En la tarde de este jueves se informó sobre la detención de Miguel Ángel Insfrán Galeano, alias Tío Rico, en Río de Janeiro, Brasil. El mismo está sindicado como el autor intelectual del asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, ocurrido el 10 de mayo del 2022. El hombre estaba siendo buscado en el marco del Operativo A Ultranza Py.

La jueza del Crimen Organizado Rosarito Montanía había ordenado la captura internacional de Insfrán en el marco del operativo A Ultranza Py que desbarató una red que se dedicaba al tráfico internacional de drogas. En el caso existe gran cantidad de imputados que están privados de su libertad.

Por su parte, la fiscala general del Estado, Sandra Quiñonez, confirmó que Insfrán fue capturado en la zona de Río de Janeiro, Brasil, y que recordó que los los fiscales del caso son Denis Park, el fiscal adjunto Marco Álcaraz y otros representantes del Ministerio Público.

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¿Quién es Tío Rico?

Miguel Ángel Insfrán Galeano, alias Tio Rico, posee una trayectoria delictiva desde principios del 2000, se habría iniciado en el crimen organizado cometiendo delitos relacionados al robo, desarme de vehículos y reducción, estas actividades le permitieron establecer contactos con organizaciones criminales radicadas en Bolivia, ya que en esa época este país era un destino habitual para la comercialización de los vehículos robados en Paraguay.

Con el correr de los años fue incursionando en actividades vinculadas al narcotráfico, hasta conformar una amplia e importante estructura criminal que proveía soporte logístico para el tráfico de sustancias ilícitas por vía aérea y terrestre.

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Las investigaciones indican que estas capacidades logísticas incluían el contacto con proveedores de clorhidrato de cocaína en distintas zonas de producción, la provisión de pistas de aterrizaje, combustible y enseres necesarios, en ubicaciones geográficas dentro del territorio paraguayo que resultaban estratégicas para el tránsito y acopio de cargamentos ilícitos.

Su estructura logística además incluía medios de transporte, a través de aeronaves, vehículos y camiones de gran porte que incluso se encontraban acondicionados con estructuras de doble fondo. También era propietario de numerosos depósitos de amplias dimensiones con capacidad para resguardar camiones de gran porte, estos depósitos se encuentran ubicados en inmediaciones de la capital del país y próximos a las sedes de las más importantes terminales portuarias dedicadas al transporte de contenedores por vía fluvial.

Durante el 2020 esta organización criminal amplio su esquema logístico por medio de empresas administradas por testaferros, las cuales fueron utilizadas para la realización de operaciones de comercio internacional.

Estas capacidades logísticas, habrían permitido que Miguel Ángel Insfrán Galeano mantuviera vínculos con importantes organizaciones criminales trasnacionales, con las cuales habría conformado asociaciones para el transporte de grandes volúmenes de clorhidrato de cocaína desde zonas de producción del continente sudamericano hasta territorio paraguayo, para su redistribución a países limítrofes como Argentina, Brasil y Uruguay. Igualmente, su estructura logística se habría encargado de acopiar cargamentos que fueron disimulados en contenedores y enviados a otros continentes por medio de operaciones de comercio internacional.

Estas actividades ilícitas le habrían generado un gran crecimiento económico, por lo cual se vio motivado a conformar distintas empresas, las cuales fueron utilizadas para establecer un amplio esquema de lavado de activos, que incluyó la adquisición de bienes muebles e inmuebles de alto valor, muchos de los cuales fueron registrados a nombre testaferros, estos bienes por un lado consistieron en ostentaciones personales y por otro lado también fueron medios empleados en el esquema logístico de tráfico de drogas.

Las empresas vinculadas a Miguel Ángel Insfran Galeano fueron constituidas dentro de su entorno familiar a través de sus hermanos, estas incursionaron en actividades comerciales de transporte de cargas por vía terrestre, industria metalúrgica, compra y venta de artículos, además agricultura y ganadería por medio de varios establecimientos rurales.

Las investigaciones demostraron que el esquema de lavado de dinero, incluyó a una corriente religiosa en Paraguay denominada Centro de Convenciones Avivamiento CCA, con sede en Colombia bajo la denominación Centro Mundial de Avivamiento, el cual tenía como pastor a su hermano José Alberto Insfrán Galeano.

Centro religioso

El funcionamiento de este centro religioso en Paraguay habría permitido ampliar el mecanismo de legitimación de activos, mediante el régimen de captación de diezmos de los feligreses, la adquisición de costosos bienes inmuebles y la realización de eventos multitudinarios.

El esquema aplicado por el clan de los hermanos Insfrán incluyó además una entidad financiera denominada Cooperativa San Cristóbal LTDA, por medio de la cual durante los últimos años la organización criminal realizó millonarios préstamos y descuentos de cheques a nombre de los miembros del clan y de otras personas que han actuado en carácter de testaferros.

Las labores investigativas determinaron que las capacidades económicas Miguel Ángel Insfrán Galeano y sus hermanos, le permitieron un estrecho vínculo con actores políticos, que habría derivado incluso en aportes económicos destinados a campañas políticas, y el pago de sobornos a funcionarios estatales de alta jerarquía.

Estas acciones le otorgaron un esquema de protección, que le ha permitido operar de manera impune durante toda su trayectoria delictiva. Miguel Ángel Insfrán Galeano fue corredor oficial de competencias de rally desarrolladas en Paraguay desde el 2013, estas actividades deportivas permitieron la difusión de su alias Tío Rico, el cual se encontraba siempre visible en los vehículos que utilizaba durante las competiciones.

Además, acostumbraba incluir en carácter de sponsors a las empresas vinculadas a su esquema de lavado de activos, las cuales fueron constituidas en su entorno familiar. Durante el 2021 adquirió un Skoda Fabia Rally2 EVO, con chasis 105 valorado en aproximadamente 250.000 euros.

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