El viernes, “Cachito” Salomón conseguía los votos necesarios para continuar como presidente de la Cámara de Senadores. Por tercera vez, repitió la cada vez más sólida alianza que tienen los que dicen ser los más colorados de todos los colorados, Mario Abdo Benítez y Hugo Velázquez, con el efrainismo, el PDP, Hagamos y el luguismo. Los primeros eligen dar la espalda a sus propios correligionarios, pero se llenan la boca de coloradismo. Cosas de la interna, digamos. Ya pasará. En ningún momento otro senador de los que se mencionaron que tenían intenciones estuvo ni cerca de llegar a la cantidad necesaria de votos como para apeligrar la reelección de Salomón. A excepción de Rodolfo Friedmann; él podría haberle hecho frente y ser electo aglutinando los votos colorados más algunos de otros partidos. De hecho, su candidatura estuvo en la palestra hasta último momento, pero el viento a favor no fue suficiente para llegar a la costa y terminó encallando.
El arcoíris de partidos que acompañaron a “Cachito” fue el mismo que viene manejando la Cámara Alta hace tiempo y que lo reconfirma en cada acto. Era lo previsible, no hubo sorpresa alguna. Sin embargo, los grupos de medios de Zuccolillo y Vierci hicieron hasta lo indecible para presentar la cuestión como un triunfo sobre Horacio Cartes. Cuando no. Además, en esos días se encargaron de elevar la imagen de Salomón al mismo nivel de una alquimia entre John Fitzgerald Kennedy, Abraham Lincoln y Carlos Antonio López. Se imponía aquel meme de: sin irse todo era. Pero no, había que irse todo con tal de amplificar el hecho lo más posible. Eso es lo que se sabe, lo que se vio.
Ahora vayamos a lo que no se vio, lo que no se contó, pero se comenta en los pasillos del poder. La elección de “Cachito” abarcaba mucho más que el simple acto en sí mismo, por eso es que se complicó en algún momento, porque estuvo directamente ligado a la designación de ministros del TSJE. Los mismos que anunciaron que las ternas eran la señal de que el fin del mundo estaba cerca, que los ternados eran los Jinetes del Apocalipsis, que eran los que traerían las siete plagas de Egipto al Paraguay terminaron votando, eligiendo y no les pareció tan mal, previa negociación obviamente. Pero no alcanzaba con eso, había que ir por todo y acá viene lo jugoso.
El paquete incluye dos piezas más. Un ministro de la Corte Suprema de Justicia y (cuando no) la obsesión del Ejecutivo y el efrainismo: la Fiscalía General del Estado. En marzo del año que viene el ministro de la Corte Antonio Fretes deberá dejar la máxima instancia judicial por llegar a la edad de jubilación. Los políticos ya están pensando en ese momento (o quizás antes por algún método abreviado, con ellos nunca se sabe) incluso en quién eventualmente podría ocupar esa banca; bastaría con mirar a alguno de los que debían llegar al TSJE, pero quedó por el camino. Con el Ministerio Público pasa algo muy similar y ya se está cayendo en esta horrible costumbre de quienes se creen todopoderosos de repartirse los cargos mucho antes de tiempo. Para este cargo se mencionan dos nombres; por un lado, el de un hombre actual ministro sumamente cuestionado, pero que está cumpliendo a rajatabla lo que le piden y, por el otro, una mujer que ya ha ocupado varias funciones en este y en otros gobiernos, siempre vinculada al ámbito de la justicia. Para ambos casos ya se tiene la promesa de respaldo de los dos grupos de medios anteriormente citados.
El único, pero nada despreciable detalle es que antes de marzo del 2023 está diciembre de este año; las internas de la ANR que para como van las cosas, serán un contundente mensaje en contra de este gobierno y todo lo que representa, incluidos sus aliados. Y eso va a cambiar todo el plan. Saben que van, por eso quieren dos más.
El arcoíris de partidos que acompañaron a “Cachito” fue el mismo que viene manejando la Cámara Alta hace tiempo y que lo reconfirma en cada acto.
La elección de “Cachito” abarcaba mucho más que el simple acto en sí mismo, por eso es que se complicó en algún momento, porque estuvo directamente ligado a la designación de ministros del TSJE.