Mencionar a Dios, recurrir a parábolas, citar textualmente o parafrasear versículos de la Biblia. Recurrir a otros símbolos del cristianismo. Estos y otros elementos se utilizan porque algunos políticos saben que el público al que se apunta la línea discursiva, se sentirá identificado como cristiano. En este sentido, recurrir al lenguaje religioso forma parte de una estrategia política. Se busca, en el fondo, generar empatía. Conectar.
A la par, estos simbolismos son válidos al momento de encuadrar una crisis. Ese momento en el cual es más que necesario generar un enemigo, una narrativa con un nudo y un desenlace positivo a favor del último eslabón, pero el más importante: el héroe o “mesías”, que salve a los que él considera sus fieles.
Desde el inicio de su mandato, en el Gobierno han intentado hacer uso de esta estrategia de Comunicación Política. El detalle está en que este recurso no debe ser el único, eso lo vuelve excesivamente predecible. Tan reactivo que termina gastado, como esas raspaditas donde vanamente se buscaba ganar un premio y siempre se obtenía la misma respuesta, vuelva a participar. Ante la ausencia de una línea estratégica clara y mucho menos un relato que logre penetrar en la población, se la usa hasta el cansancio. Se lo volvió a usar en la jornada de gobierno que se dio hace un par de días en el departamento de Paraguarí. Ahora bien, lo que además le falta es un factor absolutamente vital, la coherencia.
Cuando se trata de enmarcar el debate de un tema en cuestión, lo que se recomienda es que no deje dudas, de manera que la línea discursiva expuesta tenga altos niveles de verosimilitud, requisito indispensable para que el público objetivo se apropie del mismo. Por ejemplo, no se debería estar hablando de que el crimen organizado está en la vereda del frente cuando todos los afectados están sentados al lado del Ejecutivo, en el escenario en cada acto oficial y de la campaña electoral interna.
A estas alturas, pretender que el Gobierno tenga una línea discursiva ya estaría bien, que tenga una estrategia comunicacional oportuna y conveniente ya es avaricia.
Ese momento en el cual es más que necesario generar un enemigo, una narrativa con un nudo y un desenlace positivo a favor del último eslabón.
Cuando se trata de enmarcar el debate de un tema en cuestión, lo que se recomienda es que no deje dudas, de manera que la línea discursiva expuesta tenga altos niveles de verosimilitud.
Dejanos tu comentario
La importancia de estudiar la Biblia
Lo primordial que tenemos que hacer como cristianos es estudiar la Palabra de Dios porque a través de ella Dios habla.
No hay sustituto para el cristiano, la Biblia es el centro de todo crecimiento espiritual a través de ella conocemos a Dios, no hay otra manera.
¿Por qué es necesario estudiar la Biblia?
En primer lugar es necesario estudiar la Biblia para crecer. 1 Pedro 2:2 dice: “Desead, como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada para que por ella crezcáis para salvación”.
Este verso nos habla de un alimento que todo cristiano debe tener para crecer. Así como un niño necesita alimento para su crecimiento sano así también el creyente.
El apóstol Pablo en 1 Corintios 3:1,2 nos dice que la Palabra de Dios puede ser leche en algún momento y carne en otro. No es que algunas cosas de la Biblia son leche y otras carne, todo en la Biblia es profundo, sustancioso y consistente.
A un bebé se le da leche materna no carne porque aún no está preparado para digerirla, pero lo estará a medida que vaya desarrollándose.
Así también en lo espiritual. Primero aprendemos lo básico, lo general, lo fácilmente digerible, pero eso básico cuando lo profundizamos se va convirtiendo poco a poco en algo mucho más sustancioso y profundo.
Por ejemplo, decir que Dios nos ama es algo básico, es un conocimiento básico, es leche como Juan 3:16 que dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda más tenga vida eterna”. Pero cuando vamos profundizando en esta palabra, analizando la doctrina de la gracia, la sustitución, el sacrificio de Cristo, la fe, la entrega incondicional de Dios y cómo un Dios todopoderoso concilia su justicia con su santidad vamos entrando en aguas tan profundas que, como diría Spurgeon, “nuestra palmada mental no halla fondo”, de hecho, vamos aprendiendo tanto que se va convirtiendo en un misterio infinito y mientras más lo estudiamos más conocemos a Dios y lo amamos.
Esa “leche”, o sea, “Dios nos ama”, se torna en “carne”, una sustancia tan densa que no nos alcanza la vida para poder entenderla a profundidad. El punto acá es que tenemos que crecer.
Jeremías 15:16 dice: “Fueron halladas tus palabras y yo las comí y tu palabra me fue por gozo y por alegría en mi corazón…”. Jeremías comió la Palabra de Dios porque era alimento para él, el acto de comer es un acto de alimentarse, de fortalecerse.
Un bebé o un niño son algo encantador, pero en temas prácticos no son muy útiles, no se les puede dar responsabilidades, no se puede confiar en ellos, no tienen la capacidad siquiera de cuidarse a sí mismos, estamos llenos de cristianos así, gateando por el suelo, haciendo berrinches, haciéndose encima sus necesidades fisiológicas, hay que estar limpiándolos y cuidando que no se hagan daño a sí mismos ni a otros, y no hay problema que así sea con un bebé, el problema es seguir así con alguien que ya debería comportarse como un adulto.
Un adulto que se comporta como un niño no es de beneficio para nadie. Siempre pero siempre la diferencia más importante entre los niños espirituales y los que han alcanzado madurez es el conocimiento de las Escrituras.
Sabemos que algunas personas pueden ser intelectuales en el conocimiento de la Biblia, pero aún inmaduros en sus emociones, puede pasar, pero lo que nunca vas a ver es una persona madura y profunda espiritualmente, pero ignorante a las Escrituras, eso no puede darse.
Nunca podremos derrotar el pecado a menos que lo derrotemos con la Palabra de Dios. En Efesios donde nos muestran toda la armadura de Dios para vencer todas las tentaciones del diablo aparece en el 6:17: “Tomad la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios”. La palabra de Dios es nuestra arma contra la tentación.
Dejanos tu comentario
El amor según la Biblia
Una de las porciones más maravillosas de toda la Biblia está ubicada en el libro de 1 Corintios 13:1-13 y está dedicada al amor. Fue escrita por el apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo.
En el contexto de este párrafo, titulado en la Versión Reina Valera (1960) como la “Preeminencia del amor”, el apóstol habla de los dones que Dios puso en el ser humano para edificación de los creyentes y la ayuda mutua entre las cuales están el don de ayuda, el don de sanidad, de ciencia, de profecía, el don de enseñar, el don de hacer milagros, el de liderar, etc.
Y destaca la importancia de cada uno de esos dones, pero al final destaca el don más importante de todos y que sobrepasa por lejos a todas las demás: el don del amor.
Dice que Dios da dones según su voluntad a quien el quiera dar y por eso algunos tienen un don pero no todos tienen el mismo don y que así funcionarían todos como un cuerpo humano donde, con muchos miembros, trabajan coordinadamente para beneficio de todos, pero ese don tan grande y sublime si podrían, y deberían, tenerlos todos.
Arranca diciendo en el verso uno que si alguien lograse todo en la vida, todo tipo de éxito, relevancia, ciencia y conocimiento pero no tiene amor no era nadie.
Dice que una persona podría hacer todo tipo de caridad al punto de donar todos sus bienes e inmolarse por otros, pero que si no tiene amor no le sirve de nada. Dice que podría ser la persona con mas fe del mundo y la más espiritual, pero sin amor no tenía nada.
Luego en el verso cuatro empieza a definir el amor y no empieza con algo así como: “El amor es romántico”, o “el amor es placentero”, o “el amor es felicidad”, todo lo contrario, dice: “El amor es sufrido”, y es verdad, quien ama está aceptando también el sufrimiento, el sufrimiento solo aflora cuando uno ama de verdad y su entrega es sincera y total.
Dice también que “el amor es benigno”, “no tiene envidia” (no compite con la persona amada). En el verso cinco continúa: “No hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza en la injusticia, mas se goza en la verdad”.
Si tan solo nos entregásemos a un amor tan sincero como este creo que casi la totalidad de todos los problemas que tenemos como parejas, familia, amistad o en cualquier relacionamiento humano desaparecería. Pablo dice, en otras palabras, que el amor es “renuncia en bien del otro”.
El verso siete dice que el amor “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. Sufrir, creer, esperar y soportar para ver lo mejor de la persona amada, para ser formado en un carácter maduro y responsable, leal y sincero.
El camino hacia un amor sólido y maduro está empedrado de pruebas y desafíos que, de sortearlos correctamente, nos llevarán a experimentar un amor mucho más sublime, profundo, sincero, y sólido que el “enamoramiento” o esa primera etapa tan intensa, emociona y “química” que tanto busca el mundo.
Ese no es el verdadero amor, ese es apenas el detonante que ve todo lo mejor del otro, pero no de manera objetiva, sino de manera apasionada e irracional, hasta que baja ese “cocktail” cerebral formado, según la ciencia, por dopamina, adrenalina y norepinefrina empezamos a ver esa realidad y es ahí donde entra la madurez, el amor sincero que ama, no solo lo bueno del otro, sino que está dispuesto aceptar también o malo y sufrir por servir y seguir perseverando en la construcción del verdadero amor.
Termina este “himno a la entrega” diceindo que ahora, en esta vida tan incierta y cambiante donde estamos de viaje hacia la eternidad “permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” (13).
Según Dios, que es amor (1 Juan 4:8), nada esta por encima del amor.
Dejanos tu comentario
“La Niña” ya está aquí y amenaza a Latinoamérica, advierten expertos
La noticia fue confirmada por los expertos en meteorología, quienes anunciaron que “el fenómeno ‘La Niña’ ya llegó y su impacto se extenderá hasta la entrada de abril de este año, por lo que se prevé que la región de América del Sur será afectada con escasez de lluvias.
El medio RT recuerda que este fenómeno, que se caracteriza por temperaturas oceánicas más frías de lo habitual en el Pacífico ecuatorial central y oriental, está relacionado con inundaciones devastadoras, sequías abrasadoras y huracanes en el Caribe.
Agrega que el Centro de Predicciones Climáticas (CPC) del Servicio Nacional de Meteorología de EE. UU. indicó que las condiciones de La Niña han surgido en diciembre pasado, sin embargo, menciona que se espera que persistan hasta febrero-abril 2025, con un 59 % de probabilidad.
También predicen que ocurra una transición a ENSO-neutral, un ciclo entre los patrones climáticos de El Niño y La Niña, es probable, en un 60 %, durante marzo-mayo de 2025.
Algunos países afectados
Una buena noticia dada por la agencia de meteorología MetSul, de Brasil, es que el evento “no se prolongará”. A diferencia del fenómeno de 2020 a 2023, que fue atípicamente largo, “este debería ser muy corto y débil, con una duración de tres a cinco meses”, dice la entidad.
* Según la agencia, en Brasil los efectos se sentirían “con una reducción de las lluvias y déficit de precipitaciones en zonas del sur” del país y “un aumento de las lluvias en la Región Nordeste”. Resalta que este déficit de precipitaciones en el sur del gigante suramericano “podría afectar la agricultura de varios municipios con pérdida de productividad”.
* También Uruguay se ve afectado por el fenómeno. , Para el meteorólogo local José Serra, existe un 60 % de probabilidad de que La Niña agrave la situación del agro y de la generación hidroeléctrica; además de persistir un alto riesgo de incendios forestales. “Espero que me equivoque y que en la segunda quincena tengamos un episodio de precipitaciones, pero tenemos una evaporación muy alta” y no llueve”, indicó.
* Desde Colombia informaron que el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) emitió un comunicado, el pasado 10 de enero, en el que indicó que “las características oceánicas y atmosféricas asociadas a las condiciones La Niña han estado presentes durante las últimas semanas”.
El Ideam pronosticó que para febrero se desarrollarían precipitaciones por encima de lo normal y “es lo probable en algunas zonas de las regiones Caribe, Andina y Pacífica, lo que es consistente con las condiciones La Niña esperadas para este mes”, indicó la institución.
Leé también: Al menos 65 familias son evacuadas por los bomberos ante voraz incendio en Villeta
* Jorge Carranza, jefe de la oficina del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) en Piura, Perú, informó que se esperan lluvias abundantes en la sierra y un preocupante déficit hídrico en la costa.
* Finalmente, El Comercio de Ecuador advirtió que el fenómeno de La Niña se mantendrá en el país durante el primer trimestre de 2025, con probabilidad del 83 %, según el Comité Nacional para el Estudio Regional del Fenómeno de El Niño (Erfen).
Dejanos tu comentario
El amor según la Biblia
- Por Emilio Daniel Agüero Esgaib
- Pastor principal de la iglesia Más que Vencedores
- www.emilioaguero.com www.mqv.org.py
Una de las porciones más maravillosas de toda la Biblia está ubicada en el libro de 1 Corintios 13.1-13 y está dedicada al amor. Fue escrita por el apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo. En el contexto de este párrafo, titulado en la Versión Reina Valera 1960 como la “Preeminencia del amor”, el apóstol habla de los dones que Dios puso en el ser humano para edificación de los creyentes y la ayuda mutua, entre los cuales están el don de ayuda, el don de sanidad, de ciencia, de profecía, el don de enseñar, el don de hacer milagros, el de liderar, etcétera. Resalta la importancia de cada uno de esos dones, pero al final destaca el don más importante de todos y que sobrepasa por lejos a todas las demás: el don del amor.
Dice que Dios da dones según su voluntad a quien Él quiera dar y, por eso, algunos tienen un don, pero no todos tienen el mismo don, y así funcionan todos como un cuerpo humano, donde muchos miembros trabajan coordinadamente para beneficio de todos. Pero ese don tan grande y sublime sí podrían, y deberían, tenerlo todos.
Arranca diciendo en el verso uno que, si alguien logra todo en la vida, todo tipo de éxito, relevancia, ciencia y conocimiento, pero no tiene amor, no es nadie. Dice que una persona podría hacer todo tipo de caridad, al punto de donar todos sus bienes e inmolarse por otros, pero que, si no tiene amor, no le sirve de nada. Dice que podría ser la persona con más fe del mundo y la más espiritual, pero sin amor no tendría nada.
Luego, en el verso cuatro, empieza a definir el amor. No empieza con algo así como: “el amor es romántico” o “el amor es placentero” o “el amor es felicidad”. Todo lo contrario. Dice: “El amor es sufrido”, y es verdad, quien ama está aceptando también el sufrimiento; el sufrimiento solo aflora cuando uno ama de verdad y su entrega es sincera y total.
Dice también que “el amor es benigno”, “no tiene envidia” (no compite con la persona amada). En el verso cinco continúa: “no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza en la injusticia, mas se goza en la verdad”.
Si tan solo nos entregásemos a un amor tan sincero como este, creo que casi la totalidad de todos los problemas que tenemos como parejas, familia, amistad o en cualquier relacionamiento humano desaparecería. Pablo dice, en otras palabras, que el amor es “renuncia en bien del otro”.
El verso siete dice que el amor “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. Sufrir, creer, esperar y soportar para ver lo mejor de la persona amada, para ser formado en un carácter maduro y responsable, leal y sincero.
El camino hacia un amor sólido y maduro está empedrado de pruebas y desafíos que, de sortearlos correctamente, nos llevarán a experimentar un amor mucho más sublime, profundo, sincero, y sólido que el “enamoramiento” o esa primera etapa tan intensa, emocional y “química” que tanto busca el mundo.
Ese no es el verdadero amor, ese es apenas el detonante que ve todo lo mejor del otro, pero no de manera objetiva sino de manera apasionada e irracional. Hasta que baja ese “cocktail” cerebral formado, según la ciencia, por dopamina, adrenalina y norepinefrina, empezamos a ver esa realidad, y es ahí donde entra la madurez, el amor sincero que ama no solo lo bueno del otro sino que está dispuesto a aceptar también lo malo y sufrir por servir y seguir perseverando en la construcción del verdadero amor.
Termina este “himno a la entrega” diciendo que ahora, en esta vida tan incierta y cambiante, donde estamos de viaje hacia la eternidad, “permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres, pero el mayor de ellos es el amor” (13).
Según Dios, que es amor (1 Juan 4.8), nada está por encima del amor.