• Por Josías Enciso Romero.

Que Gerardo Soria se convierta en la estrella predilecta de un medio de comunica­ción, en realidad, define la degradación intelectual del que lo entrevista cada dos días. Pierde, por tanto, cual­quier rasgo de autoridad este periódico para reclamar mayor nivel cultural a la clase política cuando se encarga de promover la mediocridad y la estulticia. Mi referencia a este anodino personaje, que está condenado al ostracismo por su propia insustancial trayectoria, no es para darle identidad a alguien que no la tiene (sería una contradicción de mi parte), sino, simple­mente, para demostrar, una vez más, hasta dónde puede envilecerse un diario con tal de encontrar algún trashu­mante que pueda lanzar una sarta de imprecaciones en contra de su enemigo. Ene­migo declarado por la propie­taria de tal medio y su legión de lameculos (sin el permiso de Fernando Savater). La lista de mala fe podría incluir en lo inmediato a Ramón sevo’i y María, la del barrio.

El confinamiento al anoni­mato de este pobre hombre, que no es capaz de perci­bir su propia realidad, lle­gará más rápido de lo espe­rado. Será cuando Natalia Zuccolillo estire la cadena de su cadena porque ya dejó de serle idiota útil. Y desa­parecerá por el sumidero de las cosas inservibles para Abc Color, es decir, seguirá la misma trayectoria que la ética profesional y la moral personal de quienes, hace rato, hurgan en los albaña­les como fuente privilegiada de información. Disfrutan del estercolero con infinita devoción. Así, la generali­zada estigmatización de los “seccionaleros” por parte de este diario y todos sus órganos satélites se transforma, sin embargo, en un honora­ble y catedrático “presidente de seccional”, con peso y jerarquía, cuando se trata del insípido Gerardo Soria, más conocido, justamente por eso, con el folclórico mar­cante de “Kure caldo”, cuyo prontuario (que incluye una denuncia por acoso sexual) es más largo que letanía de novenario.

“Gerardo Soria, presidente de una seccional colorada en el departamento de San Pedro, conversó con Abc Tv y fue implacable contra Cartes (Horacio). Lo trató de hipó­crita y lastre, porque, siendo sancionado por los Estados Unidos, sigue al frente de la Junta de Gobierno (de la Asociación Nacional Repu­blicana)”. Edición digital del diario de la calle Yegros –que nació para sostener a la san­grienta dictadura de Alfredo Stroessner– del día 25 de marzo del 2023. La dimen­sión que le conceden a Soria (y su afirmación con rango de “implacable”) ya descali­fica de por sí al propio medio. Está claro que la libertad de expresión no tiene restric­ciones. Pero, para que unas declaraciones puedan tener algún peso, algún peso debe tener el entrevistado. De lo contrario, no sirve para nada. Y no tiene ningún efecto. En nadie. Sería algo así como gastar pólvoras en chimango. De mi parte, solo quiero ilustrar a todos los que me conocen de cuán bajo ha caído este diario falsifica­dor de la historia y con aires de pedante aristocracia.

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Paparruchadas tras papa­rruchadas, argumenta el inimputable Gerardo que “hasta hace poco Santiago Peña estaba por arriba en una intención de votos, pero ahora prácticamente hay un empate técnico con Efraín”. Hasta ya le tutea al candidato de la Concertación Nacional opositora, pensando, quizás, que, en caso de ganar podría, seguir en el cargo que usurpa en Itaipú. Hace poco tuiteó que a José Luis Chilavert hay que dejarlo que “llegue hasta el final para que se dé cuenta de que goza de total orfandad popular”. Hasta el más lerdo de los lectores se habrá dado cuenta de cuál es la inten­ción de este reputado (para Abc Color) presidente de sec­cional. Salvo Soria, todos los demás son “seccionaleros” y “hurreros”. Y para que vean que no miento, el 28 de marzo en página digital y el 29 en edición impresa vuelve a ser premio Óscar como actor principal: “Hora­cio Cartes es un ‘lastre’ para la ANR, según presidente de seccional colorada”. Ya dijo lo mismo el pasado 25. Pero, por si alguien no lo haya leído… ¡Juaz!

De acuerdo con este “ínclito” presidente de seccional, “muchos se callan porque no quieren que, al cuestio­nar la administración Car­tes, se les acuse de traidores u operadores de Alegre de la Concertación”. Gerardo Soria no debería preocu­parse por el calificativo de traidor al Partido Colorado. Él lo es de tomo y lomo. Con­sumado felón. Detrás del hoy senador por el Frente Guasu, Miguel Fulgencio Rodríguez, en el 2008 trabajó y votó por Fernando Lugo. Como pre­mio a su “lealtad”, se fue con “Kencho”, primero, a Itaipú y, luego, a Yacyretá.

Ubiquemos a este personaje de poca monta en su “Con­texto”. Es presidente de sec­cional de Puerto Antequera, departamento de San Pedro. Obtuvo 803 votos. Pero él no vive ahí, porque tiene una oficina en Itaipú como encargado de la Asesoría de Responsabilidad Social, por arte y magia de ese realismo trágico que tanto daño ya hizo a la República y al país. Y porque al presidente de la República, Mario Abdo Benítez le encanta rodearse de gente con su mismo grado intelectual.

Como en aquella famosa parodia de las pelícu­las de catástrofes que lle­vaba por título “¿Y dónde está el piloto?”, tal vez, los periodistas de la prensa amiga podrían adornar su próxima entrevista con Sorita con una inquietante e “implacable” pregunta a ritmo de balada: “¿Y dónde está el maletín?”. “Cuén­tame, no tengas miedo”. “¿En qué lugar se extravió de ti?”. Y cosas por el estilo.

El confinamiento al anonimato de este pobre hombre, que no es capaz de percibir su propia realidad, llegará más rápido de lo esperado.

Hasta ya le tutea al candidato de la Concertación Nacional opositora, pensando, quizás, que, en caso de ganar podría, seguir en el cargo que usurpa en Itaipú.

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