El sacerdote Aldo Trento emitió un comunicado en las redes sociales de la Funda­ción San Rafael, a través del cual critica duramente la designación de Felipe Salo­món al frente de la Secretaría de la Juventud por parte del presidente electo Mario Abdo Benítez, el jueves pasado.“No pretendo que sea un santo; sin embargo, cualquier persona que tenga uso de razón exige que el secretario de la Juven­tud sea un ‘karai’. Nunca en mi larga historia vivida entre Europa y Paraguay me per­caté de un mandatario que haya nombrado ministro de la Juventud a un empresario del sexo”, manifestó Trento.

Luego de recibir la noticia sobre su designación, Salo­món se presentó como “el presidente de la seccional más grande del país”, en San Lorenzo. Afirmó ser licen­ciado en Administración de Empresas Agrarias, sin embargo, no recordaba en qué año finalizó la carrera en la Universidad Comuneros.

Salomón destacó que perte­nece al sector privado, ya que administra una empresa pro­pia. “La empresa que tengo es del rubro motelero. Es de la familia. Estoy adminis­trando hace 8 años”, dijo en la 800 AM.

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Los antecedentes del político generaron una gran cantidad de críticas por parte de inter­nautas en las redes sociales. De igual manera, varias auto­ridades elevaron su voz de reclamo ante la designación.

Refirió que el gabinete de Mario Abdo Benítez rega­lará a los jóvenes paragua­yos como punto de referen­cia a un empresario del sexo. “Señor presidente, ¿no tiene vergüenza de haber elegido a un mercader del sexo como punto de referencia para los jóvenes, para sus hijos?”, expresó.

Indicó que no está de acuerdo con los puntos de referencia o los modelos que se ofrecen a la juventud. “¿De qué sirve la Secretaría de la Juventud encabezada por un empre­sario de moteles, que no son ciertamente lugares educa­tivos? Que el responsable de la Secretaría de la Juven­tud sea un comerciante del sexo significa que estamos perdiendo”, explicó Trento. Además, señaló que “la dimensión de la sexualidad es constitutiva de la persona­lidad humana y por eso es una blasfemia reducirla a merca­dería por obtener una ganan­cia económica fácil”.

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