• POR JOSÍAS ENCISO ROMERO.

Efraín Alegre ya es un consagrado y, por méritos propios, tiro al aire. Hombre bala sin casco. Pandorga sin cola. Bicicleta sin manubrio. Su obsesión por llegar a la Presidencia de la República y su desesperación ante la posibilidad de que pierda por tercera vez lo vuelven más errático y tornadizo. Sus

propuestas compiten en el rubro de cuál es más descabellada. Aunque ya superó largamente las barreras del sonido, del equilibrio y del buen juicio, todavía guardamos la esperanza de que saldrá con alguna nueva promesa para el asombro popular. Por disparatada. Estoy convencido de que a medida que se acerca el día de las elecciones, en que se acortan las horas para llegar al 30 de abril, anunciará nuevos decretos.

Para prohibir la pobreza, por ejemplo. Y aquellos que se resistan y sigan siendo pobres serán exiliados o extraditados a países de primer mundo. ¡Qué se habrán creído para desobedecer un instrumento oficial que ya fue firmado ante escribanía! El detalle de que no tiene fuerza legal es lo menos relevante. Así como es apenas un detalle eso de que primero hay que vencer en las urnas. Detalle, porque el candidato de la Concertación Nacional ya declaró que priorizará los resultados proporcionados por su equipo de conteo paralelo. Es decir, el Tribunal Superior de Justicia Electoral podrá hacer lo que se le antoja con sus cómputos. Porque Efraín tendrá el veredicto del soberano, incluso, antes de la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) que ha sido, no solo infalible, sino la mayor garantía para nuestro proceso democrático en los últimos años. Concluyendo, si no puede entrar por la puerta al Palacio de López, intentará hacerlo a la fuerza, aunque sea por el subsuelo. Y eso es peligroso. Para todos. Ya no se contenta con ser el “ganador” moral. Ahora ya quiere ser “ganador” extraoficial.

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Más allá de los violentos y agresivos discursos de Efraín en contra de sus enemigos – así los trata– de la Asociación Nacional Republicana (ANR), la mayor pelea de Alegre es consigo mismo. No pasa una hora sin que se desbarranque en un nuevo disparate. Casi la misma cantidad de tiempo que pasa en los medios de la “faraona” de la calle Yegros; o en la cadena del clan Vierci, experto en geometría, especialmente el triángulo. Muestra evidente de que el caballo no avanza. Y no avanza por pitua. Porque le estiran, le empujan, le adulan, le pintan de colores, le dibujan sonrisas y traducen sus expresiones al castellano. Y, aun así, no hay caso. El último derrape o trompo fue el domingo a la noche. En un programa de Abc Tv aseguró que “Horacio Cartes y Santiago Peña están tratando de impedir la distribución de materiales electorales”, por lo que el diario Abc tituló: “Existe la intención de impedir las elecciones del 30 de abril, denuncia Efraín Alegre”. ¡Cuánta rigurosidad periodística! ¡Cuánta responsabilidad con el público! ¿Desde cuándo el candidato que se siente ganador promueve que los comicios no se realicen? ¿Por qué postergaría su propia victoria? Solo en las mentes retorcidas de Alegre y sus paquitos mediáticos caben esas “reflexiones” de tilinguería universal.

El nuevo éxito de su álbum “Tocame un tango” se llama Secretaría Nacional para la Recuperación del Dinero Robado al Pueblo. Ya firmó otra vez por escribanía sus primeros decretos. Ni siquiera es original en sus payasadas. No es creativo como Paraguayo “Payo” Cubas, quien, en cada aparición, se presenta con un nuevo sketch. Exactamente el 2 de abril del 2018 hizo lo mismo. Y ayer, como hoy, con la misma cantinela: “Rebaja de tarifas de la Ande”. Inmediatamente después, ayer como hoy, firmó los decretos de “salud básica gratuita para todos”, “programa de pensión alimentaria para los adultos mayores en situación de pobreza” (que ya existe desde hace varios años), “desayuno y merienda de niños y niñas de las escuelas” (en funcionamiento) y su repetido “Paraguay seguro”. Pero no solamente promete “recuperar lo robado”, sino también impulsará extradiciones, arrogándose atribuciones del Poder Judicial. O sea, no solo empieza censurando a los medios que no son complacientes, también ya incursiona en otros poderes del Estado.

El que se considera el “Lula paraguayo” debería enseñar con el ejemplo, que son las lecciones más significativas. Nunca las olvida el pueblo, ya que promete recuperar lo que supuestamente sustrajeron del Estado sus enemigos políticos. Efraín Alegre debería dar el primer paso y devolver todo lo que presuntamente desapareció cuando estuvo al frente del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y cuyo informe permaneció oculto durante varios años en la Auditoría General del Poder Ejecutivo. Hasta que alguien la desempolvó hace algunas semanas. Y le pica más que el mbarigüi.

Siempre estamos ante el penúltimo disparate de Alegre, no sabemos con qué nos saldrá mañana. Lo ideal sería que ya refrende algún decreto ante su escribanía de turno para autoasignarse el papel de primer astronauta paraguayo en habitar la luna. Hasta ahora ha demostrado que cumple a cabalidad con su rol de hombre bala. De bala perdida y tiro al aire. Y que dispara hacia cualquier lado. Sin rumbo fijo. Totalmente desorientado. Y eso que ya tiene experiencia. ¿Será por aquello de que no hay dos sin tres?

El nuevo éxito de su álbum “Tocame un tango” se llama Secretaría Nacional para la Recuperación del Dinero Robado al Pueblo. Ya firmó otra vez por escribanía sus primeros decretos.

No pasa una hora sin que se desbarranque en un nuevo disparate. Casi la misma cantidad de tiempo que pasa en los medios de la “faraona” de la calle Yegros; o en la cadena del clan Vierci, experto en geometría, especialmente el triángulo.

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