El Paraguay cuenta actualmente con 18.249 personas privadas de libertad y el sistema penitenciario cuenta solamente con una capacidad para albergar a 11.000 reclusos actualmente. La habilitación de las tres nuevas penitenciarías permitirá aliviar el hacinamiento y a la vez aplicar de manera correcta los programas de reinserción.
“Habilitar las 3.711 plazas nuevas ayudará a descomprimir el sistema y poder clasificar a las personas. Hoy tenemos a todas las personas mezcladas en una misma penitenciaría, procesados y condenados, hay un procesado por abuso de niños y un condenado por robo bancario, los famosos guantes blancos. Qué programa de reinserción vas a poder efectivizar de esa forma”, expresó a la 1020 AM el ministro de Justicia, Rodrigo Nicora.
Las dos penitenciarías de Emboscada y la de Minga Guazú son construcciones nuevas y que están orientadas solamente para personas condenadas, las tres cuentan con una misma infraestructura, están divididas en ocho módulos que forman una especie de sub penitenciarías totalmente independientes, que posibilita que las personas privadas de libertad de cada módulo no tengan contacto con las otras unidades.
“Cada uno va a estar clasificado, de hecho ya lo están en el penitenciaría de Minga Guazú, de acuerdo a los perfiles criminológicos, es decir, hecho punible cometido, conducta dentro del contexto de encierro y entonces se va a aplicar el programa de reinserción teniendo en cuenta este perfil. Eso va a tener un impacto y nos va a permitir también tener un espacio de esparcimiento acorde”, explicó el ministro.
Nicora indicó que el actual hacinamiento hace que sea imposible aplicar programas capaces de dar resultado, puesto que en algunos penales, la cantidad de reclusos incluso triplica la capacidad del centro. “Hay centros que tienen una capacidad para 400 personas privadas de libertad y tenemos 1.400. Esa es la realidad con la que nos encontramos, pero no es una excusa porque nosotros ya conocemos eso de antemano y al asumir una responsabilidad sabemos a qué nos vamos a enfrentar”, sostuvo.
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Los desafíos del sistema penitenciario para superar la superpoblación carcelaria
Reducir el hacinamiento, revisar los miles de causas sin condena que ayudan a ese fenómeno e intentar poner en marcha un nuevo paradigma penitenciario son metas del Ministerio de Justicia. Desde allí se entiende que la puesta en marcha de prisiones modelo puede ir mejorando el cuadro de situación. Desde los organismos de derechos humanos se alienta a revisar la cuestión social y trabajar en la prevención del delito y entienden que de otra manera las nuevas cárceles repetirán el esquema vigente.
- Por Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos Archivo / Gentileza
El país tiene 19.600 personas privadas de libertad, de las cuales unas 7.000 tienen condena y las restantes están bajo prisión preventiva, procesados en espera de una decisión de la justicia, que construye de esta forma un problema que ya es histórico y que llevará tiempo resolver.
La capacidad de todas las prisiones del país es de poco más de 10.000 plazas, por lo que reconoce el viceministro de Política Criminal, Rubén Maciel Guerreño, que “estamos con una tasa de ocupación crítica, lo que indica hacinamiento”.
Como respuesta a ello, asegura que se hace una verificación a través de una unidad especial de su cartera, que “viene comunicando a los juzgados competentes cuándo una persona que está bajo prisión preventiva ya compurgó la pena mínima. Unas 300 personas en esta situación ya lograron su libertad”, dice sobre esta tarea.
También menciona que en mesas conjuntas con el Poder Judicial se trabaja para que “mujeres que son infractoras primarias por hechos punibles que no son lesivos, en el sentido de que no hubo violencia, se vean beneficiadas ya con medidas alternativas”. La idea es que también madres y personas de la tercera edad que estuvieran enfermos puedan
acceder a arrestos domiciliarios en el caso de que cumplan penas leves.
La forma de alivianar la población entre los condenados es apelando a la “pena discontinua” para quienes fueron condenados a 1 o 2 años, “aunque en esos casos todavía no tuvimos resoluciones favorables”.
RECORTAR EL PODER CRIMINAL
Intentar desarmar la influencia de grupos criminales como el paraguayo Clan Rotela y los brasileños Primer Comando de la Capital (PCC) y Comando Vermelho (CV) es otra acción fundamental para llevar “salud” al sistema penitenciario.
Maciel Guerreño destaca en ese sentido la tarea del Operativo Umbral y la puesta en marcha de prisiones modelo (ver aparte). “Ya pasamos una gran cantidad de condenados bajo este nuevo modelo de gestión penitenciaria. Esta es una manera directa de reducir el poder que tienen los grupos criminales porque ellos se fortalecen con base en las debilidades del propio sistema”.
Lo explica ejemplificando que “hay muchas personas de escasos recursos que no pueden acceder a una comida de calidad o al servicio de sanidad de una penitenciaría por el hacinamiento, la infraestructura inadecuada, por la corrupción de los funcionarios, etc. Entonces, ellos son captados por estos grupos criminales que les facilitan el acceso a eso”.
Entonces, la idea del nuevo modelo es intentar igualar las condiciones: “Por eso el tema del uniforme, que iguala a todos, ahí no va a haber diferencia en cuanto a la vestimenta. También todos van a comer lo que les provee el Estado porque estas penitenciarías modelo ya no están preparadas para tener cantinas u otras modalidades donde los propios internos preparan su comida o acceden a insumos para cocinar”, describe admitiendo que esta realidad se da en muchas prisiones por “la falta de presupuesto para dar de comer a todos”.
Se espera que la división modular de las prisiones ayude en la tarea, ya que permitirán “aislar” a los jerarcas de los grupos criminales. “Eso va a evitar que ellos, mezclados con el resto de la población, puedan ir bautizando, por ejemplo. Están, por otra parte, en otro módulo personas también vinculadas a grupos criminales que tienen problemas de consumo, que ahora ya pasaron toda su etapa de abstinencia y están siendo tratados y ahí tenemos la ayuda por ejemplo de Remar, que es una fundación que tiene muchísima experiencia con el trabajo con personas que tienen problemas de consumo”, apunta.
Otro punto importante es que “no se permite la circulación de dinero porque es un elemento de extorsión tanto de parte de los funcionarios hacia los privados de libertad como viceversa”.
ALGUNOS RESULTADOS
El funcionario destaca que “en todas las requisas que se hicieron en las penitenciarías nuevas no se encuentran punzones, no se encuentran celulares, que son algo muy usual en las requisas del sistema actual. Tampoco sustancias, aunque sí se encontraron cigarrillos, que también están prohibidos, ya que las nuevas penitenciarías son espacios libres de humo”, recuerda.
“Se busca también mejorar los controles de ingreso gracias a la tecnología implementada con toda la inversión que hizo el Parque Tecnológico Itaipú (PTI) para el control del ingreso de personas y de mercaderías. Faltan todavía muchas cosas por ajustar, pero haciendo una comparación con el modelo actual es infinitamente mejor”, apunta.
“La organización busca ser diferente e implica un organigrama pensado en la funcionalidad del régimen penitenciario, también protocolos y procedimientos escritos, lo cual permite deslindar responsabilidades cuando se da algún tipo de irregularidad, cosa que no tenemos en el modelo actual”.
Según explica, “es mucho más difícil implementar nuevos procedimientos en los penales antiguos ya por la cultura organizacional vigente, que es muy proclive a prácticas corruptas. La idea es tener organización, protocolos, procedimientos y personal aunados en la tarea”, señala.
Lo hace recordando que a partir de 2000 se construyeron penitenciarías en Encarnación, Concepción, Misiones, San Pedro y Pedro Juan Caballero, “donde se empezaron a replicar igualmente esas prácticas que queremos erradicar. Entonces obviamente no es solamente la edificación la solución. La mejora viene con la organización y el capital humano”, concluye.
JÓVENES INFRACTORES
Explicando que el Servicio de Atención a los Adolescentes Infractores (Senai) es el responsable de los centros de rehabilitación, Maciel Guerreño dice que la misma idea de separar condenados de procesados se trata de implementar también en esa franja etaria.
“Esto se está haciendo porque es uno de los puntos de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso del centro Panchito López, donde el país fue condenado y en cuyo fallo se dispuso la consolidación de la jurisdicción penal adolescente, situación que nuestro país entiende debe ayudar a declarar cumplida la sentencia”.
Vale recordar que la prisión preventiva en adolescentes sigue siendo mayor con respecto a los adultos, con 8 de cada 10 adolescentes en situación de encierro preventivo y solo 2 con medidas definitivas.
NUEVOS AGENTES PENITENCIARIOS
La reciente convocatoria para 500 cargos de agentes penitenciarios es un punto importante en la implementación del nuevo modelo: “Estuvo destinada exclusivamente para las nuevas penitenciarías de Minga Guazú, que ya empezó a funcionar en su totalidad, y para Martín Mendoza, en Emboscada. No llegamos a los 300 postulantes y luego del proceso de selección y ahora que ya están haciendo el curso de introducción, el número se redujo a 133”, comenta Maciel Guerreño.
La situación se da porque “muchos no logran cumplir los requisitos y otros en el camino renuncian. Por eso en octubre se va a hacer otro llamado siempre persiguiendo que el ratio de agente penitenciario/personas privadas de libertad sea lo que establecen los estándares internacionales, que sería un agente por cada 10 personas privadas de libertad”, explica el viceministro.
“El personal penitenciario es clave para la mejora del servicio. Están además el personal de blanco, administrativo, personal del Organismo Técnico Criminológico (OTC), que son los que tienen ese contacto cotidiano con las personas privadas de libertad. Entonces, si se mejora la calidad del personal se va a mejorar la calidad del trato brindado”.
Para ello se establecieron algunos criterios mínimos que tienen que ver con “requisitos de edad, de índice de masa corporal, de estatura, tienen que tener todos por lo menos terminados el bachillerato y se solicitó también como un requisito que tengan un promedio de 3,5. Luego eso se bajó al mínimo porque hubo pocos postulantes”.
Enfatizó que se exige la educación secundaria concluida “porque todos tienen que cursar la tecnicatura superior impartida por el Instituto Técnico Superior en Educación y Formación Penitenciaria, responsable de formar a los nuevos agentes, a los directores, a los jefes de seguridad y también al personal de blanco y el personal administrativo que trabajan en las penitenciarías”, recuerda.
“Esta formación tiene una malla curricular de dos años, que comenzamos a revisar este año con apoyo de institutos como el ISEPOL de la policía, el de la Defensa Pública, el IAEE de los militares, porque ellos tienen mucho más know-how en todo este proceso”, apunta.
EL OPERATIVO UMBRAL Y UN NUEVO MODELO
Para el viceministro de Política Criminal, el Operativo Umbral desarrollado en agosto pasado significó “el paso del viejo al nuevo modelo penitenciario, donde se busca cumplir con ese postulado constitucional y convencional de que estén separados los procesados de los condenados, que es una deuda histórica del Paraguay”, apunta.
“Se lo denominó así porque se cruza ese ‘umbral’ para la implementación de un nuevo régimen de gestión en donde también se clasifica a los condenados por módulos con base en un análisis de riesgo, necesidad y amenaza”, explica sobre la importancia del traslado de 500 presos de Ciudad del Este al Centro de Reinserción Social de Minga Guazú en que consistió el operativo.
En la nueva prisión “tenemos módulos donde están personas que ya están en el período de prueba que tienen salidas transitorias, otro módulo donde están las personas que están ya cerca de compurgar. Entonces, estos dos módulos ayudan en tareas dentro de los servicios generales que hacen a la penitenciaría”, describe del funcionamiento de la penitenciaría de máxima seguridad de Minga Guazú.
“Luego tenemos el módulo 4 y el módulo 6, que son para personas que se encuentran en la etapa de tratamiento de sus respectivas condenas, en donde están instaladas 2 fábricas de maquila que emplean a los condenados. Les pagan porque están bajo relación de dependencia y además de eso reciben capacitación, formación, educación formal, etc”.
Estos reos pueden beneficiarse con la figura de la “redención”, que establece que “por tres días de trabajo o estudio se puede restar un día de la condena y eso se acumula. Entonces, en un año por las reglas actualmente vigentes se puede incluso hasta acumular 90 días de redención, lo cual ya es bastante significativo”, apunta el viceministro.
“Después está el módulo 7, que es de alta seguridad, en donde están las personas que ya arrojan un índice de riesgo superior al 70 %. Es un régimen intermedio entre el convencional y el de máxima seguridad, que son aquellos que se encuentran en el módulo 8”, describe.
En la máxima seguridad son todas celdas individuales, “en donde no existe un área común porque se les mantiene separados y aislados a los privados a libertad. Permanecen básicamente 22 horas encerrados y tienen 2 horas de recreación en un área otra vez restringida que se llama área de soleo”.
También en ese módulo 8 “las visitas son monitoreadas, restringidas, para evitar que desde el establecimiento penitenciario puedan seguir dirigiendo su actividad ilícita”, apunta.
“CELDAS VIP”
Las 42 personas privadas de libertad que se encontraban en Emboscada en las llamadas “celdas de privilegio” fueron trasladadas recientemente al módulo 5 del nuevo penal Martín Mendoza bajo el régimen de máxima seguridad. “Ellos van a estar ahí provisoriamente”, apunta explicando que luego se determinará su destino definitivo.
En tanto, ya se procedió a desmantelar esa parte “VIP” e ingresó una constructora para restaurar y recuperar el espacio del viejo penal de Emboscada.
Además de este movimiento, se sigue investigando cómo fue posible llegar a la consolidación de una estructura como esa en un penal: “Una cosa es derribar todos los lujos que puede tener una persona privada libertad, pero sin destruir el esquema que permitió eso. Esto va a hacer es que se vuelva a reproducir. La intención nuestra es eliminar ese sistema que permite estos privilegios que no corresponden en el que también hay funcionarios que se benefician con eso”, apunta.
“URGE UN SISTEMA PENITENCIARIO PROFESIONAL Y DESPOLITIZADO”
Para Orlando Castillo, comisionado del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), el sistema penitenciario “opera dentro de la lógica de la corrupción. Esta impera en todas las penitenciarías del país y lastimosamente goza de buena salud. Es un sistema de indignidad para las personas privadas de libertad, donde todo tiene precio y en el cual la reinserción se convierte en una utopía porque no hay un plan nacional de reinserción. Las escasas oportunidades laborales que realizan únicamente las personas condenadas no forman parte de un proceso implementado por las penitenciarías, sino que es financiado con recursos de cada persona privada de libertad, convirtiéndolo por tanto en un privilegio al cual acceden muy pocos”, describe.
Para Castillo, “urge pensar un sistema penitenciario profesional, altamente calificado, despolitizado, sin injerencias políticas, sin directores políticos que convierten a las penitenciarías junto a funcionarios corruptos en centros de recaudación y no de reinserción”.
Al abordar el problema de la falta de condenas, recuerda con datos de julio pasado que un 64 % de los presos está en esa condición: “¡6 de cada 10 personas! Esto ocurre cuando los operadores de justicia no aplican de manera estricta y respetuosa la legislación vigente, y el encierro se vuelve en la primera respuesta y no en la última”.
El comisionado entiende que “el problema no pasa por la capacidad de las penitenciarías, sino por llevar adelante políticas públicas y sociales que aborden los distintos nudos de tensión antes que se conviertan en problemas. Si seguimos sin mirar lo social, terminaremos construyendo un muro en la frontera y encerrándonos todos dentro. Una problemática actual, por poner un ejemplo, es la del consumo de drogas. Esta problemática no tiene respuesta en el encierro, sino todo lo contrario. Con esta respuesta se agrava la situación, pues el consumo continúa dentro de la penitenciaría y fortalece un sistema de corrupción”, ejemplifica.
“La respuesta no es más cárceles, sino tener una visión de sociedad o seguiremos teniendo hacinamiento y sobrepoblación, porque hoy tenemos una justicia mediática, una criminología mediática, donde en muchos casos las decisiones se toman no por el análisis objetivo de los hechos y las pruebas, sino más bien por el nivel de indignación social y presentación de la noticia en los medios de comunicación”, considera.
“FALTA UNA POLÍTICA CRIMINAL DE PREVENCIÓN”
“El sistema penitenciario sigue en una crisis profunda”, describe Dante Leguizamón, secretario ejecutivo de la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy), por lo que considera que “la construcción de nueva infraestructura o el ingreso de nuevos agentes penitenciarios no significa que cambie. El problema central es que cada año ingresan un promedio de mil personas al sistema penitenciario, entonces siempre va a faltar espacio y nunca se va a poder superar la crisis”.
Para Leguizamón, otro problema central lo constituyen “las importantísimas redes de corrupción, que son sumamente rentables. La precariedad de trabajo de los guardias, la fragilidad para caer en corrupción de los distintos actores, la falta de control y la impunidad que existen en torno a eso hacen que sea muy difícil. Por eso, si construimos nuevas cárceles o nuevos espacios, esos espacios rápidamente van a adquirir los mismos vicios”, considera.
“Hay una iniciativa de un nuevo sistema penitenciario, pero si no se aborda en profundidad los problemas no solo del abuso de la prisión preventiva, que por supuesto es un problema importantísimo; pero si no se aborda efectivamente una política criminal, no solo desde la óptica de la reclusión, sino una que busque prevenir delitos, lo único que hace el sistema actual es que sea más fácil el reclutamiento de las redes criminales que funcionan en las cárceles”.
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Recategorización de agentes penitenciarios será desde octubre y de manera gradual
El director de Talento Humano del Ministerio de Justicia, Francisco Luis Ruffinelli, sostuvo que el aumento de salario exigido por los agentes penitenciarios que se manifiestan frente al Ministerio de Justicia, iniciará a partir del mes de octubre de este año. El mismo explicó que este aumento ya estaba previsto, pero recién desde el mes de octubre.
“Nosotros estamos en una etapa final, en trabajo coordinado del Viceministerio de Capital Humano, que es el área encargada de los procesos de concursos, recategorizaciones, etc., y el aumento que se tiene contemplado para este año es de 900.000 a 1.000.000 de guaraníes con aplicación a partir del mes de octubre, en el marco de la recategorización”, dijo en entrevista al programa “Dos en la ciudad” de GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
La recategorización se realizará de manera gradual, y se llegaría a los G. 1.500.000, que es lo que exigen los trabajadores de las penitenciarías, esto debe ser contemplado en las próximas ejecuciones presupuestarias. “Hay que entender que la fuente de financiamiento, son ahora mismo momento nuestras restricciones presupuestarias, pero hay un compromiso para aumentar paulatinamente con la nueva ley de la carrera civil”, explicó.
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Detalló que el Ministerio de Justicia cuenta con un fondo que será utilizado a partir del mes de octubre hasta el mes de diciembre de este año, incluyendo el aguinaldo, y posteriormente la financiación a partir del mes de enero hasta setiembre del 2026, y “el Ministerio de Economía tiene que conseguir los fondos para que se pueda contemplar todo el año restante”.
En total, los funcionarios beneficiados serán 1.532, entre agentes penitenciarios, agentes educadores, personal de blanco y agentes administrativos del Ministerio de Justicia. “El monto es aproximadamente el de un salario mínimo, un 40 % de aumento sobre lo que tienen hoy, contemplando también que tienen beneficios como la insalubridad y la unidad básica alimenticia”, sentenció.
Así también, indicó que posteriormente se establecerá una carrera dentro de las funciones penitenciarias. “Tenemos nosotros la nueva ley de la carrera civil, también se está trabajando en un proyecto de la función del agente penitenciario, que sería una carrera dentro del Ministerio de Justicia, donde se van a establecer parámetros salariales de acuerdo a la categoría y la ocupación de la responsabilidad de cada agente”, puntualizó.
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Gobierno defiende aumento para guardiacárceles y lamenta presión para lograr una cifra más alta
El ministro de Justicia, Rodrigo Nicora, se refirió a la huelga llevada adelante por un sector de los agentes penitenciarios, señalando que el Gobierno ya dio un paso histórico al iniciar un proceso de recategorización salarial tras más de 15 años sin reajustes.
Según explicó, en las últimas tres semanas se mantuvieron cuatro reuniones con el sindicato movilizado, incluso con la mediación del Ministerio de Trabajo. En esos encuentros se analizaron seis puntos de reclamo, entre ellos la actualización de la escala salarial. “Hay un esfuerzo muy grande del Gobierno y se prevé una proyección para continuar con el aumento, pero debemos ir paso a paso”, afirmó.
En comunicación con “Cuenta Final”, programa emitido por Universo 970 AM/Nación Media, Nicora destacó que se logró un acuerdo con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para concretar un aumento de G. 1.000.000, que beneficiará a 1.500 agentes penitenciarios ya en octubre. “Para quienes perciben salario mínimo, eso representa un incremento del 40% de una sola vez”, remarcó.
El ministro señaló además que existe una proyección presupuestaria para continuar con los incrementos en 2026 y 2027, de forma escalonada. Sin embargo, cuestionó la posición del sindicato en huelga, que exige un ajuste inmediato de G. 1.500.000.
“Se genera la expectativa de que hasta 1.500.000 significa que se va a dar ese monto, pero depende de la disponibilidad de recursos del MEF. Hicimos un esfuerzo muy grande como Gobierno y conseguimos después de más de 15 años un reajuste para los agentes penitenciarios. Los recursos no son ilimitados y también necesitamos infraestructura, equipamiento, tecnología y mejoras en la alimentación de las personas privadas de libertad”, aseveró Nicora.
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Reajuste salarial a guardiacárceles será según capacitación y experiencia, afirma ministro
El ministro de Justicia, Rodrigo Nicora, respondió al reclamo de mejoras salariales para nueve guardiacárceles que están en huelga de hambre, quienes aseguran que hace 15 años no reciben aumento.
“Lo que se consiguió ahora dentro del nuevo modelo de gestiones, para aquellos nuevos agentes que están siendo capacitados, formados y que son egresados, después de estar en el programa que se desarrolla en Comando de Artillería en Paraguarí, es que ya ingresan al sistema con un salario base superior a los agentes que se encuentran actualmente en el sistema”, comentó al canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
Explicó que estos guardiacárceles formados perciben un estipendio de G. 3.800.000. Admitió que algunos cobran salario mínimo y no han recibido ajustes hace más de 15 años.
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“Realmente a nivel general para todo el funcionariado nunca se dio, lo que conseguimos fue con esta gestión, también golpeando puertas. Y sobre todo visibilizando al Ministerio de Hacienda las necesidades que tenemos en cuanto al capital humano que administra los centros penitenciarios”, subrayó.
Destacó que el componente seguridad es muy sensible y dentro de ese reclamo histórico las actuales autoridades dieron una respuesta positiva.
“Hay trece sindicatos dentro del Ministerio de Justicia, de los cuales solamente uno se mantiene en su reclamo. Porque lo que ocurre es que aquí se generó la información de que podría ser un aumento de hasta 1.500.000 guaraníes. Y hasta significa no necesariamente ese monto. Estamos en el punto donde todos aquellos que reúnan los requisitos: capacitación, experiencia, etc. van a poder acceder al beneficio de ganar 900.000 guaraníes más”, subrayó.
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