El otro día, el equipo de esta columna se encontraba almorzando el tradicional Caldo Ava, aprovechando el frío en un barcito céntrico. La discusión se centraba en las metidas de pata del ministro Juancho el “uru­guasho”… La cosa iba por el lado en que no entendía­mos, algunos de los presentes, cómo alguien como él podía ser tan torpe…

Un señor canoso, de la mesa de al lado, interrumpió nuestro sesudo intercambio, con la siguiente frase matadora: “Claro… cómo un tipo exitoso como Villama­yor, de brillante paso por el Congreso, la Remorfa del Estado y demás cargos, va a ser tan inútil… Naumbre na… ese ko sabe llenarse los bolsillos para vivir bien nada más…”. Nada que agregar, repartimos la cuenta y nos fuimos.

Este gobierno da la impresión de que confunde algunas vocales. Se les pidió que impulsen la “meritocracia” para acceder a los cargos y ellos entendieron “Marito­cracia”, que vendría a ser quién puso más plata o arreó más votos para la campaña de Marito. El gobierno de los caciques, dividido en el bando de los Caciques Financieros, donde están Pette, Conradito y demás paganinis, y los Caciques políticos liderados por Huguito Velázquez, Desirée, Calé, Bachetín, Alderete y demás cogobernantes.

Nos decía un amigo medio chuchi: esta es una democra­cia a la europea, una monarquía constitucional, donde Marito reina pero no gobierna; está para la foto, la pavada y el meme… Atrás de él gobiernan los dueños del circo.

Más que Rey, Marito parece esos príncipes menores de edad que asumen el cargo con un regente que les hace hablar y actuar como quiere el verdadero poder y ellos están para la foto. Marito vendría a ser una onda “El último emperador”.

Che… acá preguntan: ¿Desirée sigue de vacaciones? Porque se olvidó de todo. ¡Será que el consejo siquiá­trico que la atiende le recomendó una cura de sueño? Volvé Desi… ¡te extrañamos!

Tumita tiroteó contra Nica cuando se enteró que el ex Tendota le bajó el pulgar para su ida a la EBY. “No quiere ser controlado”, le bajó el ex diputado, y acusó que nadie se puede creer dueño de una institución. Al final ¿quién lo que manda? Si “Marito de su gente” ya toma una decisión, había sido que zapateando le podés hacer cambiar de opinión. ¡Háblennos de liderazgo!