• Por Josías Enciso Romero

El mundo es como un cine donde la película ya había empezado cuando nosotros llegamos. Esa era más o menos la hipótesis de Mafalda, personaje creado por el gran Quino (Joaquín Salvador Lavado), del porqué algunos hechos del presente tropiezan con dificultades para ser explicados desde la confrontación lógica o la simple observación. Sin dejar de considerar a aquellos que bombardean datos falsos o inexactos para esparcir la conveniente confusión en la que intentarán alumbrar con su propia lámpara de sesgadas luces.

Pero para un buen hilado de lo que vemos y acontece en nuestra cotidianidad, para el contexto y el cotejo, están los libros y los diarios del pasado que nos ayudan siempre a reconstruir la visión de una realidad que discurre ante nuestros ojos. Sin embargo, nada supera a la fresca memoria de quienes vivieron los acontecimientos que actúan como bases y pilares de lo que hoy experimentamos. Es por ello que los aportes de mi vecino, don Cecilio, adquieren invalorable validez en momentos de mucho humo y poca claridad intencionalmente provocada.

Carraspeó para que dirigiera hacia él la mirada, mientras yo regaba las plantas del patio. Me acerqué a nuestro lindero de tejidos de alambre. “Allá, a finales de los setenta (del siglo pasado) –recuerda–, cuando la dictadura de Stroessner (Alfredo) lanzaba ensañados coletazos contra la oposición, se habían atrincherado al lado del líder histórico del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), Domingo Laíno, los hermanos Saguier: Miguel Abdón, más conocido como Tito, y Hermes Rafael, al que, luego, apodarían Rambo. Corajudos los dos. Varias veces conocieron las mazmorras del despótico régimen”. Después de un breve descanso para tomar aire, sigue: “Con ellos, andaban inseparables Juan Manuel Benítez Florentín, alias Tu’î, y Francisco José ‘Pancho’ de Vargas. Y, luego, la guardia pretoriana de los inmaculados: Miguel Ángel Martínez Yaryes, Juan Carlos Zaldívar y Carlos Alberto González. Son los nombres que me vienen desde el recuerdo”.

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Esperé pacientemente que continuara. Ya conozco sus arranques cuando le interrumpo. Y como si estuviera pensando lejos, reflexiona: “Y ahora vienen con el cuento de que Tito Saguier es cartista (seguidores de Horacio Cartes, expresidente de la República y titular de la Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republicana). Creo que ya vi todo en este mundo. Solo algunos con carencias intelectuales o con excesivos recursos de mala fe pueden lanzar semejante disparate”. Estaba haciendo referencia a la Convención del PLRA que tuvo lugar el pasado domingo 6 de agosto. Con 319 votos de los 527 delegados con que se inició la reunión de la máxima autoridad partidaria, se resolvió separar a Efraín Alegre de su cargo de presidente, asumiendo en su reemplazo el exgobernador del departamento de Cordillera Hugo Fleitas.

La moción, para tal efecto, fue presentada por el gobernador electo de Central, Ricardo Estigarribia. Alegre abandona la reunión alegando que “no voy a ser cómplice de este atraco”, llevando detrás de él a 202 convencionales. Quedaron 325, de los cuales, ya dijimos, 319 votaron por la separación de Efraín, en tanto que hubo cuatro abstenciones y dos que optaron por la moción del senador Eduardo Nakayama, quien tenía una propuesta intermedia.

De acuerdo con el diario de la calle Yegros, desconociendo la autoridad de la Convención, el Partido Liberal Radical Auténtico tiene ahora dos presidentes: Efraín Alegre y Hugo Fleitas. Consecuentemente, contarían con dos directorios, dos administraciones, dos tribunales de conducta y dos organismos electorales. Al retirarse el tres veces perdedor de elecciones generales (2013, 2018 y 2023) sopapeó verbalmente a Tito Saguier, enrostrándole que nunca pudo ganar la conducción partidaria a través de los votos y que ahora pretende entrar por la ventana del atraco. Un tal Éver Villalba, senador azul, tampoco se quedó atrás: “No vamos a negar tu trayectoria dentro del partido, dirigiéndose a Saguier, pero es lamentable que estés permitiendo que el cartismo atraque una vez más el PLRA”. También tenemos que incluir dentro de ese lote a la intendenta de Mariano Roque Alonso, Carolina Aranda.

“Y bueno –continuó mi vecino mientras se retiraba lentamente–, tenemos que agregar entre los cartistas a Felino Amarilla, quien martillea todos los días contra la fracasada conducción de Efraín Alegre. Felino fue otro gran luchador contra la dictadura de los días que te estaba comentando. Se me había pasado. ¡La edad!, ¡la edad!”. Ahí me animé a intervenir: “Lo que más lamento son los títulos ya preparados de Abc Color y Última Hora, pero que finalmente fueron desechados. Se estaban restregando las manos con ‘El cartismo fue derrotado en la Convención liberal’ y ‘Fracasa plan cartista de copar el PLRA’, con previsibles letras catástrofes a seis columnas”. Lanzó una sonrisa, levantó el pulgar izquierdo (en la mano derecha sostenía el bastón) y, nuevamente, fue a sentarse en su viejo sillón de cables, bajo el añoso cuan frondoso mango. Desde lejos me pareció que seguía refunfuñando solo.

De acuerdo con el diario de la calle Yegros, desconociendo la autoridad de la Convención, el Partido Liberal Radical Auténtico tiene ahora dos presidentes: Efraín Alegre y Hugo Fleitas.

“Creo que ya vi todo en este mundo. Solo algunos con carencias intelectuales o con excesivos recursos de mala fe pueden lanzar semejante disparate”.

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