• Por Josías Enciso Romero.

Aquel 1 de junio del 2022, el joven profesional del derecho y afiliado al Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), César Emilio Rossel, veía cumplir el sueño de todos aquellos cuya designación debe ser tramitada ante la Cámara de Senadores. Había conseguido el pleno de 45/45 –la ansiada unanimidad– para convertirse en el sucesor del doctor Alberto Ramírez Zambonini en el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE). Ese mismo día, para la vacancia dejada por la doctora María Elena Wapenka, fue nombrado el doctor Jorge Enrique Bogarín González, aunque declarado independiente, simpatizante del Frente Guasu liderado por Fernando Lugo. La abstención del legislador del PLRA, Enrique Salyn Buzarquis, le impidió alcanzar el número ideal de 45. Se quedó con 44.

Fue precisamente el senador Salyn Buzarquis quien tuvo a su cargo proponer la candidatura de su correligionario Rossel. No dudó en elogiarlo como “funcionario de carrera del Tribunal Superior de Justicia Electoral. Ha comenzado de cero, ha hecho carrera dentro de la función pública escalando con mucho mérito, con mucho esfuerzo, escalando diferentes cargos, lugares, direcciones, y no solamente eso, aparte de su conocimiento profundo sobre el funcionamiento del TSJE, también quiero destacar que es afiliado y, en este caso, representante para esta terna del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA)”. Es decir, no solamente tenía méritos, también era afiliado del PLRA. Por aquello del cuoteo.

Jorge Bogarín fue propuesto por el senador Carlos Filizzola, quien destacó su experiencia profesional como abogado, el ejercicio de la docencia en varias universidades y su condición de autor de obras en el rubro del derecho. “Llevará equilibrio en el TSJE –argumentó–; con su idoneidad y honestidad garantizará el respeto a la voluntad popular”. El representante del Senado ante el Consejo de la Magistratura, que tuvo a cargo la integración de las ternas, fue felicitado por “su excelente trabajo”, tanto de parte de Lugo, de la Concertación Frente Guasu, como de la senadora Desirée Masi, titular indiscutida en el equipo del Partido Democrático Progresista (PDP). El diario Abc Color, que venía machacando sin cesar que el cartismo, mediante “sucias maniobras”, ubicaría a un “ministro afín”, poniendo en peligro “el equilibrio” en la máxima instancia judicial, terminó saludando el “amplio consenso político”.

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Hoy el TSJE está integrado por un colorado y dos opositores. Sin embargo, el candidato de la Concertación Nacional, Efraín Alegre, confesó que no tiene confianza en una institución que ya le dio una prueba de amor cuando, por mayoría (Rossel y Bogarín), permitió a este frente opositor (hay otros) utilizar el Registro Cívico Permanente como padrón base. Incluyendo en sus elecciones a los afiliados al Partido Colorado. El miembro en minoría, ministro Jaime Bestard, fundamentó su posición en contra. Pero, aun así, Efraín no está “alegre”. Tendrá su propio conteo paralelo –otros partidos harán lo mismo– y será más veloz que Speedy González, porque sus operadores pondrán más empeño que la propia Transmisión de Resultados Electorales Preliminares de la Justicia Electoral. Anuncia a la ciudad y al mundo, incluyendo a observadores internacionales, que sus guarismos serán los únicos fiables. “Atentos, ministros –advierte–, yo tendré antes los informes de las urnas”.

Rebobinando: en el Tribunal Electoral la proporción es de dos contra uno, en caso de plantearse conflictos y que sus integrantes determinaran obrar de acuerdo con los intereses de sus partidos y no conforme con las leyes. Luego están las Juntas Cívicas, encargadas de recibir, organizar y distribuir los materiales, útiles y equipos para la realización de las elecciones. Se integran de acuerdo con la proporcionalidad que se tiene en la Cámara de Senadores. Por tanto, son dos colorados, dos liberales y un representante de la Concertación Nacional (lo más seguro es que sea del Frente Guasu). Y, por último, las mesas receptoras de votos están integradas en esa misma proporción: un liberal, un colorado y uno de la Concertación. Se alternarán la presidencia, que será acompañada de dos vocales. Todos los demás candidatos podrán tener veedores. A juzgar por los números, podemos asegurar que la oposición maneja el aparato electoral. En mayoría. Sin embargo, debemos creer en la probidad de los integrantes de mesas. Ya demostraron credibilidad en el pasado.

Síntesis de síntesis: TSJE conformado por un liberal, un colorado y un adherente del luguismo; Juntas Cívicas, dos colorados, dos liberales y uno de la Concertación; autoridades de mesas electorales: un liberal, un colorado y uno de la Concertación. Pero, si Efraín no dice y hace burradas, no sería Efraín. ¿O no confía en la honorabilidad de su propia gente? ¿A qué le tiene miedo? Al oficio de los colorados para cuidar mesas y votos, probablemente. Entrenados para defender los intereses de su partido. Y, por otro lado, según las cadenas mediáticas que apoyan a la Concertación, en la Asociación Nacional Republicana no hay ni para “ayudomi”. Lo más aproximado a la realidad sería la versión de que Efraín está utilizando sus propias encuestas al fondo y a la derecha. Y cada vez con más frecuencia.

Fue precisamente el senador Salyn Buzarquis quien tuvo a su cargo proponer la candidatura de su correligionario Rossel. No dudó en elogiarlo como “funcionario de carrera del Tribunal Superior de Justicia Electoral.

Síntesis de síntesis: El TSJE conformado por un liberal, un colorado y un adherente del luguismo; Juntas Cívicas, dos colorados, dos liberales y uno de la Concertación; autoridades de mesas electorales: un liberal, un colorado y uno de la Concertación.

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