de comunicación (radios) detallaban la dirección a la cual se debía remitir la ratificación del contrato celebrado: Andrade y O’Higgins, en el barrio Villa Morra de Asunción. En esta dirección actualmente funcionan los estudios de Telefuturo y Radio Monumental, integrantes del conglomerado de medios denominado TV Acción SA del Grupo Vierci.

Cuando saltó el caso FIFAgate, Ciffart intentó desmarcarse al decir, a través de un espacio reservado, que ellos nunca cerraron un acuerdo con la Conmebol para los derechos de la Copa América. En realidad, los derechos pertenecían a Datisa, pero Ciffart actuaba de intermediaria para las negociaciones a nivel local.

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