El abogado Sergio Coscia, nombrado ayer por el presidente de la República Mario Abdo Benítez como el nuevo procurador general de la República, fue, junto a Juan Ernesto Villamayor, actual ministro del Interior, uno de los principales precursores de las chicanas que dejaron impune la causa afrontada por los españoles Guillermo Casado de Amezua y Álvaro Lasso Génova, representantes de la empresa Proibérica, que junto al ex ministro del Interior, Rafael Filizzola, fueron acusados por un desfalco al Estado de G. 50.000 millones, por la compra de helicópteros.
Coscia fue apoderado de Colorado Añetete y hace un par de años también fue imputado y acusado por el Ministerio Público por producción de documentos no auténticos. El mencionado, quien admitió el hecho devolviendo a la Secretaría de Estado de Tributación (SET) el perjuicio ocasionado para evitar ir a juicio oral, será de ahora en más el encargado de velar por los intereses del Estado y de prestar asesoramiento jurídico al Gobierno.
Coscia pertenece al bufete de abogados del actual ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor, quien también posee una amplia lista de antecedentes con la Justicia. El día de la asunción de mando, Abdo Benítez mencionó: “Yo no quiero un juez amigo; un juez amigo hoy del poder, va ser amigo del poder de mañana y nunca va ser amigo de la justicia”. Sin embargo, a juzgar por sus designaciones, sus dichos se enfocaron en los magistrados pero no así en sus amigos políticos y abogados.
IMPUNIDAD EN LA CAUSA PROIBÉRICA
La causa conocida como “helicópteros de oro”, afrontada por los españoles Guillermo Casado de Amezua y Álvaro Lasso Génova, representantes de la empresa Proibérica, defendidos por el abogado Sergio Coscia y Juan Ernesto Villamayor, en la que también está involucrado el ex ministro del Interior, Rafael Filizzola, se originó a raíz de la adquisición de tres helicópteros Robinson 44 Raven II, que costaron cerca de G. 50.000 millones al Estado (aproximadamente US$ 10 millones), una suma exorbitante, atendiendo que el precio real de mercado era de solo US$ 500.000 cada uno. Esto ocurrió entre los años 2008 y 2011, bajo la administración de Filizzola y en el gobierno de Fernando Lugo.
Según la carpeta fiscal, las unidades adquiridas fueron traídas sin un manual logístico, por lo tanto, no estaban en condiciones de ser utilizadas. Esto queda más que constatado, ya que al poco tiempo los helicópteros dejaron de funcionar. Por esta razón, los fiscales de la causa imputaron y acusaron a Casado y Lasso, como también al ex ministro, por estafa y lesión de confianza, respectivamente. Ellos sostienen que Filizzola estaba al tanto de las bases y condiciones y el manejo de la licitación con la que fue adjudicada Proibérica. El perjuicio ocasionado al Estado es igual al valor de la compra (G. 50.000 millones).
Recientemente y luego de varias chicanas presentadas por la defensa de los españoles, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) se prestó a los intereses particulares del actual ministro, Juan Ernesto Villamayor, y de “susecretario”, Sergio Coscia, anulando el juicio oral y público contra los acusados, Casado y Lasso Génova. Esto sucedió en mayo pasado, luego de las elecciones generales. El caso afrontadopor Filizzola va por el mismo camino, el oparei.
DESIGNACIÓN POR DECRETO
Ayer a la tarde la Presidencia de la República dio a conocer el Decreto N° 82 firmado por Mario Abdo Benítez “Por el cual se nombra al señor Sergio Andrés Coscia Nogués como Procurador General de la República”. Reemplaza en el cargo al señor Francisco Barriocanal. El decreto va refrendado también por el ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor.