• Por Felipe Goroso S.
  • Columnista político

En la jornada del sábado pasado la Asociación Nacional Republicana (ANR) ofreció una muestra de grandiosi­dad, del enorme desafío y tortuoso camino que les depara a quienes estén eva­luando marchar a la batalla en 2028.

La ceguera de algunos hace que crean que la Conven­ción fue un fin en sí misma, cuando que en realidad fue una consecuencia. La hoja de ruta inamovible del diá­logo y la construcción de consensos hace que la Con­vención haya sido un hito más de unidad y fortaleci­miento del Partido Colo­rado, un ejemplo concreto de vocación de poder y que, a la vez, paradójicamente, explica la paupérrima situa­ción de la oposición.

Hace apenas una semana, el PLRA también reunía a sus convencionales. El efrainismo 2.0 lograba los números para expulsar a cuatro senadores libera­les que no se alinean a sus designios y que persiste en la visión dictatorial por la vía del apriete. Festejaron el resultado tanto como la ansiada victoria electoral que les es esquiva desde siempre. Un curso rápido de tanatopraxia política que no sirve más que para la autocompasión en redes sociales.

En un lacónico coro, los integrantes del llamado tercer sector sufren de una sordera elitista que al igual que el actual ofi­cialismo liberal, desoye a las mayorías populares y pasa más tiempo tra­tando de lograr una tapa de diario que en la recons­trucción de sus fuerzas. Mientras el Partido Colo­rado le abre sus puertas a cada vez más afiliados y readmite a los que por un tiempo estuvieron alejados, consciente de su lugar en la historia y la responsabilidad que implica gobernar. Un mul­titudinario colectivo que tiende su mano solidaria y espíritu de servicio a los que más necesitan.

No podemos olvidar a los otrora poderosos e influ­yentes grupos de medios de comunicación manejados por Zuccolillo y Vierci, hoy reducidos a repartidores de mentiras y sesgos, que ter­minan mareando y embo­rrachando a lo que queda de la oposición. La canti­dad de falsedades lanzadas en las semanas previas a la Convención colorada que­dará en la historia con­vertidas en bufonescos memes.

Con este escenario, cobra cada vez más fuerza aque­llo de que la salud de la República depende de la salud del Partido Colo­rado. Los desafíos de la gestión gubernamental y el cumplimento de las promesas electorales por la vía de la construcción de consensos son la mejor respuesta a eventuales aventureros a los que solo les preocupa su destino personal y no el de todas las familias paraguayas.

La cantidad de falsedades lanzadas en las semanas previas a la Convención colorada quedará en la historia convertidas en bufonescos memes.


Con este escenario, cobra cada vez más fuerza aquello de que la salud de la República depende de la salud del Partido Colorado.

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