• Por Felipe Goroso S.

Históricamente, el primero de los cinco años que tiene el periodo de gobierno, la pre­sidencia de ambas Cáma­ras del Congreso Nacional le corresponde al mismo grupo político del que en ese momento ocupa también la Presidencia de la República. Tiene que ver con darle a la administración reciente­mente electa, la goberna­bilidad para desarrollar las políticas públicas expuestas en sus propuestas durante la campaña electoral. Así fun­cionó la democracia para­guaya durante todo este tiempo. Sucedió con Horacio Cartes y también con Mario Abdo Benítez.

El mensaje que dio el electo­rado paraguayo el 30 de abril fue absolutamente claro. Los números y la diferencia hablan por sí solos. Es induda­ble que la confianza del pue­blo le fue otorgada a Santiago Peña y Pedro Alliana. La elec­ción de estos es también un mensaje en contra de la vieja política y sus métodos. Pero, no hay peor ciego que el no quiere ver.

Lilian Samaniego y Cachito Salomón no han sabido leer este mensaje. Mientras la gente votó por soluciones urgentes a los temas que realmente le afectan como la inseguridad, la violencia en las escuelas, la falta de plata en los bolsillos, la heladera vacía, el acceso a la vivienda propia, mejorar la salud y edu­cación públicas, tener más y mejores oportunidades de empleo; a los dos solo les pre­ocupa mantener sus parce­las de poder. Parcelas que han logrado aumentar gracias a la debilidad del actual gobierno.

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Este es el verdadero motivo por el cual están tensando la cuerda en su pulseada con el gobierno entrante. La mesa directiva de la Cámara de Senadores es apenas una excusa. Que nadie crea que lo que les motiva es que la gente pueda estar mejor. Mario Abdo Benítez los acos­tumbró y los mantuvo a raya otorgándole enormes cuo­tas de poder en la adminis­tración pública buscando saciar la angurria. Hoy, con el gobierno entrante, les ate­moriza perder esas cuotas y están dispuestos a todo con tal de mantenerlas.

Por eso, una vez más, habiendo llegado a donde llegaron gracias al Partido Colorado prefieren darle la espalda al mismo e ir contra la ANR y sus afiliados, ser­virse del partido y no servir al mismo. De veintitrés ban­cas que tienen los colorados en la Cámara Alta, quince ya han anunciado su acompa­ñamiento al candidato pro­puesto por el Ejecutivo, el senador Silvio Ovelar. Lilian y Cachito ya anunciaron su oposición bajo el pírrico argumento de que ellos son quienes van a dar goberna­bilidad al presidente electo. Justo ellos, el chiste se cuenta solo.

Hoy la mano está abierta. El vicepresidente electo y punta de lanza del gobierno entrante en las negociacio­nes ya anunció que, con este escenario, buscarán alcan­zar la mayoría con algunos senadores de otros partidos. Es altamente probable que lo logren, así como también es muy factible que algunos de los integrantes de la bancada de Lilian y Cachito caigan en la cuenta de la jugada de ambos, los terminen abando­nando y voten por Silvio Ove­lar. Mientras tanto Sama­niego y Salomón quedarán en evidencia y se echarán a los brazos de sus amigos de la oposición. Porque en reali­dad pesa más su angurria que la voluntad popular.

“A los dos solo les preocupa mantener sus parcelas de poder. Parcelas que han logrado aumentar gracias a la debilidad del actual gobierno”.

“Mientras tanto Samaniego y Salomón quedarán en evidencia y se echarán a los brazos de sus amigos de la oposición. Porque en realidad pesa más su angurria que la voluntad popular”.

Etiquetas: #Lilian#angurria

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