- Por SILDE OPORTO
- Periodista
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La presidenta del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, Katia Uriona, participó esta semana de un ciclo de conferencias internacionales con expertas en participación política de las mujeres, organizado por el Centro de Documentación y Estudios – integrante de la Articulación Feminista Marcosur, con el apoyo de ONU Mujeres y la Unión Europea.
La ministra expuso las experiencias de Bolivia, al lograr un 50% de participación de las mujeres en los espacios políticos electores, principalmente en el ámbito legislativo, en los últimos años, porcentaje que colocó a Bolivia como el segundo país en el mundo con mayor participación de mujeres en estos espacios. Uriona señaló el caso de Paraguay, que la aprobación del proyecto de desbloqueo de listas podría ser una herramienta para aumentar la inclusión de las mujeres en los espacios electorales.
– ¿Cómo es la participación de mujeres en los espacios políticos electorales actualmente?
– Hemos compartido esta semana en las conferencias que se ha realizado sobre el tema de paridad organizado por la OCDE y hemos compartido la experiencia boliviana. En el caso de Bolivia somos el segundo país a nivel mundial que tiene mayor representación de mujeres en el ámbito legislativo, hemos alcanzado el 50% de representación en la Asamblea Legislativa y también en los niveles subnacionales, 51% de mujeres hoy conforman los consejos municipales que son las instancias locales legislativas.
Esto responde a un largo proceso de lucha y acumulación del propio movimiento de mujeres y el propio movimiento feminista que fue generando diferentes propuestas de participación que nos permiten pasar de la cota que establecía un 30% de participación, pero como colocaban en los último lugares a las mujeres en los espacios de las listas no accedía a una participación efectiva.
– ¿Cómo se logró en Bolivia llegar a este 50% de participación de las mujeres en el Poder Legislativo?
– Una vez que se instala en Bolivia la asamblea constituyente, la constitución va incluir como principios de equidad y de género, pero también va incluir todo lo que significa el reconocimiento de la participación política de las mujeres con las equivalencias planteadas por la constitución entre hombres y mujeres para la representación política. Posteriormente se instaló una Ley en el régimen electoral que va dejar claro el mecanismo de esta representación en las listas, porque se establece una relación de inscripción en la lista para que cuando se inscribe un titular hombre sea una suplente mujer y viceversa.
Esto permite que la primera versión de una Asamblea Legislativa bajo esa norma en el 2004 se elija este 50% de representación de mujeres y hombres para la conformación del parlamento.
Y del otro lado se le da una competencia específica al órgano electoral para que pueda confirmar la composición de las listas y rechazar aquellas listas que no incluyan a mujeres y hombres en el 50% al menos en las listas electorales. Este es un sistema que ha permitido democratizar al sistema político.
– ¿Cuál fue la aceptación de este proceso de lograr las listas alternadas entre hombres y mujeres?
– Hubo un proceso en el país que diríamos que se planteó la necesidad de incluir a hombres y mujeres, y a poblaciones indígenas porque Bolivia tiene un 65% de población que se autodefine como indígena, entonces se dan actores que no estaban incluidos en los procesos de decisión y representación pública, en 1952 se aprobó el derecho al voto de manera universal, y tanto las mujeres como las poblaciones indígenas ejercían el derecho al voto pero no tenían condiciones para ejercer el derecho a ser elegidos.
Este proceso político que vive el país lo que hace es abrir estas reivindicaciones en términos de inclusión y cuando se genera ya un debate en la Asamblea se tiene un movimiento social y de política articulado por mujeres para generar también esa presencia política traducida en una discusión en el parlamento y generar una aprobación de la Ley, tanto en el régimen electoral y un proyecto sobre el acoso en el sector político.
– ¿Existe un porcentaje, a nivel regional, de partición de mujeres en esos espacios político – electorales?
- La ONU Mujeres ha trabajado generando un mapa de la participación política de las mujeres en la región y en el mundo, y por supuesto hay una variación muy grande, Bolivia representa el primer lugar en participación, pero tenemos países donde la participación de las mujeres en la política no alcanzan el 10% a pesar de la cota.
- Entonces esfuerzos como se están haciendo en el Paraguay desde una propuesta legislativa que hoy está en el Senado para proponer una discusión sobre una representación paritaria son temas que tienen que ser asumidos por el sistema político para ampliar la democracia, para ampliar una visión inclusiva y el reconocimiento de las mujeres como actoras políticas. Que ahora el sistema político paraguayo también pueda generar un espacio de discusión, además mirando una región que está planteándose también la necesidad de más democracia porque esto genera condiciones de legitimidad también a los procesos incluyentes. Entendemos que esa propuesta ha sido presentada en el 2016; ya en este periodo de definición hubiera sido óptimo que se pueda incorporar esa discusión, pero está en manos del Congreso poder llevar adelante el desbloqueo de listas.
– El desbloqueo de lista que se encuentra en el Congreso Nacional, ¿esta normativa podría ayudar a la inclusión de las mujeres en los espacios electivos?
– No es correcto que yo haga recomendaciones en otro país, lo que hago es asentar la experiencia boliviana para poder ver que hay muchas experiencias que están movilizando esta medida de reconocimiento de representación paritaria para que las listas incluyan a hombres y mujeres de manera proporcional a la representación de la sociedad. Mitad de la población son mujeres y mitad de la población son hombres, generalmente dicen que deberían generarse espacios para los jóvenes y para la inclusión de otros actores, pero en este caso es una medida transversal porque mujeres y hombres a su vez son consecutivos de otros grupos sociales, ya sean jóvenes o población de la tercera edad, entonces estamos planteando un espacio que tiene que ver con representación en condiciones de igualdad que luego van a componer diferentes grupos.
– Esta problemática también se da en el momento de votar, ¿existe un porcentaje bajo de mujeres que participan en las elecciones?
– Hay tareas que también son fundamentales como tarea para asumir de los órganos electorales. El primero tiene que ver con la condición de garantías que tiene que ver con el ejercicio de derechos políticos que en el primer paso está vinculado con el registro electoral y aquí todavía hay unos déficit importantes en la región porque no todas las mujeres tienen su certificado de nacimiento, su carnet de identidad por lo cual no se habilita en el padrón electoral, por lo tanto una primera tarea es mejorar el tema del acceso y las condiciones para el registro, menos población indocumentada va reducirse en el caso de las mujeres en mejores y mayores condiciones para el empadronamiento.
Hay una segunda etapa que tiene que ver con garantizar también una mayor participación de las mujeres en los procesos electorales dado que el voto es universal, es un derecho al voto que ejerce la ciudadanía, pero luego no tiene el derecho a elegir como el derecho a ser elegidas.
– ¿Cuáles son las recomendaciones que puede dar a Paraguay?, teniendo en cuenta que el nivel de participación de las mujeres en los espacios electorales es muy bajo.
– Lo que corresponde a mi participación es compartir la experiencia boliviana para tenerla de referencia, para ver que es posible que un criterio democrático no puede ser excluyente a las mujeres.
Básicamente entender que esos procesos en los cuales las mujeres han planteado esto que tradicionalmente ha sido la asignación de que el espacio privado son para las mujeres y los espacios públicos son para los hombres, debe generar una democratización en términos de que en primer término los espacios privados puedan ser compartidos en términos de responsabilidad y decisión entre hombres y mujeres.
PERFIL
Cargo: Presidenta del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia.
Profesión: Licenciada en Comunicación Social, con estudios en Género y Políticas Públicas.
Otras actividades: Trabajó como responsable de Género en el Instituto para la Democracia y la Asistencia – IDEA Internacional; fue secretaria Ejecutiva de la Red Nacional Coordinadora de la Mujer; responsable por el Proyecto Nacional de Mujeres y Asamblea Constituyente.