• Por Felipe Goroso S.

Gran Bretaña y la India mantuvieron una disputa por la independencia de esta última que duró muchísimos años, en esa contienda el papel que cumplieron los cipayos fue clave. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española tiene dos acepciones para cipayo. La primera es: soldado indio de los siglos XVIII y XIX al servicio de Francia, Portugal y Gran Bretaña. La segunda es ciertamente más cruda, aunque no por eso menos descriptiva: secuaz a sueldo. Los cipayos eran soldados nacidos en la India, que eran convocados en los pueblos para sumarse a las tropas de la Corona Británica para defender al imperio e impedir la independencia de su propio país. Lo hacían a cambio de una contraprestación económica y en algún momento, según refieren historiadores, llegaron a ser mayoría en las tropas. En pocas palabras, combatían contra su propio pueblo a cambio de dinero.

Mucha literatura se ha escrito al respecto de los legionarios y el papel que le cupo a los mismos en la Guerra del Paraguay contra la Triple Alianza. Ya en 1930, Juan E. O’leary en su ácida obra “Los Legionarios” cargaba su pluma con toda la furia y los describía con dureza, la obra escrita en tono polémico apunta toda su crítica a los paraguayos en el exilio (Argentina) que combatieron con bandera paraguaya al lado de las tropas aliadas en contra de sus propios compatriotas. Sin embargo, y ya con posterioridad en el año 1959, otro prolífico escritor, Juan Bautista Gill, escribía la que por el cúmulo de documentación y archivo sería su obra cumbre: “La Asociación Paraguaya en la Guerra de la Triple Alianza”. La misma contiene datos históricos precisos y hasta ese momento inéditos sobre todo lo que hizo un pequeño grupo de compatriotas para congraciarse tanto con el Brasil como con la Argentina para ser reconocidos como una especie de gobierno paraguayo paralelo en el exilio durante la Guerra de la Triple Alianza. “La Asociación Paraguaya” y algunos de sus integrantes (la mayoría de ellos prefirió quedarse haciendo lobby en la comodidad de Buenos Aires) llegaron al punto de marchar y librar sangrientas batallas contra las tropas paraguayas. En dicha obra se menciona a la Asociación como la auténtica entidad en torno a la cual se nuclearon los enemigos del Paraguay y mencionan a “La Legión” más que nada como una consecuencia. “La Asociación” tiene sus raíces ya en las familias que primero se opusieron a Gaspar Rodríguez de Francia, luego a Don Carlos Antonio López; y posteriormente a su hijo, el mariscal Francisco Solano López.

Y atención a este detalle, este grupo se valió de la prensa y contrató escritores y publicistas extranjeros para desprestigiar al gobierno de Asunción. En diarios y revistas porteños, aparecían con frecuencia artículos, manifiestos y proclamas, en los cuales sus miembros daban a conocer sus críticas y cuestionamientos a la política paraguaya, a la par haciendo loas y justificando hasta el último día de la guerra la barbarie que el pueblo paraguayo estaba sufriendo a manos de la Triple Alianza.

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Es un lugar común, muy común afirmar que todo pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla. Sin embargo, hoy estamos a menos de veinte días de las elecciones generales donde los paraguayos seremos quienes vamos a elegir el destino que queremos para nuestras familias, nuestra economía, solucionar la inseguridad, nuestra forma de vida misma y ante a la injerencia extranjera que llega a niveles nunca antes vistos. Donde se festeja cada vez que se cierran empresas, que paraguayos quedan sin empleo, que se marcan pautas desde atriles diplomáticos, cuando la chapa de la Concertación se presenta como ideológicamente de centro ante los empresarios que los financian para terminar trayendo a una figura como la de “Pepe” Mujica que está a la izquierda de la izquierda latinoamericana para que sea alzado en andas por la reina del chetismo de la derecha política paraguaya, o que se normaliza el hecho de que extranjeros ingresen de manera ilegal buscando intervenir en la campaña electoral; consideramos oportuno releer los textos y la historia. Una historia que está repleta de orgullo, coraje, valentía y sobre todo y principalmente de paraguayidad.

Consideramos, finalmente, que es momento de decir basta de cipayos y legionarios de la política y grupos empresariales y de medios de comunicación. Basta de atropellos a nuestra soberanía, buscando doblegar la voluntad popular. ¿Cuándo se van a dar cuenta que lo único que logran es exactamente lo contrario a sus objetivos?

Mucha literatura se ha escrito al respecto de los legionarios y el papel que le cupo a los mismos en la Guerra del Paraguay contra la Triple Alianza.

“La Asociación Paraguaya” y algunos de sus integrantes llegaron al punto de marchar y librar sangrientas batallas contra las tropas paraguayas.

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