El Departamento de Estado de Estados Unidos publicó su informe anual sobre prácticas de derechos humanos, en el que destaca que la situación en Paraguay durante 2024 enfrentó desafíos importantes, especialmente en áreas como la libertad de expresión y la protección de los derechos laborales.

El informe señaló que el Congreso adoptó medidas que afectaron a la sociedad civil y a la prensa, y que la Oficina no observó con buenos ojos ciertos aspectos vinculados a las organizaciones no gubernamentales. Mencionó sobre la entrada en vigencia de una legislación que establece el control sobre las organizaciones civiles.

En el ámbito de la libertad de prensa, el informe explicó que “hubo varios casos en los que actores políticos utilizaron amenazas e intimidación para restringir la libertad de expresión y de prensa para silenciar a sus oponentes”. También se señala que “algunos actores políticos amenazaron públicamente con procesar a periodistas por informar sobre abuso de poder y corrupción por parte de funcionarios gubernamentales”.

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En cuanto a los derechos laborales, el documento indicó que “el Gobierno rara vez investigaba las actividades antisindicales y, según informes, solo lo hacía cuando lo solicitaba la parte afectada”. Señaló que los empleadores que no reconocían o negociaban colectivamente con un sindicato registrado podían enfrentar sanciones, aunque “generalmente eran ineficaces y rara vez se aplicaban a los infractores”.

Respecto a la seguridad y Justicia, el informe describe que “la prisión preventiva prolongada, debido a la acumulación de casos judiciales y la corrupción, es un problema” y que “un número insuficiente de jueces y funcionarios judiciales que solicitaban sobornos para adelantar los procedimientos a menudo causaba retrasos en los juicios”.

Sobre la tortura y otros tratos inadecuados, se indica que “la ley prohibía tales prácticas, pero existían informes fidedignos de que funcionarios gubernamentales las empleaban”. La Fiscalía abrió investigaciones sobre 124 denuncias de tortura y otros abusos, aunque “no hubo condenas durante el año”.

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El informe concluye que, si bien se han registrado algunas medidas de protección de los derechos humanos, “todavía existen áreas que requieren atención y fortalecimiento institucional para garantizar el respeto de los derechos fundamentales de todos los ciudadanos”.

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