• Por Josías Enciso Romero

Nació más lambiscón que el propio diario Patria. La tajante afirmación de mi vecino don Cecilio tenía fundamentos materiales. Palpables y suje­tos a verificación. Cuando apareció Abc Color, prosiguió, el diario oficialista, vocero de la dictadura, quedó relegado a un papel intrascendente. Los discursos del general Alfredo Stroessner se publicaban in extenso, completo, a páginas enteras y siguientes. El pri­mer número oficial es del 8 de agosto de 1967, aunque (como es normal en estos casos) hubo ediciones de pruebas, como la del 3 de dicho mes cuando el “único líder” des­ataba la cinta inaugural del edificio ubicado sobre la calle Yegros. Coincidencia o no, el jueves 10 de agosto de ese mismo año, la Conven­ción Nacional Constituyente aprobaba la figura de la ree­lección presidencial, que fue saludada con alborozo por su director: “Presidente: reele­gible”, “Convención: vía libre a la reelección presidencial”, son algunos de los titulares que acaparaban las tapas del mencionado periódico.

En los primeros días de su distribución, en la página editorial aparecían los nom­bres de “Director: Aldo Zuc­colillo; jefe de Redacción: Humberto Pérez Cáceres”. Para el sábado 26 de agosto, ya solo figuraba el propieta­rio firmando un laudatorio editorial: “Constitución de la paz”. Don Humberto, un paraguayo digno y caballero de la democracia, al parecer, ya no quiso ser cómplice de los oscuros nubarrones que empezaban a cernirse sobre el horizonte de nuestra patria. No se puede hablar de errores de juventud o víc­timas de la buena fe. Para 1967, el dictador Stroessner ya había “corregido” a garro­tazos a obreros y estudian­tes en las multitudinarias protestas de 1958 y 1959. El Comité Central de Juventud Colorada estaba proscripto. “Nuestras reuniones del Cen­tro Blas Garay fueron disper­sadas con ensañada violencia y éramos perseguidos hasta ser alcanzados y apaleados sin compasión”, recuerda don Cecilio. En el 59, apunta: “Los estudiantes declaramos persona no grata al jefe de la Policía de la Capital, teniente coronel Ramón Duarte Vera, y al jefe de Investigaciones, inspector Juan Erasmo Can­dia”. Declaración que acentuó la represión contra los jóve­nes manifestantes. Hubo apresamientos arbitrarios y torturas. La Cámara de Representantes (teníamos entonces el sistema unica­meral) fue disuelta a raíz de una nota de 17 de sus miem­bros pertenecientes a la Aso­ciación Nacional Republicana (ANR), solicitando el levan­tamiento del Estado de sitio, una ley de amnistía general y vigencia plena de todas las libertades. Sobre esa barba­rie, y otras más que iremos enumerando, se construyó la “Constitución de la paz”.

El dictador usurpaba el poder desde el 4 de mayo de 1954. Los más notables colorados, entre ellos Epifanio Mén­dez Fleitas, Osvaldo Chaves, Miguel Ángel González Casa­bianca, Sandino Gil Oporto y Waldino Ramón Lovera, ya estaban en el exilio. Por el artículo 173 de la Constitu­ción de 1967, “el presidente de la República será elegido en comicios generales direc­tos que se realizarán por lo menos seis meses antes de expirar el periodo constitu­cional que estuviere en curso, y solo podrá ser reelecto por un periodo más, alterna­tivo o consecutivo”. Alfredo Stroessner, naturalmente, fue “electo” con la nueva Ley Fundamental, en 1968. Ya venía con una pasantía san­grienta de catorce años. Pero, cuando eso, el diario Abc Color seguía en estado cata­léptico, inmovilizado, endu­recido, lejos del “despertar” democrático que lo agitaría recién más de una década después. Mientras, “Acero” seguía disfrutando del calor del poder que le permitiría montar su imperio econó­mico. Hoy el diario volvió a las andadas. De nostálgica adhesión al poder de turno, heredero nato del estronismo. Y con una oportuna amnesia al publicar sus “históricas tapas” en su 45º aniversario fundacional.

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Abc Color nunca pidió perdón por su ominosa complicidad con la dictadura. Su pusilá­nime omisión de los críme­nes del déspota. Su editorial “Constitución de la paz” es más que elocuente: “Es nues­tro anhelo –y confiamos en la obra histórica del gobierno del presidente Stroessner– que la Constitución de 1967 impere positivamente en la vida del pueblo paraguayo, libre de restricciones y de limitaciones”. Y decía más: “De la semblanza de un Para­guay épico pasamos a la sem­blanza de un Paraguay de la democracia política, social y económica”. Lo más condena­ble aún es que diez años des­pués apoyaría la enmienda del artículo 173 para la dictadura perpetua. Así que, de amnesia estamos hablando.

Abc Color nunca pidió perdón por su ominosa complicidad con la dictadura. Su pusilánime omisión de los crímenes del déspota.

“De la semblanza de un Paraguay épico pasamos a la semblanza de un Paraguay de la democracia política, social y económica”.

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