• Por Felipe Goroso S.

Los primeros días de la semana política se vieron marcados por el desbande de la que luego de las elecciones del 30 de abril quedaría como tercera fuerza en importancia electoral y por bancada. Hablamos del partido Cruzada Nacional, presidido por el excandidato a presidente de la República, hoy procesado por la Justicia y cumpliendo prisión domiciliaria, Payo Cubas. En la Cámara de Senadores, Cruzada Nacional llegó a obtener cinco bancas, cuatro ya juraron y sobre Mbururu (quien también está en prisión y tiene varios procesos abiertos) aún hay dudas si asumiría él o quien le sigue en la lista, alguien conocido como Chaqueñito.

De los cuatro que ya asumieron su banca Yolanda Paredes, José Oviedo, Zenaida Delgado y Norma Aquino (Yamy Nal), las dos últimas ya se han retirado del partido por distintas circunstancias. Para quienes no se llevan bien con las matemáticas, obtuvieron 5 bancas y ahora se quedaron con dos y en apenas diez días. Estamos ante el eterno problema del llamado tercer sector. Al no tener internas reales, las listas las hacen sus líderes a dedo, en principio son candidatos con la única intención de rellenar y completar las listas. Y si llegan, obviamente lo hacen sin sentido alguno de pertenencia a sus partidos o movimientos.

Esto fue confirmado por el propio presidente de Cruzada en una entrevista con Mina Feliciángeli. Contó que al principio ofreció los primeros lugares a dos periodistas famosos, para no darles más manija de lo que se merecen sus nombres no serán mencionados, pero se puede afirmar con total certeza que su aporte a la lista no sería precisamente la simpatía. Como ambos le dijeron que no, le ofreció a una persona a quien encontró en una esquina vendiendo asaditos en un carrito en la vereda.

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En el caso de Cruzada Nacional, se choca con particularidades como el estilo de liderazgo que se pretende comunicar enmarcado en un histrionismo que puede ser útil en papel de candidato en campaña, pero que no condice a la hora de ser la cabeza de un partido medianamente serio.

La historia política en Paraguay está marcada por uno de los bipartidismos de mayor preponderancia en América Latina y, por qué no, alrededor del mundo. Si se quisiese encontrar similitudes, habría que mirar al de los Conservadores y Laboristas en Inglaterra o el de Republicanos y Demócratas en los Estados Unidos. Durante la dictadura hemos tenido un par de intentos muy tímidos, a excepción obviamente del histórico Partido Revolucionario Febrerista, hoy tristemente convertido en apenas un partido de sello de goma que presta su nombre para otras candidaturas.

Por tanto, luego de analizar todo el escenario con los elementos expuestos, no es sorpresa que días después del juramento veamos el desmoronamiento de lo que fue la tercera fuerza en el Congreso. Así las cosas, tendremos bipartidismo por muchos años más en Paraguay.

La historia política en Paraguay está marcada por uno de los bipartidismos de mayor preponderancia en América Latina y, por qué no, alrededor del mundo.

Estamos ante el eterno problema del llamado tercer sector. Al no tener internas reales, las listas las hacen sus líderes a dedo, en principio son candidatos con la única intención de rellenar y completar las listas.

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