La democracia tiene como herramienta fundamental el diálogo. El diálogo es el camino para alcanzar el consenso y este último, es el objetivo básico de toda planificación de comunicación gubernamental. Teniendo en cuenta la seguidilla de crisis en las que entra el oficialismo, sin terminar de salir de la anterior debería de valorizar el diálogo y hacer uso oportuno del mismo. Las veces que recurrió al diálogo, sobre todo con el sector interno de su partido, logró algo que es fundamental para toda gestión: la previsibilidad.

Muchas veces se le asigna un papel secundario a la comunicación, apenas el de vehiculizar la distribución del mensaje y colocarlo en las plataformas. Eso lo logra prácticamente cualquiera con un grado básico en la materia. El que logra darle su real importancia sabe que pasa por saber comprender y un saber hacer, uno que ayuda a entender. Los que gerencien la comunicación gubernamental, los modernos y actualizados deben saber gestionar y administrar modelos sociales, situaciones y estrategias políticas. Leer los escenarios futuros, recurrir a mediciones científicas y profesionales y lograr el real alcance de las mismas como herramientas de toma de decisiones ejecutivas.

Dar ese paso será sin duda uno de los desafíos de la próxima administración. Profesionalizarla al punto de darle el lugar que se merece, dependerá siempre de los liderazgos políticos, en la conciencia de que en la medida que se gestione se podrá medir las posibilidades de alcanzar el éxito. Más allá de la estrategia, comprender que hay momentos en los que las circunstancias obligan a tomar decisiones acordes a etapas, coyunturas o problemas específicos que se pretenden solucionar. Asumir que es una buena forma (tal vez de las mejores) para conseguir equilibrios que alejen de los extremos, que, en función de gobierno generalmente no son la mejor compañía.

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Es complejo hacer futurología al respecto del tema que nos ocupa. Ahora bien, correr a la comunicación gubernamental al papel protagónico que deberá tener en la próxima administración y sacarle ese mote de tan solo apoyar a las áreas de decisión y acción. A estas alturas, es bastante inocente pensar que las políticas se puedan implementar sin una adecuada comunicación y sin profesionales que estén acorde al momento que le toca.

“Las veces que recurrió al diálogo, sobre todo con el sector interno de su partido, logró algo que es fundamental para toda gestión: la previsibilidad”.

“El que logra darle su real importancia sabe que pasa por saber comprender y un saber hacer, uno que ayuda a entender”.


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