La senadora Esperanza Martínez alega su preocupación por el presupuesto para Salud y cree que aumentando el impuesto al tabaco se soluciona el tema. Habría que recordarle la cantidad de medicamen­tos innecesarios que compró cuando fue ministra y todo eso se tuvo que destruir. O sea, tan preocupada no estaba o quizás los amigos de algunas farmacéuticas dejaron buena$ comisiones en ese tiempo.

¿Se ocupará la bancada del Frente Guasu en aumentar el impuesto al alcohol? ¿O la intención real es liquidar la industria tabacalera para incentivar la informalidad? Vaya preocupación que tienen los que dicen representar a los sectores más vulnerables. Nada les importa la eventual pérdida de empleos de unas 4 mil familias que viven de la producción del tabaco.

El consumo del alcohol se encuentra entre los principales motivos del incremento de los accidentes de tránsito (autos y motocicletas), provocando un enorme costo para el Estado debido a la cantidad de pacientes derivados a los hospitales públicos con graves secuelas. Las cifras de miles de personas mutiladas al año son alarmantes, realidad que tiene en las familias un enorme costo por el resto de sus vidas. Esto requiere de una atención urgente en el Parlamento. Sin embargo, esta epidemia de los accidentes no es prioridad cuando se trata de perseguir a una industria que aporta en promedio US$ 120 millones cada año al fisco.

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