El polémico sindica­lista Silvio Piris, pre­sidente de la Fede­ración de Educadores del Paraguay (FEP), denunciado ante el Ministerio Público por supuesta estafa y usura con­tra varios docentes de Encar­nación, asumió como conce­jal y presidente de la Junta Departamental en Itapúa por el movimiento Colorado Añetete.

A casi un año de la denuncia, Piris decidió finalmente llegar a un acuerdo con los denun­ciantes, quizás con el obje­tivo de ejercer libremente su papel de concejal sin preocu­parse por las investigaciones que se habían iniciado en su contra. No es la primera vez que una denuncia queda sin ser resuelta. Aparentemente al edil ya se le hizo costum­bre “resolver” sus problemas devolviendo parte del dinero, que según la denuncia habría hurtado de los educadores para evitar responder por sus actos.

Según datos a los que acce­dió La Nación, en el mencio­nado acuerdo el añetetista se compromete a devolver todos los pagarés de los denuncian­tes que aún tiene en su poder; además, ya no podrá ejecutar judicialmente ninguno de estos docu­me n t o s . A cam­bio, los docentes se com­prome ­tieron a no volver a hablar públ ic a­mente de lo sucedido.

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El caso del cuestionado polí­tico itapuense salió a la luz en setiembre del año pasado (2017) luego de que este medio publicara la acusación de ocho docentes que asegu­raban que el sindicalista los estafó. Además, dijeron que habrían más educadores víc­timas del esquema liderado por Piris, pero por temor pre­fieren mantenerse callados. El monto total de la estafa ron­daría los G. 300 millones.

Tras el escándalo, estas perso­nas se trasladaron a Asunción y fueron recibidas por la fis­cala Teresa Sosa, quien escu­chó el caso de cada una y las orientó debidamente sobre la forma en que debían proceder. De los ocho denunciantes, dos aún estaban con posibilidades de accionar, ya que las demás causas prescribieron.

Silvio Piris.

FORMULARON DENUNCIA

El 26 de octubre del 2017, los profesores Antonio Moroni y María Bogado, acompañados del abogado Carlos Amarilla, se acercaron hasta la unidad diez de la Fiscalía de Encarnación, donde procedieron a denunciar a Piris por los delitos de estafa y usura. Aparentemente, este, valiéndose del cargo que ocu­paba, realizaba constante­mente préstamos perso­nales a los educadores con intereses superiores a los permitidos por la ley. El monto que supues­tamente fue despojado a ambos denunciantes totalizó G. 62 millones. En la causa también figura el señor Rafael Sotelo, ex tesorero de la Asociación de Educadores del Paraná(AEP), como supuesto cómplice del esquema delictivo.

CRONOLOGÍA DE LOS HECHOS

Los docentes Antonio Moroni y María Bogado for­maron parte de la Asociación de Educadores de Encarna­ción, que luego pasó a lla­marse Asociación de Educa­dores del Paraná. En el 2008, los titulares de la institución fueron destituidos arbitra­riamente de sus cargos y fueron reemplazados por Silvio Piris y su equipo.

Una vez que asumieron la administración, los nuevos administradores se topa­ron con varios biblioratos que archivaban pagarés en blanco de sus asociados. Estos documentos fueron firmados y entregados a la Aso en res­paldo a préstamos que estas personas adquirieron con entidades financieras y ban­carias, y que eran avaladas por la AEP. El protocolo del pro­ceso exigía que estos pagarés sean entregados a sus propie­tarios una vez finiquitada la deuda, pero como los intere­sados al cancelar el crédito no los reclamaron, estos se fue­ron acumulando.

Según la denuncia, Piris y su equipo sacaron provecho de esto, ya que lo habrían relle­nado con montos que iban desde los G. 5 millones hasta incluso más de G. 100 millones y los ejecutaba judicialmente. Los docentes se enteraban de lo sucedido cuando ya el hecho estaba consumado. ­

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