En la jornada de ayer, se vio un hecho (al menos) curioso. La sesión extraordinaria de la Cámara de Diputados fue convocada con un único tema: definir el proyecto de juicio político a la fiscal general del Estado. El tiempo que se le había dedicado al asunto estaba logrando su intención de distraer la agenda del debate de otros temas demasiado acuciantes, además de ser un permanente motivo para el circo, de posicionamiento electoral y de coacción política y mediática. Cada día que pasaba sin definirse era un día más en contra de la independencia del Poder Judicial, del fortalecimiento de la democracia y el Estado de derecho.

Por esas contradicciones que tiene la política, los que iban a votar a favor no querían que se trate. El negocio estaba en que el tema nunca llegue a tratarse, de manera de sacarle todo el jugo posible por los siglos de los siglos. Diputados de la ANR entendieron al fin que el juego de la oposición de acá hasta el 2023 pasa por ahondar la brecha entre los dos movimientos más grandes. Esto quedó en evidencia con la línea discursiva expuesta en las intervenciones en los medios de comunicación afines que se hicieron en las horas previas a la sesión. La ácida crítica se planteaba partiendo de la base del tiroteo al Partido Colorado. ¿Cómo puede ser que ahora estén juntos para impedir un asunto que tiene que ver con nuestra agenda opositora? ¡Contábamos con que ustedes sigan divididos para que nosotros tengamos una posibilidad mínima, son unos traidores a nuestra causa! Para acto seguido (y acá viene lo risible) hacer una defensa magistral a la tesis de que la unidad de la oposición es el camino, la verdad y la vida para el 2023.

Básicamente, el planteamiento pasa por cuestionar con dureza (al punto de tratarlos de traidores) la unidad del Partido Colorado y se le suma que la unidad del arco opositor es la salida. Pasa que la unidad en la oposición es válida, pero la unidad en la ANR es inadmisible. ¿Desde cuándo la unidad de un partido es cuestionable? ¿Por qué no se cuestiona la unidad al interior del Encuentro Nacional, Patria Querida o el Frente Guasu? ¿Por qué se presenta la unidad de la ANR como un problema y la unidad de la oposición como la solución a todos los problemas del Paraguay?

Hasta para plantear un eje discursivo tan débil se precisa tener un mínimo de coherencia que genere verosimilitud. De lo contrario, se corre el riesgo de que a alguno se le ocurra escribir en un espacio como este y desarticular a la policía de las unidades.

Los diputados de la ANR entendieron al fin que el juego de la oposición de acá hasta el 2023 pasa por ahondar la brecha entre los dos movimientos más grandes.

Básicamente, el planteamiento pasa por cuestionar con dureza (al punto de tratarlos de traidores) la unidad del Partido Colorado y se le suma que la unidad del arco opositor es la salida.


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